jueves, 27 de febrero de 2020

LOS CINCO AÑOS DE PRISION QUE INSPIRARON A CERVANTES

 

En la ciudad de Argel,el 19 de septiembre de 1580 es liberado Miguel de Cervantes,tras cinco años de cautiverio en manos de los corsarios,merced al pago de un rescate y a la mediación de lo Padres Trinitarios....
De no haber estado cautivo en Argel, quizá nunca hubiera escrito "El Quijote". Allí Cervantes convivió con gentes de toda raza y condición. No le degollaron porque era valioso: llevaba las cartas de recomendación que recibió tras la batalla de Lepanto, y eso elevaba a 500 escudos el rescate que pagó su familia por él. El periodista recorre los lugares donde estuvo y entra en la cueva en la que se ocultó en una de sus fugas.
El 26 de septiembre de 1575, Miguel de Cervantes viaja junto a su hermano Rodrigo camino de España en la galera Sol tras seis años de servicio en el Ejército. A medio camino, el barco es asaltado por una flota corsaria, mandada por el turco Arnaute Mami. Es conducido a Argel y adjudicado en condición de esclavo a un corsario menor, Dali Mami. Lleva consigo cartas de recomendación que Don Juan de Austria le brindó por su valeroso comportamiento en Lepanto, lo que hace creer a sus captores que se trata de un prisionero notable y fijan por él un rescate de 500 escudos, imposibles de reunir por su familia.
Comienza entonces la etapa más intensa de su vida, toda ella digna de sus propias novelas. Puso en juego su existencia intentando escapar en cuatro ocasiones; en todas falló. Conoció a numerosas personalidades, convivió con piratas, renegados, musulmanes y cautivos. Cuando, pasados cinco años, los padres trinitarios pagan la suma del rescate reunida en parte por su familia, Cervantes se dirige a España con la idea de ganarse la vida como autor de teatro y escritor, decisión que, es posible, jamás hubiera tomado de no haber cumplido esta peculiar condena.
Fue allí, con 28 años de edad, donde Cervantes creció moral e intelectualmente. Hay un antes y un después del cautiverio. Adriana Arraigada de Lassel, cervantista residente en Argel y experta en su cautiverio, cree que en esta ciudad terminó de edificar su personalidad, "su conciencia religiosa y su identidad española".
Sus cinco años en Argel son los más documentados de su biografía, pero a la vez los más controvertidos, ya que si bien se han hallado los escritos en los que figuran la partida de rescate, sus nóminas como soldado y otros datos biográficos, siguen ocultos los detalles sobre su intimidad y espiritualidad. Que renegó de su religión, que mantuvo relaciones homosexuales (en Argel se le han buscado varios novios—, que se planteó no volver jamás a España... Existen multitud de conjeturas sobre su periplo argelino, difuminadas más si cabe por la cantidad de referencias autobiográficas que aparecen en las numerosas obras y personajes ambientados en el filo de la Cristiandad y la Berbería, con los que Cervantes enturbia su propia huella mezclando sus vivencias con la ficción.



La sociedad fronteriza de Argelia fue escenario en las obras teatrales Los baños de Argel, El gallardo español, Los tratos de Argel, la novela corta La gran sultana y, especialmente, los tres capítulos de El Quijote donde se narra la historia de El cautivo, que algunos estudiosos consideran como el germen mismo de El Quijote, una historia con entidad propia que pudo haber sido escrita años antes que iniciar su gran novela.
A finales del siglo XVI, Argel, el corazón del Mediterráneo bajo el dominio del Gran Turco, goza de la mayor gloria de su historia. Su puerto guarda la flota de 35 grandes corsarios que, con sus veloces embarcaciones, salen en primavera al asalto de los barcos españoles e italianos. Su población cosmopolita —desde musulmanes, judíos y turcos a todo tipo de pobladores de tránsito— se comunica gracias a una lengua franca. Aislada por tierra, servía de cárcel natural para 25.000 cristianos cautivos que esperan su rescate, alojados en prisiones —conocidas como baños— donde disfrutan de cierta libertad de movimiento.


Siempre se habla de una forma global de la estancia de Cervantes en Argel. Sin embargo, Adriana Lassel identifica tres etapas en el periplo argelino del escritor. "Con la libertad que Dali Mami le deja para moverse por la ciudad, recién llegado a Argel, encuentra a su hermano Rodrigo y toma contacto con muchos compatriotas, no todos ellos esclavos, pues había españoles en la milicia (entre los jenízaros y los mercenarios), entre los corsarios y los comerciantes que atracaban en el puerto para sus negocios". Así pues, Cervantes pronto contacta con compañeros y planea su primera fuga: la marcha hacia Orán, en compañía de un guía. Los nombres de estos soldados se conocen, eran sargentos, alféreces y algunos caballeros.
La aventura de Orán fue un auténtico fiasco, era imposible recorrer a pie los más de 450 kilómetros entre ambas ciudades, más aún cuando la costa argelina está llena de montañas. No se podía caminar sin más en dirección Este, había que conocer el camino y el guía que había accedido a acompañarles por una cantidad de dinero les abandonó.





La segunda etapa de Cervantes comienza en 1577, en abril, cuando llega a Argel la galera San Pablo, con 269 cautivos, entre los que está el clérigo portugués Antonio de Sosa. Este personaje mantendrá una verdadera amistad con Cervantes, un hombre delicado de salud, teólogo, conocedor de la cultura humanística y de la poesía y que tendrá para el escritor gran influencia. Empieza una amistad entre un hombre de una gran cultura y un joven con inquietudes deseoso de conocer y escribir. "Cervantes tuvo que haber escrito en Argel, esto es seguro, y de Sosa tiene que haber sido su oyente pero, lamentablemente, no hay documentos sobre esto", observa Lassel.
Esta etapa de Cervantes fue muy fructífera en cuanto a su enriquecimiento literario y la afirmación de su fe religiosa (frente a la opción de renegar, que hubiera supuesto su libertad inmediata), pues Antonio de Sosa era teólogo. A Sosa se le atribuye la autoría de La Topografía General de Argel, publicada en 1612, y obra clave para el estudio del cautiverio de Cervantes. Se dice que Sosa se ayudó de libros de geógrafos que habían pasado por Argel, como León, el Africano o Estrabón. "Seguramente viajaba con estos libros cuando fue capturado. En Argel había libros y una cultura literaria, pero se desconoce qué tipo de libros había en las bibliotecas y por eso es muy aventurado qué pudo haber leído Cervantes allí", añade.



Durante este periodo, el escritor español protagoniza el segundo intento de fuga. En 1577, aprovechando que su familia paga el rescate de su hermano, da órdenes de comprar una galera que debía llegar desde Mallorca. A la espera, 14 prisioneros se esconden en una cueva junto a la bahía, en unos jardines propiedad del rey Hassan Pachá, el Veneciano. Durante semanas, Cervantes va y viene a la cueva, cuyo paradero sólo conocen el jardinero, que era español, y un melillense apodado El Dorador que les asiste y que, con la galera ya a la vista, será quien les denuncie. "Ninguno de estos cristianos que aquí están tiene culpa de este negocio porque yo solo he sido el autor del plan y les he inducido a que huyesen", confesó Cervantes ante el rey. A pesar de que los intentos de evasión se castigaban con la muerte (suerte que corre el jardinero), su jugoso rescate despierta la codicia del rey, que se apropia del esclavo y lo confina cinco meses en los baños reales. "Como tuviese guardado al estropeado español, tenía seguros sus cristianos, sus navíos y a toda la ciudad", se dice que comentó el rey cuando le encarceló.



Tras este largo encierro, Cervantes vive un nuevo periodo obsesionado con encontrar la libertad. Por tercera vez lo intentó por medio de un musulmán, enviando unas cartas al general de Orán, Martín de Córdoba, pero fueron descubiertas y el mensajero empalado. "Esta vez se libra de ser apaleado por intercesión de un renegado influyente amigo de Cervantes", aclara Lassel. Este renegado era un poderoso corsario español, Mourad Raïs Maltrapillo, cuya demanda "podía ser una petición o algo más, en función del poder de entonces de la taifa corsaria. Renegado murciano, que mandaba una galera de 22 bancos, posiblemente es la figura notable que inspira el personaje de el renegado en el episodio de El cautivo", añade.
Finalmente, en septiembre de 1579, consiguió la ayuda de un comerciante valenciano, Onofre Exarque, quien aportó el dinero para que otro renegado, Abderramán, comprara una barca para huir, en una historia muy similar a la que se narra en el pasaje de El cautivo, en El Quijote. Para la evasión, Cervantes había contactado con 60 ó 70 caballeros, "lo más florido de Argel", según las crónicas. Pero la información sobre la fuga llega a manos de Blanco de Paz, otro cautivo, ex dominico, que había acusado a Cervantes de "comportamientos deshonestos", y se lo comunica a Hassan Pachá, conocido por su crueldad. Es una incógnita la causa de la enemistad de Blanco de Paz y el escritor, aunque algunos biógrafos hablan de que el primero sentía rencor porque Cervantes no contactara con él para la huida.


Es obvio que, para conocer y convencer a tanta gente y tan diversa, Cervantes tuvo que gozar de un carisma y una simpatía personal. En sus obras, describe a los cabileños, a los jenízaros, a los turcos. Aprendió algo de árabe, que más tarde empleó en sus comedias. En El trato de Argel, habla de representaciones teatrales que se llevaban a cabo en los grandes baños de la ciudad. También, en algún momento tuvo que haber estado en las mazmorras subterráneas, bajo la actual Plaza de los Mártires, lugar donde los franceses pusieron en el siglo XVIII una placa con la leyenda: "En estas mazmorras permaneció Cervantes encerrado cinco años". Y, como esclavo real, debió pasar tiempo en palacio, donde pudo entablar relación con Hassan Pachá, que en las obras de Cervantes no aparece mal parado. "Pudo existir entre ellos un franco cruce de ideas y opiniones. El cautivo repudiando el reniego y defendiendo los valores de la libertad, y el rey, divertido o admirado, considerando que más valía una vida brillante, afortunada y aventurera, que ser un pobre habitante de su país de origen. En los momentos que hablaba con él (en italiano) pensaba que no le quedaba mucho por perder, creyendo que iba a morir. Si hubiera temido a Hassan, éste le hubiera matado", reflexiona Lassel.


En Argel, Cervantes se convirtió en un defensor de la libertad. Como afirma Emilio Sola, otro biógrafo cervantista, "nunca sometió a burla ni a un humor corrosivo ningún concepto o actitud humana de gravedad esencial, como la libertad, la pobreza o la muerte". Doce años después de su marcha, Cervantes pone de nuevo los pies en la Península en septiembre de 1580, en Denia, liberado por los trinitarios Juan Gil y Antonio de la Bella, una vez que entre su familia y los religiosos pudieron reunir había reunido la alta suma del rescate.
En 1605,publicó la primera parte del Quijote,su obra cumbre,pero esa es otra historia...


LOS CÁTAROS Y EL SANTO GRIAL



Cuenta la leyenda que en el año 1321, el último cátaro de Occidente, Guilhem Belibasta, pronunció la siguiente profecía antes de morir en la hoguera: "Después de seiscientos años, el olivo volverá a reverdecer sobre las cenizas de los mártires", vaticinio que ha inspirado durante muchos años una visión romántica del catarismo. Sin embargo, estas palabras no se encuentran en los documentos de la época; en realidad, el texto pertenece a un poema occitano de August Teulié titulado Mountsegur y publicado en 1905. Éste es uno de los muchos mitos del catarismo, la mayoría de los cuales nació durante el siglo XIX. Aparecieron en una época marcada por la interpretación esotérica de la historia de los cátaros que se realizó en el marco del movimiento felibre. Lo formaron escritores provenzales para proteger y cultivar la lengua occitana, que se hablaba en la Francia meridional, la antigua Occitania (y de la que el provenzal era una variante). Los felibres veían en el catarismo un símbolo de la identidad de esta región, cuya cultura e historia se proponían recuperar. Y es que fue allí, en el sur de Francia, donde en el siglo XII arraigó aquel movimiento herético.
Para los cátaros no había un solo dios, sino que existían dos realidades opuestas: el bien y el mal, y dos divinidades irreconciliables, Dios y Satán. El primero era el creador del mundo espiritual y el segundo había creado todo lo material: el mundo y sus criaturas. El espíritu vivía prisionero en los cuerpos de los hombres, atado por los deseos y las pasiones. Jesucristo, hijo de Dios, era un ser puramente espiritual que vino a la Tierra para proporcionar un bautismo que garantizaba la salvación: el consolamentum, que se había ido transmitiendo desde entonces mediante la imposición de manos. Era el único sacramento que admitían los cátaros y lo administraban los miembros más puros de la comunidad, los bons homes, a quienes la Iglesia católica llamó «perfectos» en son de burla.



Protegido por la nobleza occitana el catarismo fue destruido por una cruzada que empezó en 1209, y tuvo su hito más significativo en la toma del castillo de Montsegur en 1244 y la quema de los cátaros allí refugiados. Éste fue el origen de una de las leyendas más famosas: la del «tesoro de los cátaros», surgida de las declaraciones inquisitoriales realizadas tras la caída del castillo. En una de ellas, el hereje Arnaut Rotger de Mirepoix afirmaba que «cuando los perfectos salían del castillo de Montsegur para ser entregados a la Iglesia y al rey, Pèire Rotger de Mirepoix retuvo en el castillo a Amiel Aicart y su compañero Hug, y de noche, después de que el resto de perfectos hubieran sido quemados en masa, Pèire Rotger los escondió y se evadieron; y esto se hizo para que la Iglesia de los herejes no perdiera su tesoro que había sido escondido en los bosques». Otra declaración, de Imbert de Salles, afirmaba que «sacaron el oro y la plata e infinidad de monedas».
Estas palabras ponen de relieve que existía un tesoro cátaro y que fue evacuado del castillo antes de la conquista cruzada. Posiblemente debió de estar formado por el dinero con el que se sufragaban los gastos del castillo y los objetos de valor que conservaban los asediados.  Por otras declaraciones sabemos que los perfectos lo pusieron a salvo dos veces: la primera, durante la Navidad de 1243, en pleno asedio y para esconderlo en los alrededores; la segunda, durante la noche anterior a la rendición, para llevarlo a otro escondite. Como los relatos no ofrecen más información, se han planteado muchas hipótesis sobre este nuevo emplazamiento. Lo más plausible es que fuera ocultado en alguna de las cuevas o grutas de las montañas del Sabarthez, donde se solían esconder los fugitivos de la justicia.



La naturaleza del tesoro también sería objeto de numerosas especulaciones. En el siglo XIX, el escritor Joséphin Péladan fue el primero que impulsó el vínculo entre el Grial y los cátaros, al relacionar Montsegur con Montsalvat, la montaña mágica que albergaba el Grial en una ópera de Wagner: Parsifal. Ésta, a su vez, se basaba en el Parzival de Wolfram von Eschenbach, una novela alemana sobre el Grial compuesta hacia 1240. A partir de esta teoría, varios autores desarrollaron la idea de que el tesoro de los cátaros era el famoso Grial de las novelas de caballería.
La leyenda que unía el Grial y los cátaros culminó después de la primera guerra mundial con la aportación de algunos intelectuales del nazismo. Su principal artífice fue Otto Rahn, autor de una teoría sobre el Grial que motivó la visita de Heinrich Himmler al monasterio de la montaña de Montserrat el 23 de octubre de 1940, en busca de su posible emplazamiento.
Otto Rahn había cursado filología y se convirtió en un estudioso de las leyendas literarias de la Edad Media, entre ellas, la del Grial. También visitó y estudió el castillo de Montsegur. En 1933 escribió La cruzada contra el Grial, un libro fundamentado en la novela de Von Eschenbach. Rahn buscó el trasfondo histórico de la leyenda de Parzival y llegó a la conclusión de que  los cátaros fueron los últimos protectores del Grial, que custodiaban en Montsegur.  Con el nazismo en el poder, Rahn fue reclutado por Himmler como oficial de las SS y trabajó para la inteligencia alemana en el sur de Francia.
A raíz de sus nuevas investigaciones, Rahn publicó en 1937 su segunda obra, La corte de Lucifer, esta vez de espíritu nacionalsocialista y con connotaciones antisemitas, que tuvo una gran repercusión y contribuyó a situar el Grial en la montaña de Montserrat.
¿Escondieron los cátaros el Grial? En realidad, el Grial es un producto literario de las novelas de caballería, un símbolo de perfección espiritual cristiana. Y no hay que olvidar que el motivo central del Grial es el oficio religioso, la misa, que los cátaros repudiaban: sólo aceptaban el ritual del consolament.


Después de la segunda guerra mundial aparecieron nuevas leyendas sobre Montsegur. Una de las más importantes fue la idea de que el castillo era un templo cátaro. Fernand Niel, ingeniero e historiador de Béziers, fue uno de los impulsores de esta hipótesis durante la década de 1950, cuando presentó una serie de trabajos con detalladas mediciones y cálculos para concluir que Montsegur era en realidad un templo solar y zodiacal meticulosamente preparado durante el período de los cátaros, capaz de detectar los solsticios y los equinoccios con la alineación de los muros. Sin embargo, los trabajos arqueológicos posteriores demostraron que la fortaleza fue derruida tras la conquista cruzada y que no se conservan trazas del recinto que en su día albergó a los cátaros. La estructura que aún hoy sigue en pie fue obra de los nuevos señores católicos, que remodelaron la fortaleza anterior.
Durante la década de 1960, la televisión contribuyó a la difusión de mitos cátaros y a consolidar los lugares de culto de su memoria. En tal sentido cabe recordar  un documental emitido en marzo de 1966 por la televisión francesa que dio a conocer al gran público la tragedia de los cátaros de Montsegur, convirtiéndolo en el lugar más importante de la historia de los cátaros. Este trabajo consolidó la imagen trágica del «campo de los quemados» de Montsegur, donde en 1244 ardieron más de 225 cátaros.
Desde entonces se ha desarrollado una imagen de los cátaros que poco tiene que ver con su historia y que en el sur de Francia ha dado lugar a una pujante actividad turística en base a la ruta de los «castillos cátaros». En realidad, no existen tales castillos: excepto en los casos de Montsegur y, en parte, de Quéribus, que acogieron a comunidades heréticas, el resto son, como mucho, fortalezas donde puede que, en algún momento, vivieran cátaros.
Tampoco existen las llamadas «cruces cátaras». No es de extrañar, porque, como se preguntaba Guilhem Belibasta, el último cátaro, ¿acaso algún cristiano puede adorar la cruz cuando fue el lugar del martirio del hijo de Dios? Las cruces que hoy día se conocen como "cátaras" son, en realidad, emblemas de la nobleza occitana que respaldó de forma más o menos intensa a los cátaros. La frontera entre leyenda y realidad es tan ambigua como frágil, y, como nos recuerdan los mitos sobre el catarismo,  la leyenda se ha impuesto muchas veces a una realidad demasiado prosaica.



La Iglesia oficial,que imperaba en la Baja Edad Media (siglos XI-XV) estaba poco arraigada entre la nobleza y el pueblo llano del Languedoc francés. El catarismo fue para muchos una forma de liberarse de la tiranía eclesiástica de Roma. Para los cátaros la Iglesia católica se había alejado por completo del mensaje evangélico y era un símbolo de corrupción. La Iglesia cátara se consideraba plenamente cristiana y creía en un dualismo absoluto, esto es, en la existencia de dos principios en perpetuo conflicto: Dios, que era verdadero e incorruptible, y Satán, que había creado el mundo físico y con ello todas las cosas vanas y corruptibles, incluida la Iglesia católica. Los cátaros predicaban la salvación mediante un ascetismo severo con el que escapar del mundo material y demoníaco. La Iglesia de los cátaros fue víctima de una feroz persecución por parte de la Iglesia de Roma, que dispuso de todos los medios posibles, pacíficos o violentos, para acabar con ella. 


El castillo de Montsegur, situado a 1.207 metros de altura en un terreno escarpado al suroeste de Carcasona, se convirtió en el último refugio de los cátaros hasta la primavera de 1244, cuando la ciudadela fue tomada (tras nueve meses de asedio) por las tropas del senescal de Carcasona y del arzobispo de Narbona, promovidas por la Inquisición.

 El 16 de marzo de 1244, , más de 200 seguidores cátaros que no abjuraron de su fe fueron arrojados a una gran hoguera en el llamado Camp dels Cremats (Campo de los Quemados), al pie de la montaña, donde una estela que reza lo siguiente recuerda su sacrificio: A los cátaros, a los mártires del puro amor cristiano.

miércoles, 26 de febrero de 2020

LEGIO IX HISPANIA



Pocas legiones de la historia de la antigüedad romana pueden presumir de la inmortalidad que atesora la Legio IX Hispana, la novena legión. Seguramente el mayor logro durante su existencia fuese la fundación de la ciudad de Eburacum, la actual York, pero sin embargo fue su desaparición de las fuentes la que la convirtió en un icono cultural británico a partir de mediados del siglo XX.No hay duda que desde las costas del Mare Nostrum romano, las civilizaciones se desarrollaron de manera imparable. Mientras tanto, el norte del continente y las islas esperaban el momento de caer sobre los señores del sur y construir un nuevo mundo sobre los cimientos plantados por estos. A menudo, nuestro conocimiento de tierras como las islas británicas se limita a lo que de ellas nos contaban los romanos que las habían visitado o que , incluso, habían nacido ya al otro lado del canal.No es de extrañar, pues, que parte de la historiografía y la cultura popular británica se lanzasen de cabeza a estudiar la que parecía haber sido sido la gran derrota del Imperio Romano en tierras británicas. Lo que no sabían entonces es que seguramente no estaban hablando solo de la historia, sino construyendo una nueva mitología.
El primer mito que se difundió en torno a la Legio IX Hispana se deriva de su propio nombre. A pesar de lo que este parece indicarnos, lo cierto es que la legión no tendría por qué estar formada por una mayoría de soldados de origen hispano. Esto se debe a la particular y a menudo compleja manera de denominar a sus legiones que empleaban los romanos.El nombre de una legión podía deberse a diferentes motivos. En ocasiones derivaba de la provincia donde se hubiese fundado; sin embargo, en otras ocasiones su denominación se refería al lugar en el que se hubiese distinguido en combate o en el que hubiese estado establecida durante largo tiempo. No pocas veces se podía deber también a su comandante o a las circunstancias que habían rodeado su fundación. Algunas denominaciones particularmente famosas fueron la de Victrix, o victoriosa, o la de Pia Fidelis, la leal. Los títulos, además, también iban cambiando con el tiempo a medida que las legiones eran eliminadas y refundadas, mientras que el numeral no variaba. Para acabar de enmarañar el asunto, podía haber varias legiones al mismo tiempo identificadas por un mismo número. Esto se debía a la costumbre de algunos emperadores de identificar las legiones que fundaban empezando de nuevo la cuenta. Baste comentar que la Legio XII Fulminata, una de las más longevas de la historia del Imperio y que fue fundada por el propio Julio César, contaba también con los títulos de Paterna, Victrix, Antiqua, Certa Constans y Galliena.
En el caso de la novena legión, su título se debía a su estancia en Hispania durante las Guerras Cántabras. Durante un tiempo, al parecer, su denominación fue la de hispaniensis, lo cual deja claro que su apelativo derivaría de su estacionamiento y no del origen de la misma. Posteriormente tomaría definitivamente el nombre de hispana. Todo parece indicar, pues, que su participación en las ya mencionadas Guerras Cántabras tuvo que ser bastante destacada.Así pues, y al contrario de lo que suponían muchos autores, el título de la novena legión no indicaría el origen de los legionarios presentes en la misma sino su participación en una campaña notable. De hecho, para cuando la novena legión entra en el territorio legendario, hacía más de un siglo que había abandonado Hispania y, probablemente, ya apenas quedarían miembros de origen peninsular.

La Legio IX Hispana llegó al territorio de Britannia durante la invasión dirigida por el emperador Claudio. Durante los primeros años sabemos que fundó el asentamiento de Lindum, la actual Lincoln, y que participó de manera activa en batallas contra Caratacus o Venutius.Sin embargo, resulta curioso que el primer momento de fama de la novena legión se deba, ya entonces, a una derrota. Pocas figuras entre los reyes y reinas nativos, si es que alguna,  pueden compararse en trascendencia cultural a la de Boudica (también conocida popularmente como Boadicea), la reina de los icenios que estuvo a punto de derrotar a los romanos. Si bien la reina guerrera terminó siendo vencida, no lo hizo sin antes haber estado a punto de hacer que la Legio IX Hispana desapareciese a sus manos en el año 61, cerca de la actual Colchester.

Más fortuna tuvo la legión contra la tribu de los brigantes. Fue entonces cuando partió al norte de lo que ahora llamamos Inglaterra y fundó lo que terminaría siendo la ciudad de York. Su estancia en este nuevo emplazamiento no fue muy placentera, de todos modos, y según Tácito estuvo a punto de ser erradicada por los caledonios, las tribus que poblaban el territorio de nuestra contemporánea Escocia. Tal vez esto fuese una premonición de los hechos que terminarían dándole la fama.Durante mucho tiempo, la datación aceptada para las últimas inscripciones conocidas de la legión fue la del año 108, en la ciudad de Eburacum. Poco después, el emperador Adriano visita la región y ordena la construcción del muro que llevará su nombre. Estamos ya en el 122 y junto a Adriano llegará una nueva legión, la Legio VI Victrix. De la Legio IX Hispana parece no quedar ya ningún rastro.

Sin embargo, la tradicional teoría de su desaparición en el norte de las islas se vino abajo en la década de los años setenta del siglo XX. Fue entonces cuando se localizaron algunas inscripciones y restos atribuibles a miembros de la novena legión en la zona de Nijmegen (Holanda), así como un altar dedicado a Apolo cerca de Aquisgrán. La datación no es segura pero su consagración parece situarse entre los años 104 y el 120, lo que situaría a la Legio IX Hispana en el norte del Imperio durante los mismos años en los que su pista desaparece de las islas británicas.No obstante, estos hallazgos han estado muy lejos de acabar con las dudas en torno al final de la legión. Según varios estudiosos, en realidad, estaríamos ante los restos dejados por algún destacamento auxiliar de la legión y no ante la prueba de la presencia del grueso de la misma en Holanda. Siguiendo este razonamiento, otros historiadores siguen defendiendo que un incidente, todavía desconocido, en el norte de Inglaterra sería la razón más probable para la desaparición de la legión. De este desastre solamente se habría salvado un pequeño número de hombres que en ese momento estaría estacionado en el continente.Otros, sin embargo, defienden la tesis de que la Legio IX Hispana habría sido destinada a la frontera con los germanos tras su estancia en Eburacum. También que poco después sería desplegada en alguno de los diferentes territorios imperiales en los que abundaron los conflictos durante la época. Esta teoría afirma que la falta de nuevos restos relacionados con la legión es debida a que su desaparición se habría producido antes de que hubiese tenido tiempo a dejar alguna constancia física permanente en su nuevo destino. La rebelión de Bar Kojba en Palestina entre el 132 y el 135 y las guerras partias de Marco Aurelio son las propuestas con más partidarios entre aquellos que buscan un final diferente para la novena legión.Lo cierto es que todo lo anterior son poco más que especulaciones, teorías que todavía están muy lejos de ser probadas y que siguen subrayando el principal atractivo de la Legio IX Hispana: no sabemos cuándo ni dónde encontró su final.

Esto, por sí mismo, no tendría por qué ser tan relevante. Muchas legiones fueron fundadas y disueltas durante la historia de Roma, no pocas desaparecieron de manera brusca y algunas, como la Legio VI Hispana, incluso desconocemos si realmente llegaron a existir. La verdadera trascendencia de su historia, sin embargo, vino por la capacidad de la historiografía británica para convertir en icónica la imagen de la legión.La historia antigua de las islas británicas no puede hacer sombra a los sucesos del continente. La falta de fuentes historiográficas nos regala un panorama nebuloso y casi desconocido proclive a la ficción y al mito mas que a los estudios de naturaleza histórica. 
La leyenda que rodea a la novena legión puede no ser más, que la expresión de la voluntad de algunos historiadores y autores literarios de dotar a un país de un motivo de orgullo nacional. Frente al imperio mediterráneo, los británicos nos ofrecieron a los bárbaros definitivos, aquellos que erradicarían a más de cinco mil de los mejores hombres del enemigo en mitad de un territorio tan dado a la leyenda como los bosques y las marismas escocesas.Poco importa ya dónde acabara sus días la legión. Es difícil que nuestro imaginario colectivo pueda admitir que su verdadero fin no se produjo en medio de la niebla escocesa, a manos de unos invencibles pictos. Y es que, ya se sabe, ante la duda es mejor imprimir la leyenda. 

Y dejando a un lado la historia-mito...Actualmente, los arqueólogos han descubierto un "polígono industrial" romano cerca de unas ruinas, las cuales pudieron ser el hogar de la famosa Legión IX “Hispana”, la misteriosa legión perdida.El yacimiento desenterrado muestra una serie de elementos de abastecimiento como restos de un molino de agua, utilizado para moler el grano de harina y producir alimentos para los soldados, ropa, restos de comida, tumbas y cerámica.El lugar fue excavado entre Dishforth y Leeming, en el norte de Yorkshire. Se encuentra cerca de una fortaleza en ruinas, en el puente de Healam, el cual formaba parte de la frontera romana hace 2.000 años.La IX Legión había luchado en victoriosas campañas a través de todo el Imperio Romano, desde la Galia hasta África, de Sicilia a España, y de Germania a Britania. Muchos creen que la IX Legión desapareció después de haber sido enviada a combatir contra los  pictos, en Escocia, y nunca más regresó.

Las excavaciones han proporcionado a los arqueólogos una idea sobre la economía de mantenimiento de una guarnicionería militar de hace muchos siglos.El área fue desarrollada para abastecer de alimentos, bebidas y otros servicios relacionados con el comercio, a los vecinos de la fortaleza imperial en el Puente Healam, cerca de Dishforth.Había un molino de harina, movido por agua, que facilitaría la elaboración de alimentos para la guarnición, así como a las Legiones que viajaban a lo largo de la vía romana de “Dere Street”.Los grandes edificios de madera próximos a la puerta, ocupados probablemente hasta el siglo IV d. C., habrían sido utilizados para producir alimentos, guardar el ganado, y elaborar cerveza y cerámica.

Los arqueólogos han encontrado monedas, broches, fragmentos de cerámica y media tonelada de huesos de animales sacrificados en el lugar. También se excavaron 14 cremaciones humanas y un esqueleto, bien preservado, de un caballo debajo de un edificio. Se cree que habían sido sacrificados como ofrenda a los dioses para traer suerte a la zona de ocupación.Otras teorías sugieren que fue enviada a otra parte del Imperio donde fue disuelta, o que su nombre fue eliminado de los registros después de haber sido deshonrada en una batalla.

martes, 25 de febrero de 2020

MESOPOTAMIA


El nombre de Mesopotamia (del griego, meso = medio; y potamo = río, o sea en medio de los ríos) se aplica a la región del Cercano Oriente que se extiende entre los ríos Eufrates y Tigris. Sus límites fueron: al norte, Asia Menor; al oeste, el desierto de Siria; al este, la meseta de Irán; y al sur, el golfo Pérsico. En la antigüedad, los ríos Eufrates y Tigris desembocaban por separado en el golfo Pérsico, pero los sedimentos que arrastraban se acumularon en grandes depósitos, rellenando parte del golfo y alejando la desembocadura. En la actualidad, ambos ríos unen sus cauces y forman, en el trecho final, uno sólo denominado Chatt-el-Arab.
La región, además, se dividía en dos zonas muy bien diferenciadas:

Baja Mesopotamia, llamada más tarde Caldea, que corresponde a la desembocadura de lo ríos y es la zona más fértil. En el norte desarrollaron los acadios y en el sur los sumerios.

Alta Mesopotamia o Asiria, región de mesetas y montañas. Aquí desarrollaron los asirios.

Ambos ríos no crecen en forma regular y aunque la agricultura fue próspera, desde tiempos muy antiguos, se hizo necesario organizar la explotación de la zona para aprovechar el limo fertilizante que dejaban las crecidas. La historia de los pueblos instalados en esta región nos es conocida a través de los relatos bíblicos y de las referencias proporcionadas por el historiador griego Herodoto. Empero la Biblia, hasta bien llegado el siglo XIX cuando la arqueología se impone, fue la verdadera fuente de confianza para los historiadores o interesados en el asunto. Algunas tablillas de arcilla encontradas hasta el día de hoy, han logrado ser descifradas y se ha podido reconstruir la cultura Mesopotámica.
A menudo, en el lenguaje coloquial hemos escuchado frases o expresiones como la de Babilonia la Grande, o Babilonia de razas. No es tan desacertado. Antes que nada tenemos que diferenciar la región, la cual ya hemos especificado, y se trata de Mesopotamia. Ahora bien.  Babilonia antes que reino, fue una ciudad, fundada por los acadios. Recordemos que la Baja Mesopotamia fue también llamada región caldea diferenciada en caldea norte y sur. Es en la Caldea Norte, donde los acadios se asientan y fundan Babilonia aprox. hacia el siglo XXIV a.n.e., que más tarde se convertiría en la principal urbe de múltiples reinos.
Más arriba también he mencionado los diferentes pueblos que se ubicaron en la zona Alta y Baja de Mesopotamia (esta asimismo dividida en Caldea Norte o Sur), entre ellos los sumerios (el pueblo con la escritura más antigua, de tipo cuneiforme y que inventó la rueda), los acadiosasiriostuteos, entre otros. No sería sino hasta la llegada de los amorreos, pueblo de origen semita, el cual se instaló en la región de Acadia y en los márgenes del Éufrates, cuando la zona de Mesopotamia se consideró unificada, convirtiendo a la ciudad de Babilonia en una ciudad grande y verdaderamente considerable, prácticamente la capital (siglo XIX  antes de nuestra era).
El rey de estos amorreos, llamado Hammurabi , el gran conquistador, consiguió invadir, hacerse y unificar la Baja Mesopotamia,  la que llamó Babilonia, es decir el Primer Reino Babilónico o Amorreo, con capital en la urbe de nombre homónimo (también Babilonia). Por tanto los sumerios y acadios fueron asimilados.Culturalmente y pronto dejaron de existir. Sólo en la Alta Mesopotamia continuaron sobreviviendo (casi independientes) los asirios.
Así entonces, con Hammurabi se daba origen a Babilonia y la cultura babilónica. El reinado de este soberano se caracterizó por el impulso dado a las actividades económicas, culturales y legislativas. Hizo redactar un código que lleva su nombre (hallado en Susa en el año 1901 de nuestra era), el Código Hammurabi, grabado en un monolito  y el cual contiene normas de derecho público y privado, así como de derecho penal, cuyo conocimiento resulta indispensable para estudiar la cultura de la antigua Mesopotamia. Probablemente el más antiguo registrado en la historia.
Hammurabi no fue solo un rey-legislador, pues también fue un conquistador, ya que extendió la influencia amorrea desde Siria hasta la zona lindante con el Irán. Sin embargo, nada es eterno, y toda la región se conmocionó cuando aparecieron oleadas migratorias de origen indoeuropeo procedente de Europa Central. Estos pueblos llegaron a Mesopotamia sucesivamente: los hititas, los mitanios y los casitas.
Hammurabi había muerto y el imperio Babilónico se debilito. Acto seguido Babilonia es invadida particularmente en la parte de Baja Mesopotamia, estableciéndose allí los casitas por casi cuatro siglos, hasta el XII antes de nuestra era. Esto fue aprovechado por los asirios quienes se independizan y preponderan en la zona de Alta Mesopotamia. Empero la influencia cultural que los casitas tuvieron en la Baja y Alta Mesopotamia es indiscutible, y así  podemos decir que estos trajeron las armas de hierro, carros de combate e infantería acorazada.
En cuanto a los hititas, podemos decir que no se asentaron en la zona, pero destruyeron Babilonia (siglo XVI antes de nuestra era) para dirigirse luego al Asia Menor, región en la cual fundaron un reino, con intenciones de proyectarse hacia el sur (Siria), donde debieron enfrentarse con los egipcios. Los mitanios, por su parte, se establecieron en el Alta de Mesopotamia compartiendo territorios con los asirios . Entonces tenemos lo siguiente:

Alta Mesopotamia:donde se hallaban los mitanios y asirios.

Baja Mesopotamia,con su respectiva división Caldea sur y norte: los casitas.



Imperio Medio Asirio (1356-1078)

Los asirios, pueblo de origen semita, estaban establecidos en la zona del alto Tigris. Estuvieron sujetos a varias dominaciones, en especial de la de los amorreos (el pueblo de Hammurabi) y la de los casitas, hasta que en posesión de las nuevas armas introducidas por este último pueblo indoeuropeo, lograron sacudir el yugo de sus dominadores, iniciando un período de gran expansión. En principio, consolidaron su supremacía sobre la zona de la Alta Mesopotamia y, en poco tiempo, dominaron el resto de las llanuras entre el Tigris y el Éufrates. Esta rápida expansión no fue sólo el producto de la ambición de guerreros conquistadores; fue también el resultado de una acción militar apoyada sobre la violencia y el terror.
La primera fase de la expansión asiria se extiende entre el 1270 y el 1100 antes de nuestra era,comienza con Salamansar I y concluye con Tiglatpileser I, quien logra llevar su dominación hasta el mar Mediterráneo. Se conquista Babilonia y los asirios disfrutan de un gran esplendor, inclusive llegan a expulsar a los casitas, sin embargo la invasión de los arameos que ayudan a los caldeos-babilónicos a liberarlos de los asirios, pone fin al esplendor del imperio.


Imperio Nuevo Asirio (935-612 )

A partir del 910 antes de nuestra era, es cuando verdaderamente se inicia una segunda fase expansiva, que los llevó a dominar un vasto imperio. Conducidos por Sargón II (nombre que tomó del conquistador acadio a quien admiraba y pretendía emular), quien reinó entre 722 y 705 antes de nuestra era, los asirios lograron anexar Samaria (capital de Israel) y fundar la ciudad de Nínive, convertida durante el reinado de su hijo Senaqueribb, en capital del reino. A este rey se debe también la conquista nuevamente de Babilonia. En el siglo VII antes de nuestra era, el imperio asirio se extendió hasta Egipto y Susa (capital del reino de los medos), abarcando el dominio de una enorme extensión que comprendía desde la Media hasta el Nilo y desde el golfo Pérsico hasta los límites del reino de Lidia (Asia Menor).
La enorme extensión del imperio, la inadecuada organización centralizada del Estado, sumado a los enfrentamientos de la nobleza, terminaron por precipitar una crisis cuyos alcances serían fatales para la supervivencia del coloso asirio. A pesar de la brutal represión y del gran aparato de guerra, el ejército asirio resultó impotente para defender un imperio tan extenso, ya que no podía contar con la colaboración de las poblaciones sometidas. De esta manera, en diversas regiones surgieron caudillos que lideraron levantamientos destinados a liberarse de su propia dominación, entre ellos los caldeos y los medos.

El Segundo Imperio Babilónico o Imperio caldeo-babilónico

Al restaurarse la dinastía caldeo-babilónica, por Nabopolasar, encarnada en Babilonia, surgió un fuerte polo de resistencia que se consolidó al aliarse éste con Ciajares, rey de los medos. El ejército medo-caldeo estuvo en condiciones de enfrentar con éxito las poderosas fuerzas asirias, y así en el 614 antes de nuestra era. cayó Assur y dos años después  fue arrasada la ciudad de Nínive. De esta manera se desmoronó el poderío asirio. Luego de la estrepitosa caída del imperio asirio, los pueblos del Cercano Oriente fueron repartidos entre los vencedores medos y caldeos. Pero pronto estos aliados habrían de enfrentarse disputándose, en especial, las posesiones del Asia Menor.
Con la llegada al trono de Babilonia de Nabucodonosor, quien reinó desde el 604 hasta el 562 a.n.e., el imperio neo-babilónico logró importantes triunfos. Sus ejércitos llegaron hasta las proximidades de Egipto, al tiempo que reconquistaron Siria, Fenicia y Jerusalén, cuyo templo fue arrasado. Babilonia, entonces se convierte definitivamente en el centro político del nuevo imperio, y de todas las épocas, es en esta cuando fue notablemente embellecida (de esta época datan los legendarios Jardines Colgantes, famosos en toda la antigüedad).
Se construyeron obras públicas, fortificaciones y un magnífico zigurat dedicado al dios Marduk; establecieron los primeros calendarios, sabían predecir eclipses, inventaron el horóscopo, dominaron las matemáticas, y hasta tenían literatura, entre ellos la famosa Epopeya de Gilgamesh. En sí podemos afirmar con toda seguridad que culturalmente el Segundo  Imperio Babilónico era el resumen de todos los avances culturales y tecnológicos del mundo en aquella época.
No obstante, el esplendor del imperio caldeo-babilónico sería efímero. La ineptitud de los sucesores de Nabucodonosor, sumado al formidable poder expansivo de los persas, acaudillados por el rey Ciro, habrían de precipitar la caída. En efecto, el rey persa, luego de someter a los medos y apoderarse del reino de Lidia, puso sus ojos sobre Babilonia y tras someterla a un implacable sitio logró conquistarla.Así Babilonia ciudad, y Babilonia cultura fueron asimiladas por el Imperio Persa, la última fase, hasta que más tarde este imperio desapareció luego de la invasión de Alejandro Magno.


Arquitectura
Templos. Zigurats, median hasta 100 metros. El tempo de Nabu, Ishtar.
Palacios. Palacios de Nínive, palacios de Korsabad.
Jardines colgantes. El más conocido es el que construyó Nabucodonosor II a su esposa en Babilonia.





Escultura
Bajorrelieve de palacios y templos.
Toros alados con cabezas humanas, escenas de caza, estatuas de demonios.


Ciencias:

Astronomía

Conocieron los planetas Saturno, Marte, Júpiter, Mercurio.
Los eclipses del sol y luna.
Calcularon el año en 365 días, 06 horas, 15 minutos y 41 segundos.
Dividieron el año en doce meses lunares.
Inventaron el cuadrante solar (Reloj solar en un plano)
Conocieron la astrología para practicar la adivinación del futuro.
(Inventaron el horóscopo/ calendario de 12 meses)


Matemáticas.-

inventaron la numeración decimal y sexagesimal.
Las medidas de longitud, el palmo, el codo, el dedo, el pie, el estadio, etc.
Las medidas de peso: la mina, el talento.
(Dominaron la suma, resta, multiplicación, división y fracciones)


Escritura
La invención de la escritura se debe a los sumerios, quienes en el tercer milenio antes de nuestra era pasaron de una primera etapa pictográfica e ideográfica (dibujos estilizados de seres y cosas), a un sistema de puntos y signos verticales, horizontales y oblicuos, impresos sobre arcilla. Para grabar sobre las tablillas de arcilla, los sumerios utilizaban un estilo de caña, especie de punzón, que al imprimirse dibujaba signos con la apariencia de cuñas, de ahí el nombre de cuneiforme con que se los conoce.
Los testimonios escritos hallados en las ciudades sumerias revelan el alto grado cultural alcanzado por los mesopotámicos: contratos, actas de matrimonios, ejercicios de escuela, reglamentos, códigos legislativos, todos grabados en caracteres cuneiformes, que nos da la pauta de la gran difusión e importancia de la escritura sumeria. Cuando los acadios se establecieron en la región adoptaron la escritura sumeria, simplificando su valor silábico hasta alcanzar los umbrales del alfabeto. Su escritura fue la cuneiforme, llamada así porque los signos que la compone fueron mayormente la forma de cuñas y clavos, escritos no sobre papiro, sino sobre ladrillo. Las enormes bibliotecas como la elamita, están compuestas de millares de tablillas de arcilla o ladrillo con incisiones hechas a punzón.

Religión

Todos los pueblos que pasaron por Mesopotamia fueron politeístas. Adoraron a los astros y fuerzas de la naturaleza, sus dioses se caracterizaron por su extrema crueldad así como por su absolutismo.
Entre los mesopotámicos las divinidades eran concebidas como seres inmortales y todopoderosos. Cada ciudad-estado rendía culto a un dios protector: Sin (la Luna), en Ur; Shamash (el Sol) en Lagash; Enlil( el Aire) en Nippur. Cuando otros pueblos se asentaron en la región, se incorporaron nuevos dioses, que se identificaban o agregaban a los ya consagrados. Así, el dios de Babilonia- Marduk- fue identificado con Enlil. También desarrollaron creencias de ultratumba. Creían en la supervivencia del alma después de la muerte. Por tal motivo daban importancia a los ritos relacionados con el entierro del difunto, pues pensaban que luego de este acto el alma quedaba sumergida a perpetuidad en un ámbito infranqueable para los hombres.
Los sacerdotes, con sus ritos y oraciones, constituían el nexo entre los fieles y los dioses: solo ellos conocían las complicadas fórmulas rituales capaces de llegar a los oídos de las divinidades. El templo, además de la morada del dios, era la casa de la salvación, a la que podía accederse mediante la observación de una recta conducta. La adivinación constituyó una parte importante de las creencias mesopotámicas. Sacerdotes especiales creían ver en el examen de las vísceras de ciertos animales sacrificados, premoniciones y mensajes de la voluntad divina. A través de la literatura litúrgica han llegado hasta nosotros algunas fórmulas invocadas por los magos para conjurar las influencias de los espíritus malignos.
Cada planeta tenía el nombre de un dios:
Júpiter (marduk/Hammurabi); personifica al dios supremo caldeo, dio muerte al caos.
Venus (Ishtar); la belleza, la fecundidad y el amor, personifica la guerra.
El Sol (Shamash) a la luz y la justicia, juez supremo.
EA Dios de las aguas.
La Luna (Sin). Marte (Nergal) Mercurio(nebo)...


Sociedad y economía
De la lectura del Código de Hammurabi se desprende que la sociedad se dividía en hombres libres, subalternos y esclavos. Estos últimos eran, en general, prisioneros de guerra o extranjeros comprados fuera del país. Los subalternos, por su parte, constituían una categoría intermedia entre los hombres libres y los esclavos.
De acuerdo con el mismo Código, el matrimonio era monogámico y podía ser disuelto en casos muy especiales como la esterilidad o enfermedad grave. La mujer gozaba de plenos derechos, incluso podía disponer de sus bienes propios sin intervención del marido. Como la agricultura constituía la base de la vida social y económica, la legislación le prestaba especial atención. Los impuestos se pagaban en especies y se reglamentaron todos los aspectos relacionados con esa actividad (canalizaciones, catastros, distribución del agua, etc.).
En los fértiles terrenos aluvionales de Babilonia se cultivaron cereales, pero el vegetal más común era la palmera, de la cual, además de los dátiles, se extraían bebidas espirituosas y fibras para la industria textil.
Los mesopotámicos fueron muy buenos ganaderos: prosperó el ganado vacuno, lanar y luego de la entrada de los indoeuropeos, el equino. Desde muy antiguo las ciudades sumerias desarrollaron importantes artesanías, en especial en el ámbito de la ebanistería, la metalurgia, la orfebrería y la producción textil.