viernes, 11 de marzo de 2016

REVUELTAS DE LA FRONDA....LA REBELION CONTRA EL GOBIERNO DEL CARDENAL MAZARINO




Nombre que se le dio a la rebelión desencadenada en 1648 contra el gobierno del cardenal Mazzarino, primer ministro durante la minoridad de Luis XIV de Francia. La oposición a la regencia de Ana de Austria y de su todopoderoso valido se manifestó desde el inicio de su gobierno en muy diversos frentes.

Tras la muerte del cardenal Richelieu , privado de Luis XIII, la aristocracia creyó poder recuperar el poder perdido en el proceso de centralización monárquica llevado a cabo por el cardenal y urdió continuas intrigas contra el nuevo primer ministro. Mazzarino, que contaba con la protección inquebrantable de la reina madre, actuó con extrema dureza contra los nobles levantiscos, lo que acabó de enquistar la hostilidad de la alta nobleza. En las provincias, las tendencias autonomistas de la aristocracia territorial tendieron a acentuarse tras la desaparición de Richelieu. Mazzarino, sin embargo, puso en marcha una política de centralización administrativa supeditada a los intereses de la guerra con los Habsburgo de España y Viena, que tendía a incrementar el absolutismo monárquico. Esto agravó la oposición entre las pretensiones de independencia de los príncipes territoriales y el gobierno del primer ministro. Por otra parte, la nueva administración levantó también la hostilidad de los tribunales soberanos (parlamentos de las ciudades, tribunales de impuestos y de cuentas) y de los oficiales de la administración tradicional, que comenzaron a organizarse en sindicatos influyentes, multiplicando las manifestaciones de protesta contra las crecientes atribuciones de los intendentes y comisarios reales. Estas oposiciones se enquistaron progresivamente debido a las duras medidas fiscales que adoptó Mazzarino para el mantenimiento de la guerra. Para frenar el déficit el cardenal recurrió a los expedientes extraordinarios (venta de cargos, reducción de rentas, préstamos forzosos, etc), al aumento de los tributos tradicionales y a la creación de otros nuevos que afectaron particularmente a la burguesía parisiense. La Fronda representó el violento estallido de este descontento latente. En ella desempeñaron un papel esencial como instigadores y dirigentes los procuradores de los parlamentos, y especialmente del parlamento de París. Por su parte, la nobleza quiso restaurar su tutela sobre la monarquía, incluso si para ello era necesario buscar el apoyo de los enemigos exteriores de Francia. Finalmente, la miseria reinante (se produjeron terribles hambrunas) ,el aumento continuo de la presión fiscal y la crisis general de la economía crearon entre las capas populares un ambiente prerrevolucionario que fue aprovechado como fuerza de choque tanto por la burguesía representada en los parlamentos como por la nobleza. Estas diversas oposiciones tuvieron su único punto de confluencia en el odio común hacia Mazzarino, sin que mediara nunca entre ellas un programa común.


Primera Fronda o Fronda Parlamentaria

Se extendió de agosto de 1648 a marzo de 1649. El 13 de mayo de 1648 los procuradores del parlamento de París y los de los tribunales soberanos se juramentaron para oponerse a las medidas fiscales dictadas por el ministro de Hacienda de Mazzarino, el italiano Particelli d’Émery. A pesar de la prohibición de Ana de Austria, los procuradores permanecieron reunidos durante una semana en el palacio del Louvre. La asamblea redactó una carta con 27 artículos cuyo contenido desmantelaba la obra de centralización administrativa de Richelieu y Mazzarino, colocando a la monarquía bajo el control de los procuradores. Este documento fue acogido con entusiasmo en París. Ana de Austria, ante la presión popular, tuvo que ceder a las exigencias de los procuradores mientras ganaba tiempo. Unos días después, la noticia de la victoria del ejército francés, al mando del príncipe de Condé, sobre los españoles en la batalla de Lens recuperó momentáneamente el prestigio del gobierno. Mazzarino aprovechó este momento para actuar contra los procuradores, e hizo detener a tres de sus dirigentes más populares . La reacción popular fue inmediata y París se llenó de barricadas. La regente tuvo que ceder y liberar al líder de los procuradores, Broussel. Mazzarino se vio forzado a ratificar los 27 artículos en octubre de 1648 en una nueva maniobra para ganar tiempo mientras preparaba la intervención del ejército contra los rebeldes.
Protegidos por las tropas del príncipe de Condé, en enero de 1649 el cardenal y la familia real huyeron de París para refugiarse en Saint-Germain-en-Laye. Inmediatamente el parlamento de París se hizo cargo del gobierno y declaró a Mazzarino enemigo público en los numerosos libelos contra el cardenal que, conocidos como las mazzarinadas, circularon por toda Francia. El ejército de Condé puso cerco a la capital, defendida por la milicia urbana improvisada por los rebeldes. Sin embargo pronto surgieron disensiones entre éstos. Los parlamentarios burgueses se asustaron ante la agitación incontrolable del pueblo llano. Finalmente decidieron pactar con la regente. En la Paz de Rueil (11 de marzo de 1649) Ana de Austria otorgaba el perdón general a los rebeldes, a cambio del compromiso del parlamento de no celebrar más reuniones con los tribunales soberanos. En agosto, la reina madre y el joven rey regresaron triunfalmente a París, sin que de hecho se hubiera producido ningún cambio sustancial en el gobierno.

Segunda Fronda o Fronda de los Príncipes

En enero de 1650 las ambiciones del general Condé reavivaron nuevamente el movimiento. Alentado por sus numerosos éxitos militares y por el crédito que ganaba ante la monarquía, Condé aspiraba a sustituir a Mazzarino al frente del gobierno. Ana de Austria, protegiendo al cardenal, hizo detener y encarcelar a Condé junto a otros dos príncipes, Conti y Longueville. Los partidarios de Condé consiguieron salir de París y trataron de sublevar a las provincias, al tiempo que entablaban contacto con España. Se produjeron sublevaciones en Normandía, Poitou, Guyena, Provenza y Borgoña, mientras en la frontera norte el general Turenne se unía a la causa de Condé con su ejército. Mazzarino actuó con celeridad. En octubre de 1650, el ejército real, al que acompañaban la propia Ana de Austria y el cardenal, hizo capitular a Burdeos, centro de la rebelión, y en diciembre derrotó al ejército de Turenne y a las tropas enviadas por España a la región de Champagne .


Unión de las dos Frondas

La victoria de Mazzarino hizo temer al parlamento de París porque ésta suponía el fortalecimiento de su poder y una vuelta al despotismo del cardenal. Ello provocó la unión de las dos Frondas en diciembre de 1650, unión que duró hasta septiembre de 1651. Los parlamentarios, encabezados nuevamente por Broussel, retomaron el programa de 1648 y exigieron la libertad inmediata de los príncipes, al tiempo que urdían acuerdos con los nobles hostiles a Mazzarino.
El 3 de febrero de 1651 el parlamento de París exigió la destitución del cardenal como primer ministro. Éste, consciente de que el odio contra él era el único punto de coincidencia entre los rebeldes, decidió autoexiliarse, marchando a Brühl, junto a Colonia. Con la marcha del cardenal se produjo la separación de los frondistas. En septiembre, Luis XIV fue declarado mayor de edad por el parlamento mientras Condé, abandonado por sus partidarios, regresó a Guyena para continuar la rebelión desde el sur.


Cuarta Fronda o Fronda de Condé.

La huida de Condé desencadenó la última y más cruenta fase del conflicto. Condé negoció la intervención militar de Madrid y consiguió la adhesión de algunas provincias (Provenza, Berry, Anjou, parte del Poitou). De nuevo se trataba de un frente muy heterogéneo cuyo denominador común era la hostilidad hacia Mazzarino. Éste regresó a Francia en diciembre con un contingente de 7000 hombres reclutados en Alemania con su fortuna personal. El Parlamento de París temió una nueva ofensiva del cardenal y condenó tanto a Condé como a Mazzarino. Condé, que contaba con el apoyo del ejército español en los Países Bajos, marchó hacia París. Turenne, que había vuelto a la fidelidad al rey, se enfrentó a él en el barrio de Saint-Antoine de París . Condé, derrotado, consiguió sin embargo entrar en París, donde se hizo fuerte. La situación de Condé en la capital se hizo insostenible. Desató la represión contra los parlamentarios hostiles.
En agosto, Mazzarino, comprendiendo que era su presencia lo único que separaba a París del rey, tomó de nuevo el camino del exilio. En octubre, Condé huyó de París para refugiarse en los Países Bajos españoles y Luis XIV y su madre hicieron su entrada triunfal en la ciudad. La represión fue moderada pero Mazzarino esperó a diciembre para regresar del exilio. El cardenal recuperó fácilmente las riendas del gobierno, ya que en el país prevalecía el cansancio de la guerra interior y exterior. Las últimas revueltas en las provincias fueron sofocadas en los meses siguientes con facilidad. El final de la Fronda supuso en realidad el fortalecimiento del poder monárquico contra el que se había rebelado y la consolidación de Mazzarino como cabeza indiscutible del gobierno. El cardenal supo así, con su política, preparar el advenimiento del absolutismo monárquico que representó el reinado de Luis XIV.



Bibliografía

  • BERTIER DE SAUVIGNY, G. de. Historia de Francia
  • GOUBERT, Pierre. Historia de Francia. Cambridge
  • MANDROU, Robert. Francia en los siglos XVII y XVIII
    http://www.enciclonet.com/articulo/fronda-guerras-de-la/
  • http://1651.forosactivos.net/t47-la-revuelta-de-la-fronda

No hay comentarios:

Publicar un comentario