lunes, 26 de agosto de 2019

HARUN AL-RASHID....CALIFA DE LA DINASTIA ABASI DE BAGDAG Y LAS MIL Y UNA NOCHE



Harun al-Rashid (que traducido significa "Aarón el Justo") fue el quinto califa abasida y gobernó el Imperio Árabe desde el 786 hasta el 809 d. C. Durante su reinado, el califato se extendía desde España en el oeste hasta la India en el este, y era el ente político más poderoso del mundo. Harun fue un gobernante capaz y su reinado supuso una época de progreso científico y cultural, y de prosperidad para sus súbditos.RASHID...



Fue el hijo del tercer califa y Al-Jayzuran, una antigua esclava del Yemen. Se alzó con el poder tras la muerte de su hermano, Abu Abdullah Musa ibn Mahdi al-Hadi. Al-Hadi murió de una dolencia estomacal en unas circunstancias algo sospechosas que hacen creer a algunos que su madre pudo haberle envenenado para disfrutar de la mayor influencia que ejercía sobre Harun, su hijo menor. Sea cierto o no, Al-Jayzuran fue una de los consejeros de Rashid hasta su muerte, en el 789.

Al principio del reinado de Harun, la capital del califato era Bagdad, una nueva ciudad que había fundado un califa anterior. Era un centro de las artes y la religión, con muchos edificios hermosos. Harun fundó allí la "Casa de la Sabiduría", una biblioteca y centro de investigación que recopiló y tradujo escritos científicos de los persas, hindúes, griegos y romanos. Bagdad floreció y se convirtió, quizás, en la ciudad más grande y rica del mundo.
 Más tarde, Harun trasladó su gobierno a la importante ciudad estratégica de Raqqa, pero Bagdad siguió siendo una gran ciudad de las artes, las ciencias y el comercio durante los siglos siguientes (fue conquistada y saqueada por los mongoles en el 1258).



En "Las mil y una noches" encontramos una descripción algo fantasiosa de Harun, según la cual, el califa vivió en un suntuoso palacio en el que manaban el oro, la plata y las joyas. Aunque es exagerado, existe un hecho cierto subyacente. El imperio obtuvo grandes riquezas durante el reinado de Harun, y buena parte de ellas acabaron en los cofres del califa. Según los historiadores antiguos, la esposa de Harun exigía que toda la cubertería de su mesa fuera de oro con incrustaciones de piedras preciosas.
A nivel político, Harun intentó mantener relaciones cordiales con las potencias europeas. Mantuvo relaciones diplomáticas directas con Carlomagno y, en los años previos a las Cruzadas, los europeos podían acceder libremente a Jerusalén y la Tierra Santa. También mantuvo relaciones diplomáticas con la corte imperial china. Sin embargo, su trato con los bizantinos fue algo menos amistoso.
Durante el reinado de su padre, Harun atravesó Turquía con un ejército hasta llegar a las puertas de Constantinopla, la capital del Imperio Bizantino. Tras negociar con la emperatriz Irene, Harun perdonó a la ciudad a cambio de un tributo anual de 70.000 piezas de oro. Cuando Irene fue depuesta, los bizantinos renegaron del acuerdo en el 806. Harun condujo un nuevo ejército y, una vez más, forzó la rendición de los bizantinos.
Harun murió en el 808, mientras se ocupaba de una rebelión en Irán. Le sucedió su hijo, Mamun. Su fallecimiento marcó el inicio de un lento declive del Imperio Árabe, pues los enemigos externos y las rebeliones comenzaron a desmembrarlo. Aunque el imperio siguió existiendo durante varios siglos, nunca volvió a alcanzar las cotas de esplendor que tuvo con Harun al-Rashid.
 Aunque se produjeron guerras y problemas internos, la mayor parte del reinado de Rashid fue pacífico y próspero. El califato disfrutó de un crecimiento económico e industrial, y de una explosión comercial. Era amante de la música y la poesía, y se sabe que fue pródigo en regalos a los artistas de su corte. Aunque no fue necesariamente un gran líder, Rashid gobernó su imperio de forma competente en la cúspide de su poder y riqueza.


                                      El lento declive a la muerte de Harun al Rashid

                             

                                            EL SUEÑO DE LAS MIL Y UNA NOCHES

Me aturden esos ojos de azabache
quisiera perderme contigo en el desierto
buscar alli la respuesta a mis miedos
y en un oasis de pasion tomarte sin consuelo


Cabalgar entre las dunas a lomos de un camello

sofocando el calor con el sorbo de tus besos
y blandiendo mi espada de oro y fuego...
batirme en la batalla bajo un sol justiciero


Sin temor a nada,sin perder el sosiego

enredandome en un idilio,de amor ,pasion y deseo
luchando por conseguir lo que un dia fue nuestro
y desafiando el viento que llega a nuestro encuentro


Las ventiscas de la noche hacen su rodeo

buscandome en mi lecho para de mi arrancarte
para que nuestro amor se rompa en pedazos
y que tan solo quede,el rumor del viento


Despierta de tu sueño,mi amor del desierto

me quedo con tus ojos,sel color del desierto
con tu sonrisa de labios suaves y sabor a incienso
con tu perfume que quedo impregnado en mi cuerpo


El recuerdo que me llevo es lo mas sagrado

haber tenido tus caricias y tus besos robados
en la intimidad de tu jaima en un oasis de pasion
el sueño de las mil y una noche,lo cumplio mi corazon
  





viernes, 23 de agosto de 2019

EL ESPIONAJE EN LA EDAD MEDIA




Mercaderes, embajadores o músicos itinerantes actuaban como informadores secretos de sus reyes en cortes extranjeras.
 Si una profesión se ha perpetuado en el tiempo y ha estado presente en la historia de todas las sociedades humanas, ésta ha sido, sin duda, la de espía. Siempre que una comunidad ha tenido algo que proteger –un secreto político, una ventaja estratégica, un recurso económico– sus competidores se han esforzado en conseguirlo. En la Europa medieval, la multiplicidad de naciones y los enfrentamientos entre ellas hicieron imprescindible la presencia de los espías. De hecho, la primera vez que un documento recoge la palabra espía data de 1264, cuando los venecianos definieron con ese término a los alemanes que reconocían el territorio e indagaban entre los habitantes en busca de información. El escritor Tomaso Garzoni los definía como «una clase de personas que secretamente entran en una ciudad para referir a su propio ejército información acerca del enemigo».
En la Edad Media hubo numerosos tipos de espía. Uno de los más comunes era el emisario oficial destinado en territorio enemigo con la misión de entregar un mensaje. Podían ser des-de simples mensajeros hasta los más honorables enviados, llamados heraldos, pertenecientes a la aristocracia. Estos últimos, en principio, debían estar alejados de una actividad tan deshonrosa como el espionaje, pero en 1389 el heraldo de Luis III, rey de Sicilia, acusaba de deshonestos y espías a sus homónimos en toda Europa.

En cuanto a los embajadores (enviados de un príncipe que residían de forma permanente en la corte de otro soberano), se los consideró desde el principio como espías potenciales. Enrique V de Inglaterra, por ejemplo, decidió encarcelar a todos los embajadores franceses mientras desarrollaba sus planes de invasión del país vecino.
Aparte de estos espías «oficiales», por decirlo así, muchas otras personas podían cumplir ocasionalmente las funciones del espía: desde mercaderes y comerciantes, hasta músicos, médicos, juglares, religiosos o hasta peregrinos. Por ejemplo, un astrólogo español disfrazado de peregrino del camino de Santiago fue enviado a Inglaterra para participar en el asesinato del rey Enrique VII; como había perdido dos dientes y se le podía identificar fácilmente por esa tara física, se hizo fabricar dos de repuesto en marfil del mismo color que los demás.

En líneas generales, durante el Medievo se podían distinguir tres tipos de espía según la función que desempeñaban: el «espía real», el agente ocasional y el agente captado. El primero de ellos corresponde a lo que en Inglaterra se denominaba Master Spyour, «espía mayor». Se trataba de una persona del círculo del monarca: un amigo personal, cercano en el trato cotidiano, de la máxima confianza, que solía ser miembro de la Cámara del Rey. Su misión consistía en gestionar la información que llegaba al gobierno a través de la red de espías establecida por él mismo. Es curioso el caso de Jacobo IV, que tenía como espía mayor a un simple mozo de cuadra.
Frente a este oficial de la Corona estaban los agentes de campo, aquellos que captaban la información. La mayoría eran agentes ocasionales, que a veces se veían obligados a cumplir esa tarea obligados por la Corona, a causa de alguna falta cometida. La mayoría, sin embargo, lo hacían por dinero, pagado del propio peculio del rey bajo el epígrafe de «asuntos privados». Así recibía desde 1379 su paga anual de cincuenta marcos el espía inglés en Francia Nicolás Briser. Por la misma época un tal Frank de Hale, capitán en Calais, base inglesa al norte de Francia durante la guerra de los Cien Años, contaba con un presupuesto de 104 libras para pagar «diversos mensajes y otros espías [...], para espiar y saber la voluntad y los hechos de los enemigos de Francia», así como de 50 marcos para la propagación de rumores falsos.
De todos los espías, el más útil era el agente captado, es decir, un espía enemigo descubierto y obligado a trabajar como agente doble. Aunque en la mayoría de los casos el agente descubierto era eliminado, se daba el caso de que pasara al servicio del príncipe que lo había capturado. Así pasó con Thomas Turberville, apresado por los franceses en 1294 y obligado a servirles en la corte de Eduardo I de Inglaterra, puesto que sus hijos fueron retenidos como rehenes en Francia. Al año siguiente Turberville fue desenmascarado, juzgado y, por último, ejecutado públicamente en la ciudad de Londres.
Por muy difícil que fuera captar agentes que obtuvieran una información veraz y útil, aún lo era más transmitirla hasta territorio seguro. Desde muy temprano en la historia se idearon sistemas de cifrado para proteger la información secreta. Los más sencillos consistían en sustituir letras por cifras. Al trocar las letras del mensaje en series de números o símbolos sin sentido aparente, se conseguía proteger la información. Eso sí, previamente había que entregar la clave de la cifra para el descodificado a receptor y emisor. Decenas de documentos bajo cifra descansan en el Archivo General de Simancas, ideados por el embajador de Isabel la Católica en Inglaterra, el doctor Rodrigo González de Puebla, y más tarde por el cardenal Granvela, con instrucciones y negociaciones sobre la boda del futuro Felipe II con la reina de Inglaterra.
Por el contrario, los agentes ocasionales –mercaderes, religiosos, músicos, campesinos, artesanos– empleaban métodos de espionaje más imaginativos. Los mercaderes al servicio del Consejo de los Diez, gestores del secreto en la Serenísima República de Venecia, desarrollaron un método metafórico en sus mensajes: cuando escribían paños bermejos, se referían a la armada turca; la armada española era codificada como paños verdes y el número de paños solicitados coincidía con las unidades militares; si recomendaban el uso del mantel de mesa estaban requiriendo la artillería, y si era obligatorio realizar el pago de una libra de seda por envío, los agentes requerían una partida de pólvora con urgencia.
No obstante, aun siendo importante proteger el contenido de los mensajes mediante cifras, lo era más garantizar el canal de comunicación entre los espías y los oficiales de la Corona encargados de transmitir los contenidos al gobierno. Durante la guerra de los Cien Años, Inglaterra desarrolló un corredor protegido para transmitir este tipo de informaciones. El punto de partida de los diversos agentes en el continente era la ciudad de Calais y el paso seguro para la entrega de información se realizaba entre la ciudad francesa de Wissant y la inglesa de Dover. Una vez en territorio insular, se habilitó un pasillo seguro hasta Londres, jalonado de postas, con parada obligatoria en las ciudades de Southwark, Canterbury y Rochester. En 1373 se disponía de un presupuesto de un marco por hombre y caballo al día.


En cualquier caso, en contra de la imagen romántica del espía aventurero difundida por la literatura y el cine, para la mayoría de las personas el espionaje constituía la más deshonesta de las actividades, pues se fundamentaba en la traición de la confianza obtenida. A través de la historia, el fin cantado de los espías fue la muerte, tras ser sometidos a los más variados métodos de tortura. Muy pocos espías desenmascarados lograron sobrevivir y los que lo hicieron fue a costa de doblar la traición. Asimismo, muy pocos hombres honorables se permitieron tal práctica en el Medievo; sólo en el siglo XX la figura del espía fue apartada del descrédito generalizado, de la infamia y de la calumnia.

lunes, 19 de agosto de 2019

EL TESTAMENTO INCUMPLIDO DE ISABEL LA CATÓLICA


El 26 de noviembre de 1504 fallecía en Medina del Campo Isabel la Católica. Hacía meses que circulaban rumores sobre la mala salud de la reina. Pedro Mártir de Anglería, erudito italiano que enseñaba latín y otras disciplinas en la corte, escribía en una carta pocas semanas antes: "Todo su cuerpo está dominado por una calentura que la consume, rehúsa toda clase de alimentos, sufre una sed que la devora y la enfermedad parece que va a terminar en hidropesía".

A los 53 años, la salud de la reina estaba muy quebrantada. A las fatigas que había afrontado desde su juventud se añadían grandes disgustos de índole familiar. En 1497 vio morir a su único hijo varón, el príncipe Juan. Al año siguiente moría la mayor de sus hijas, Isabel, casada con Manuel I de Portugal. El hijo de esta pareja, el príncipe Miguel, que había sido jurado heredero de las coronas de Castilla, Aragón y Portugal, también falleció cuando contaba tan sólo dos años de edad. También desasosegaban a la reina los problemas con su hija Juana, llamada a la sucesión tras la muerte de sus hermanos.

Poco antes de morir, la reina era consciente de que su final se acercaba y decidió otorgar testamento. En él se estipulaba que la heredera de castilla sería su hija Juana, pero el reino lo gobernaría a título de regente su esposo, Fernando el Católico. Isabel no indicaba abiertamente que su hija tuviera problemas de cordura, pero contemplaba la posibilidad de que no estuviera en condiciones de reinar. El párrafo en el que designa como regente a Fernando es revelador:
"Cuando la dicha princesa, mi hija, no estuviere en estos dichos mis reinos, o  en algún tiempo haya de ir y estar fuera de ellos, o estando en ellos no quisiere, o no pudiera entender en la gobernación de ellos, que el Rey mi señor rija, administre y gobierne  hasta en tanto que el infante don Carlos, mi nieto, hijo primogénito heredero de los dichos príncipe y princesa, sea de edad legítima  para regir y gobernar"
Tras la muerte de la reina, pronto surgieron conflictos familiares y tensiones entre el regente y algunos nobles castellanos. Fue un tiempo presidido por la incertidumbre política que culminaría, ya en el reinado de Carlos I, en la conocida como Guerra de las Comunidades, una sublevación de Castilla contra el nuevo monarca.

En cuanto a la guerra de las Comunidades,su presencia en el mundo rural fue destacable como movimiento antiseñorial, la revuelta de las Comunidades tuvo un marcado carácter urbano y municipalista, con claro dominio del patriciado hidalgo y letrado, en ciudades y villas como Toledo, Segovia, Avila, Salamanca, Cuenca, Madrid y Guadalajara. La alta nobleza quedó, en principio, al margen de la revuelta para ponerse del lado del Emperador en cuanto el tono antiseñorial del movimiento provocó las primeras alarmas entre sus miembros. 
Su programa aparece, ante todo, en los documentos y manifiestos de la Junta Santa de Avila constituida en septiembre de 1520, y su gran pretensión habría sido conseguir el apoyo efectivo de la reina Juana retirada en Tordesillas y cuya realeza plena reclaman los comuneros frente a los abusos de su hijo. Esta, sin duda, primera gran revuelta del siglo XVI (1520-1521) es una muestra del vigor de la postura particularista castellana frente al universalismo de la idea imperial de Carlos V y sus consejeros, quienes no consiguieron convencer en las Cortes de Santiago-La Coruña de los beneficios que para Castilla tendría la política carolina. Los comuneros defienden los privilegios y libertades del reino frente a la corte y al propio monarca, insistiendo en la necesidad de gobernar Castilla conforme a sus primeros fueros particulares, con el concurso de sus naturales (indigenato) y con el consentimiento de sus cortes privativas. 
Sus caudillos más destacados fueron el regidor segoviano Juan BravoFrancisco Maldonado, de Salamanca, y Juan Padilla, al frente de las milicias municipales de Toledo y quien asumió el mando de las fuerzas comuneras, convirtiéndose en el más importante jefe militar de los sublevados. El 23 de abril de 1521, los comuneros son derrotados por la caballería realista en Villalar; Padilla, Bravo y Maldonado serán ejecutados y sólo la ciudad de Toledo mantendrá viva durante algún tiempo la revuelta. En octubre de 1522, Carlos I concede un Perdón General que pretendía recuperar definitivamente la paz en Castílla tras los "grandes movimientos y alteraciones que en ella ha habido y hubo en ausencia de mí, el Rey... a voz de comunidades". 
En cumplimiento del testamento de la reina, y al estar Juana ausente por encontrarse en Flandes con su esposo Felipe, Fernando el Católico asumió la regencia de Castilla.
Cuando llegó a Flandes la noticia de la muerte de la reina y se conoció el contenido del testamento, Juana y Felipe no lo aceptaron. Felipe reclamaba su derecho a reinar, aunque sólo podía hacerlo en condición de consorte de Juana. La pareja contaba con el apoyo de una importante parte de la nobleza del reino.
El primer incumplimiento del testamento tuvo lugar poco después. El 24 de noviembre de 1505 se firmaba la Concordia de Salamanca, un acuerdo entre Fernando el Católico y su yerno, según el cual Felipe asumiría el papel de rey junto a su esposa, pero Fernando continuaría como gobernador de Castilla.



Juana y Felipe llegaron a Castilla en la primavera de 1506. Desembarcaron en Coruña, donde fueron recibidos con alegría por sus partidarios. Era el momento que habían estado esperando para desplazar a Fernando. Felipe quería que abandonase el gobierno de Castilla y se retirase a su reino de Aragón. Por otro lado Felipe, que sólo era rey consorte, buscaba inhabilitar a su esposa. Afirmaba que Juana había dado muestras de inestabilidad mental. Los arrebatos pasionales de Juana dejaban paso a accesos de cólera incontrolados que evidenciaban ciertos desequilibrios. Pero la hija de los Reyes Católicos ofrecía pruebas de sensatez y madurez que permitían refutar que estuviera loca. Su esposo no consiguió inhabilitarla y encerrarla, al negarse las Cortes a incapacitarla como reina.
Una vez en Castilla, Juana y Felipe plantaron cara a Fernando convirtiendo en papel mojado la cláusula del testamento de Isabel. A finales de Junio, Fernando y su yerno firmaron la Concordia de Villafáfila, y el 12 de julio Juana y Felipe eran jurados como reyes de Castilla por las Cortes. Por las mismas fechas Fernando cruzaba la frontera de Aragón con Germana de Foix, su nueva esposa.

En el transcurso de un viaje a Nápoles, Fernando recibió la noticia de la muerte de su yerno Felipe. Oficialmente había muerto a consecuencia de unas calenturas sobrevenidas después de beber agua helada, pero corrió el rumor de que fue víctima de un envenenamiento, y de que detrás de su muerte estaba la mano de su suegro. Ante Fernando se abría ahora la perspectiva de asumir de nuevo la regencia de Castilla, que provisionalmente desempeñaba el cardenal Cisneros.
El rey regresó de Nápoles y se encaminó hacia Burgos. Antes de llegar tuvo un encuentro con su hija Juana, que llevaba un año recorriendo la meseta sin separarse del féretro de su esposo. Su pasión y su cólera se habían convertido en "locura de amor". Su padre decidió entonces recluirla en Tordesillas.



Durante su segunda regencia entre 1507 y 1515, Fernando ajustó cuentas con algunos nobles que habían apoyado a su yerno Felipe. Durante esos años el rey logró dominar a la levantisca nobleza castellana. Privó a ésta de parte de su peso político, pero no pudo reducir su poder económico ni su influencia social.

En los últimos años de la regencia se evidenció la senectud del rey, cada vez más decrépito, sobreviniéndole la muerte el 23 de enero de 1516 en Madrigalejo. Asumió de nuevo la regencia el cardenal Cisneros en nombre del príncipe Carlos, que tanto para castellanos como para aragoneses era un desconocido, porque nunca había pisado la península ibérica.

jueves, 15 de agosto de 2019

HISTORIA DE LOS HURRITAS Y MITANNI



Los hurritas fueron un pueblo de origen indoeuropeo que habitó en la antigüedad una región centrada en el valle del río Khabur (norte de Mesopotamia y sus alrededores), lo que comprende los actuales sudeste de Turquía, norte de Siria e Irak y noroeste de Irán. Llegaron al norte de Mesopotamia alrededor del 2300 a. C. y prácticamente habían desaparecido hacia el 1000 a. C. Entre los numerosos estados que fundaron, destaca el de Mitani, también conocido como Naharina, que fue una de las grandes potencias de su época. Su distribución es similar a la de los kurdos en la actualidad. Mitani fue un estado feudal dirigido por una aristocracia militar que llegó a la zona en torno al 1800 a. C. o al 1700 a. C. y que llegó a adquirir una gran importancia en torno al 1600 a.C., debido a su privilegiada situación a orillas del río Orontes y entre los imperios asirio, egipcio e hitita. Este reino habría sido conquistado por Asiria, quedando anexionado en 1270 a. C. y convertido en el virreinato o provincia de Hanigalbat.

Tal vez fue uno de los pueblos que más intento hacerse un espacio definitivo en Medio oriente, pero llegó demasiado tarde. Hablar de hurritas es algo complicado pues existen pocas fuentes directas y lo que se sabe de ellos es a través de intermediarios como asirios, hititas y egipcios. Además, una parte de la nación hurrita instauró el llamado Imperio de Mitani algo de lo que hablaremos de ellos en detalle más adelante. Es por eso que en un principio se conoció al pueblo como Mitani o mitano, hasta que gracias a fuentes hititas (cuyas fuentes los mencionan como hurtas) y son mucho más antiguas, terminaron por imponer este apelativo. No se sabe con exactitud de donde vinieron, y por lo general se han seguido rastros desde la parte este de Anatolia o de la zona norte del Mar Negro y el Cáucaso. Se cree que sus principales apariciones datan de la era del Imperio Acadio asentándose en ciudades como Nuzi o Urkesh. Sin embargo gran parte de esta nación nómada, no realizaba sus viajes precisamente a pie, sino más bien a caballo, pues fueron ellos los que se encargaron de introducirlo en Medio Oriente. Además con el tiempo tomaron la rueda de los sumerios para construir ya no carruajes que los ayudasen en sus actividades cotidianas, sino más bien carros de combate.

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Después de este importante aporte, los hurritas se esparcieron sobre la zona de Palestina y Siria y llegaron más al sur, hasta el Egipto Antiguo, sin muchos problemas gracias a su arma secreta. Existe cierta discusión si fueron ellos o los hititas los inventores de los transportes para conflicto más antiguos, sin embargo, en Egipto, los hurritas fueron llamados hicsos (si bien algunos historiadores hace una distinción, esta es irrelevante), y allí las crónicas históricas de los hijos del Nilo y otras fuentes señalan el azote de este pueblo que poseía armas superiores y que introdujo el caballo y la rueda a dichos lares. Entonces, todo parece indicar, que si bien fueron los hititas los que catapultaron a la fama el carro de combate tirado por caballos de guerra, no fueron ellos los primeros inventores de dicha idea. Con el paso del tiempo los hurritas establecidos en la zona de Mesopotamia terminaron marchándose hacia el oeste, hacia Siria y Palestina otra vez, tras no soportar las sucesivas luchas que acaecían en su antiguo hogar. Sin embargo al unirse a otros grupos hurritas que se hallaban allí por siglos, encontraron con que el lugar ya había sido ocupado por otros más, entre ellos los hititas que se hallaban en un intento de expansión. Llegaron  a ubicarse en una zona llamada Yamhad ubicada en la actual Siria, hasta que esta cayó bajo el dominio de los hititas. Además ejercieron influencia sobre numerosos reinos tales como Alepo, Alalakh y Kizzuwadna. Los dos primeros se mantuvieron libres hasta casi finales del siglo XVII a.n.e., mientras que el último soportó hasta casi el término del siglo XV a.n.e. cuando el rey hitita Tudhalia I lo redujo al vasallaje pero con política interna independiente aún, aunque en el siglo siguiente, Shubiluliuma I, otro monarca hitita lo convirtió finalmente en una provincia de su imperio. Pero los hurritas no estaban aún totalmente derrotados. Habían peleado durante siglos por un lugar en donde asentarse y estaban lejos de rendirse a pesar de haberse visto siempre superados, avasallados o desplazados.
Pero aún quedaban hurritas libres y sobre todo con ganas de establecerse en un solo lugar. Finalmente eligieron la zona en ese momentos más apta pero que con el paso de los años se convertiría en la más vulnerable. Las correrías que habían tenido en el oeste contra los hititas los hizo movilizarse hasta la frontera con la Alta Mesopotamia. Además los casitas habían invadido Babilonia y el primer imperio establecido por Hamurabi se había venido abajo, al mismo tiempo que los asirios no eran los suficientemente fuertes y los hititas estaban contentos con la toma de Alepo. Si bien los hurritas no se introdujeron de lleno en la región mesopotámica prefirieron quedarse sólo cerca a ella. Entonces en aquella porción de terreno que quedaba libre entre la Alta Mesopotamia y la frontera hitita en el este de Anatolia y parte de Siria, se ubicó el reino hurrita más destacado de todos: conocido sencillamente como Mitani llamado así por los egipcios, si bien existen nombres como los de Hurri o Hanigalbat (de Khanigalbat), como lo llamaban los asirios.
El poder de Mitanni se basó en la creación de un nuevo tipo de guerrero: el mariyannu (joven guerrero en indoeuropeo). Este arquetipo era el auriga perfecto. Así desarrollaron un nuevo tipo de carro de guerra, ligero, aunque más robusto que el egipcio, con dos caballos, un conductor y el noble. Pero el toque maestro llegó con el uso de las armaduras. Los hurritas desarrollaron la cota de escamas de bronce, que los nobles mitannios usaron para cubrirse tanto ellos como sus caballos, dado que la protección del escudo era muy poco eficaz y se necesitaba una mayor protección frente a los arqueros enemigos. Los veloces carros, dirigidos por un auriga y con un guerrero protegido desde la cabeza a los pies, y equipado con un poderoso arco, y con caballos también parcialmente protegidos, se convirtieron en el núcleo del ejército. El efecto de este ejército sobre la infantería enemiga era terrorífico, y el continuo entrenamiento de los nobles les dio cierta superioridad sobre los cuerpos de carros enemigos. El concepto de maryannu fue rápidamente copiado por todo Oriente, y en él se basaron tanto egipcios como hititas y ciudades estados de Siria y Palestina para mejorar sus carros. De hecho, este tipo de guerrero sería, tras la caída del reino, el mayor legado de este valeroso pueblo, una nueva arma que revolucionaría la Baja Edad de Bronce.
Según las escasas fuentes disponibles, el ejército de Mitanni se organizaba en dos alas de carros (derecha e izquierda), con una retaguardia de infantería no especializada, cuyas funciones eran de apoyo y de sostenimiento del centro del ejército cuando las alas de carros se lanzaban al combate.
Los archivos de Nuzi hacia el 1.400 AC detallan el equipo de cada carro: dos carcaj con 37 flechas cada uno, arco, látigo, escudo, espada, lanza, casco y coraza escamas de bronce.
El cuerpo de infantería se componía de personal equipado con escudos y lanzas cortas, que no luchaban en falange, sino que se comportaban como una infantería media auxiliar, dando apoyo al sistema de carros. También se usaron corredores, tropas ligeras que corrían detrás de los carros para auxiliar a los aurigas, protegerlos si caían o incluso, apoyar en sus ataques a los carros enemigos.
También se reclutaron tropas de infantería ligera entre feroces tribus menos culturizadas, como los Apiru, que luchaban como hostigadores, y que eran conocidos tanto entre los egipcios como entre los Mitanni.
A pesar de contar con recursos humanos inferiores a los de Egipto y los hititas, los mitannios, con la ayuda de las ciudades estado subyugadas, y desplegando un buen número de nobles maryannu, se batieron con dureza a lo largo y ancho de Oriente Próximo.
Fueron especialistas en la cría y doma de potros, y se les atribuye las primeras carreras de carros, de ellos aprenderían más tarde los hititas.
El imperio de Mitani o reino de Mitanni como mejor prefiera llamársele, duró poco más de dos siglos y su capital fue Washukanni. Antes que nada, los dos primeros reyes son legendarios y no se conoce nada acerca de su gobierno más que sus nombres. Kirta instauró el reino alrededor del año 1500 a.n.e., y Shuttarna I se encargó de asentarlo. El tercer soberano, Barattarna es de quién se tienen muchos más datos y su existencia está comprobada gracias a tablillas cuneiformes. Los primeros en enfrentarse a los hurritas mitanes fueron los egipcios. Estos luego de varios meses de campaña consiguieron hacerse con parte de Fenicia en la zona de Palestina actual. Del sucesor Parshatar no se sabe mucho, pero tal parece que durante estos años, mediados del siglo XV a.n.e. aprox., Alepo volvió a Mitani.
Shashtatar fue el nuevo rey de Mitani quién saqueó Assur llevándose tesoros importantes y tal parece que Asiria, débil por aquel entonces, fue obligada a pagarle tributo a los hurritas. Luego le sigue Artatama I y a éste Shutamma II, el cual pactó con los egipcios, según atestiguan numerosas cartas y textos hallados. Esto no parece tan descabellado debido a los ricos tesoros de Egipto y otros recursos que Mitani necesitaba. Además al parecer ambos países se necesitaban en contra de los hititas los cuales venían azotando las fronteras de los hurritas. Luego tenemos a los reyes Artashumara, el cual fue asesinado rápidamente tras asumir. Lo sucedió Tushratta, su hermano. Aquí empezó una serie crisis en la cual Egipto se alejó mientras que hititas y asirios seguían presionando la frontera. Por otro lado, los estados vasallos de los hurritas comenzaron a revelarse apoyados por los hititas, los cuales después terminaron invadiendo el Imperio Mitani sembrando el caos y la destrucción, empero no pudieron tomar la capital y se asentaron más en la zona de Siria. Al parecer durante esta era de expansión hitita sería cuando estos tomaron el carro de combate, aquella arma que tantas victorias les había dado a los hurritas. El siguiente rey fue Artatama II, el cual junto con Shuttama III pasaron por momentos de incertidumbre. El primero fue apoyado en subir al trono por los hititas y el segundo por los asirios, los cuales ya parecían hacer planes para repartirse aquel pastel gigante que era Mitani y que sólo parecía interrumpir la expansión de estos dos pueblos. Después llegó Shattiwaza, quién se alzó con el poder, cuando los hititas tomaron Carchemish y parte de la zona oeste al Éufrates, asegurándose territorios que servirían de escudo ante Asiria.
El siguiente rey fue Shattuara I, el cual fue humillado tras ser hecho prisionero y llevado a la misma Assur, donde fue comprometido por el asirio Adad-nirari a pagar tributo. El sucesor del soberano hurrita fue Wasashatta, el cual se rebeló abiertamente contra los asirios, pidiendo ayuda a los hititas inútilmente, pues estos prefirieron ocuparse de sus propios asuntos. Sí fingieron que iban a ayudarlo recibiendo el dinero, pero jamás fueron a su socorro. Los asirios entonces llegaron a Taidu y tomaron muchas otras urbes más entre ellas Nabula, Kahat, Amasakku y Hurra. También cayó Irridu, y el rey Wasashatta y toda su familia fueron capturados. El destino de la familia real es incierto, pero tal parece que ocuparon alguna provincia vasalla. Adad nirari entonces tomó el título de gran rey. Aparentemente con Wasashatta el Imperio Mitani, si es que aún se le puede llamar así, llegó prácticamente a su fin. El reino hurrita que más se había desarrollado e intentado preponderar en un estado y territorio, cuyo levantamiento y consagración, les había costado sangre y esfuerzo, ahora llegaba a su fin. Hubo aún uno más que podría llegar a ser considerado como rey de Mitani, si bien algunos prefieren no incluirlo en la lista. Primero esta Shattuara II, quién durante el reinado del asirio Shalmaneser I, se rebeló con la ayuda de los hititas. El ejército sublevado estaba bien preparado, pero el monarca asirio no tuvo piedad y mató a casi 15 mil, cegó a muchos otros, y destruyó lo que quedaba de las ciudades hurritas incluyendo Taidu e Irridu. Los pueblos identificados como hurritas fueron finalmente deportados y esparcidos perdiéndose por diversos lares. Los pocos que quedaron sobre el antiguo territorio de Mitani, después se vieron enfrascados en una lucha entre hititas y asirios. Estos últimos perdieron territorios orientales, a causa de invasiones como la de las tribus arameas, alrededor de un siglo más tarde de la caída de Mitani como entidad política totalmente autónoma. Respecto a los pueblos hurritas que se asentaron en Palestina y Siria, se terminaron mezclando y usando otros idiomas, primero el acadio y después el arameo.

En cuanto a la cultura,la lengua hurrita no está relacionada ni a la de los indoeuropeos ni tampoco a la de los semitas. En realidad se sabe muy poco de ella, por ende también es difícil descifrar el origen. Adoptaron la escritura cuneiforme renovada por los acadios. Como ya citamos, con el tiempo solo en Mitani y en algunos otros lugares se mantendría la lengua, pues los hurritas terminaron mezclándose y adaptando los idiomas de otras naciones vecinas. Quizá la alfarería es la mejor representación que los identifique. Se diferencian dos estilos, el Khabur, caracterizado por sus trazos rojizos con figuras y líneas triangulares, donde no hay efectos redondeados o curvas. Por otro lado tenemos el estilo Nuzi, el cual por lo general está pintado en blanco o marrón. Además destacan en la metalurgia, ya que fueron muy buenos comerciantes de plata, cobre y estaño, intercambiándolo por oro, el cual era escaso en sus tierras o las rutas comerciales que dominaron. Empero, aunque resulte paradójico, se han encontrado muy pocas obras hechas con metales, salvo por algunas figuras de leones descubiertas en Urkesh, y de tamaño pequeño. También fueron buenos músicos, y como ya hemos citado, domadores de los mejores caballos de la región. Respecto a sus principales dioses tenemos a Teshub, (el mismo de los hititas), Hebat, Kumarbi padre de Teshub; Shimegi, el dios del sol; entre otros. Si bien no le daban tanta importancia a los templos como los mesopotámicos, estas deidades y otras más, tenían algunos lugares de culto en diversas urbes.

martes, 13 de agosto de 2019

CABALLEROS DE HIERRO,ARMAS Y TÁCTICAS MILITARES DE LA EDAD MEDIA


En la Alta Edad Media,los dos núcleos de poder mas sólidos eran el Imperio Carolingio y Bizancio.En ambos Estado,asi como en el resto de los Reinos,la caballeria era la esencia del ejercito y asumia el protagonismo del choque y la iniciativa en el campo de batalla,mientras que la infantería contaba con menor presencia.
Gracias a la difusión de la silla de montar,el estribo y la herradura a partir de los siglos VII y VIII (aportaciones de los los pueblos germánicos),los jinetes no solo podian apoyarse con mayor fuerza y ser mas estables,sino que eran capaces de maniobrar en cualquier terreno.Una carga de caballeria adquiria ahora una fuerza de choque brutal,al proyectar todo el peso del hombre y el animal.Con sus lanzas en ristre podian atravesar facilmente a los Infantes enemigos y desbaratar su formación para luego,tras la carga inicial,proseguir la lucha con sus espadas,hachas ó mazas.
En caso de cargar contra otra fuerza de caballeria el resultado era mas incierto incierto,dependiendo del numero,de la acometividad y de la calidad del armamento y.por supuesto,de la fortaleza y el entrenamiento delos caballos,necesarios para soportar el peso de los jinetes equipados.
El simple arrojo,la capacidad de resistecia fisica y el numero de combatientes eran los factores que solian decidir los choques,que casi nunca duraban mas que unas pocas horas diurnas.
El choque entre caballeros de dos ejercitos acababa cuando uno de los dos se rendia ó emprendia la huida.Tras ello,el vencedor solia perseguir y aniquilar a la infanteria vencida (plebeyos),mientras que los nobles derrotados,eran apresados para pedir rescate por ellos.
La batallas solian derivar en una "melé" de chiquillos,polvo y sangre en la que se mezclaban el choque de metales,los gritos,los lamentos y los relinchos de los caballos.En este ambiente la visibilidad era escasa porque,ademas,los yelmos dificultaban la vision.La confusion era tal que se hizo imperioso identificar donde estaban los respectivos jefes de los ejercitos,asi como la retaguardia con sus campamentos,refuerzos y vituallas,hacia donde debian  reagrupar y reordenar. 
Asi,a partir del siglo XI,se idearon pendones de colores que,elevados en lo mas alto,indicaban esa informacion.Esta práctica identificativa llevaria a cada noble a crear su propia bandera o su escudo de armas...habia aparecido la Heraldica!


La artesania del hierro era imprescindible en este tipo de guerra para fabricar las herraduras,los estribos,las armas (Espadas de un metro ó mas,puntas de lanza,flechas,mazas,hachas...) y,por supuesto,las armaduras y protecciones (cotas de malla,yelmos,escudos,etc...)que debian llevar los combatientes y en especial los caballeros.
Los bizantinos,fueron los primeros en acorazar a sus jinetes y monturas,los "catafracto"pasando la experiencia a Europa,en donde los caballeros fueron primero equipados con cotas de malla y yelmo y,mas tarde,con armaduras mas completas y pesadas,que podian alcanzar los 30 kg.Por todo ello proliferaron en Europa miles de fraguas,artesanos,herreros y y minas de hierro y carbon,controladas por las élites debiso a su importancia.La metalurgia del hierro era muy costosa:requeria muchos kilos de material,horas de traabajo y artesamos cada vez mas cualificados ( y valorados) que compitiesen por hacerla cada vez mas ligera,resistente y efica.Por ejemplo,solo cuatro herraduras precisaban de siete kilos de carbon,dos de hierro y tres horas de trabajo.Prueba del valor que se daba a las armas de hierro fué la prohibición generalizada de venta de espadas y hachas de guerra a pueblos enemigos como los vikingos,los musulmanes ó los eslavos.
Con el paso de los años, las armas se fueron abaratando y mejorando...las espadas se hicieron mas ligeras y manejables,pero las defensas se volvieron mas complejas y pesadas (cotas de malla,escudos...),por lo que estuvieron al alcance solo de los poderosos.


El motivo fue la difusión de la ballesta y del arco largo a partir de los siglos XII y XIII,capaces de atravesar metales,lo que exigió el reforzamiento y el aumento de tamaño de las protecciones metalicas de hombres y caballos,manteniendose asi el caracter elitista de los equipos de hierro.En la Baja Edad Media,las cotas de malla podian tener hasta 25.000 anillos de hierro engarzados y las armaduras se hacian cada vez mas rigidas y reforzadas con placas.Con ello se aumentó mas el peso del jinete y la necesidad de contar con una montura fuerte .En consecuencia,tanto la proteccion como la fuerza de choque aumentaron pero,si en los campos de batalla europeos demostraron su utilidad,cuando los caballeros tuvieron que enfrentarse en ambientes calurosos (como en Tierra Santa) con los musulmanes,con monturas mucho menos cargadas,se vieron ampliamente superados.


Los castillos proliferaron en Europa a partir del siglo IX tras la descomposicion del Imperio Carolingio y la fragmentacion del poder politico,como respuesta a la amenaza de las invasiones y el bandolerismo.Los distintos señores levantaron sus castillos,desde los que controlaron y protegieron tierras y siervos,colisionando con otros nobles vecinos ó incluso con los mismos monarcas en su intento por dominar mas territorios y recursos.Refugiarse tras los muros de un Castillo,con buenas defensas,hombres y reservas,podia desalentar al enemigo y,con frecuencia,obligarlo a replegarse derrotado,a pesar de a veces ser mucho mas numeroso.Con ello las guerras pasaba,casi siempre,por el intento de toma de las fortalezas,lo que suponia iniciar tareas de asedio y en respuesta,de defensa,en las que la astucia jugaba un papel primordial.
Al principio eran de madera;la piedra fué incorporandose progresivamente hasta que,a partir del siglo XI,ya eran todos de este material,lo que los hacia mas resitentes al fuego.Solian estar en lo alto de una colina,dominando valles y caminos, y siempre con una fuente de agua.Podian estar protegidos por zanjas ó fosos,conó sin agua.Dentro de la muralla (de cinco a diez metros de altura) habia una torre central (Torre de Homenaje),residencia noble,y a sus pies estaban los establos,los almacenes,las fraguas y las viviendas de sirvientes y soldados (casi todas de madera),asi como el imprescindible pozo;una gruesa puerta protegida por una doble empalizada,a la que podia accederse mediante un puente levadizo,ese era el unico acceso al recinto.
Con los años,y sobretodo tras las experiencias de las Cruzadas,los Castillos se fueron haciendo mas grandes y sus defensas mejoraron.Ante el riesgo de un asedio se limpiaba y escavaba el foso,se talaban arboles para impedir que sirviesen al enemigo como camuflaje ó madera y se evacuaba a toda la poblacion cercana con sus bienes,tras destruir sus infraestructuras.La muralla se reforzaban con nuevos parapetos y salientes que ampliasen los angulos de tiro y la vision sobre sus bases,al tiempo que se acumulaban en ellas taludes de tierra inclinada que facilitasen el lanzamiento de objetos desde la altura sobre los atacantes y sus maquinas (piedras,liquidos,productos ardientes,flechas...)y dificultasen la escavacion de minas.Tambien se reforzaba la puerta con rastrillos,muros y zanjas y se preparaban las catapultas defensivas,que debian tratar de destrozar la maquinaria de los atacantes.Asi mismo se preparaban para hacer incursiones nocturnas por sorpresa,con el fin de inutilizar las maquinas de guerra atacantes.


Los asediadores por su parte,trataba de lograr la rendicion en un primer momento por métodos disuasorios y poco costosos,fuese prometiendo respetar vidas y bienes si se rendian los defensores o,en caso contrario,amenazando con el exterminio,el soborno,el ataque nocturno por sorpresa,el apresamiento a traicion de enviados enemigos en conversaciones de paz ¡,el envenenamiento de las aguas etc...Obviamente,tenian prisa por conquistar el castillo;no solo por ahorrar costes,sino para evitar la aparicion de epidemias ( tan frecientes en la época a causa del hacinamiento de la tropa) .En caso de que estos metodos fallasen,comenzaba el asedio formal,que suponia (en caso de culminarse con exito) que el atacante podia disponer de vida y hacienda de los vencidos a su antojo.En un promer paso,se intentaba vencer por hambre y sed a los asediados,pero si ello no era posible,porque tenian importantes reservas de alimentos,ó porque los asediadores tambien se desgastaban,se lanzaban al ataque tras estudiar los puntos mas debiles de las defensas,en donde las maquinas de asedio eran imprescindibles.Generalmente,se actuaba sobre puntos distintos de la fortaleza para dispersar las defensas.


El ataque se basaba en lanzar mediante catapultas todo tipo de proyectiles (piedras de hasta 150 kilogramos con un alcance de 300 a 400 metros,objetos impregnados de sustancias inflamables,cadaveres de animales o de personas para provocar enfermedades,cabezas decapitadas,para provocar el terror..etc.Tambien las flechas volaban a miles sobre los defensores.El objetivo era acercarse hasta la base de las murallas y una vez alli mediante arietes con puntas metalicas,golpear los muros y puerta para intentar abrir una brecha.Algunos arietes precisaban del trabajo de hasta 60 hombres y necesitaban estar cubiertos por una estructura que los protegiese de los proyectiles y liquidos lanzados por los defensores.Al mismo tiempo se asaltaban las murallas con escalas ó con torres de ataque protegidas por pieles (campanarios),que llevaban soldados en su interior y eran arrastradas por hombres ó por bueyes.Su mision era alcanzar las almenas de la fortaleza mientras arqueros y ballesteros disparaban incesantemente.


Esta aproximacion requeria haber aplanado el terreno y el foso que pudiese rodear el castillo y solia culminar el ataque final.Sin embargo,este método solia costar un elevado numero de bajas .Por ello,si el terreno lo permitia,se solia intentar la excabacion de minas,túneles para penetrar en el interior del recinto ó hasta los cimientos de las murallas.En el primer caso el objetivo era irrumpir en la noche por sorpresa y en el segundo acumular material inflamable,al que se le prendia fuego para que se derrumbase una mina y poder acceder y atacar por la brecha abierta.
Al final al no mediar acuerdo de rendición,el asedio de un castillo concluia ó bien con la caida mas ó menos pactada del mismo ó bien con el abandono del asedio por parte de los atacantes,agotados por el esfuezo;a diferencia de las batallas campales,en las que primaba el numero de efectivos y la acometividad,en los asedios quien mas resistia era el vencedor.



Hasta la baja Edad Media,la infanteria no era casi nada en el campo de batalla:Mal armada y adiestrada,se limitaba a tareas de logistica,reconocimiento ,guardia y saqueo,sin ser rival para los caballerosPero hacia el siglo XII aparecieron nuevas armas que les permitieron dejar de ser menos auxiliares:la ballesta y el arco largo (1,90 metros de alto).Aunque conocidas desde la Antigüedad,ahora se habian perfeccionado ;ambas podian ser disparadas con gran precision,alcance y poder de penetracion.Pero su trascendencia era mucho mayor,porque ahora un simple plebeyo podia matar a distancia a un noble caballero enemigo,lo que era un escandalo para el orden medievalal subvertir el código de valores y la jerarquia social.Tanto es asi que el Segundo Concilio de Letran,en 1169,prohibió el uso de la ballesta entre cristianos bajo pena de excomunion.Esta arma tenia mas alcance y fuerza que el arco (300 metros, frente a 150 metros) y era mas sencilla de manejar,pero su cadencia de tiro era diez veces mas lenta que la del arco,aunque con menor alcance y mucho mas dificil de usar,poda disparar una docena de flechas por minuto en manos de un arquero entrenado.a partir de entonces,los arqueros cobraron un peso creciente en los ejercitos;asi los arqueros ingleses fueron decisivos en las Batallas de Crézy y Agincourt,en la Guerra de los Cien Años,cuando derrotaron a la caballeria gala.Las nuevas armaduras de placas fueron una respuesta a estas novedosas armas,pero,a partir de aquel momento,los arqueros y ballesteros fueron imprescindobles en los ejercitos modernos.



En el siglo XIV ,se dió un paso mas con la aparicion de los "piqueros".Estos campesinos suizos solo con una larga pica (de 5 a 7 metros) demostraron que,bien entrenados para mantener una formacion cerrada y dominar el pánico,podian desbaratar una carga de caballeria y descabalgar al jinete,que quedaba inerme en le suelo por el peso de su armadura .Clavandose en el suelo a modo de erizo y con distintos angulos de inclinacion,formaban una cortina impenetrable.Rapidamente se extendieron por toda Europa y en el siglo XV ya eran codiciados por todos los ejercitos europeos;esta arma acabó siendo la columna vertebral de los tercios españoles.
Junto con los "piqueros" fueron extendiendose a lo largo de los siglos XIV y XV las compañias de mecenarios;soldados profesionales de infanteria que habian demostrado que con su armamento mucho mas barato que el de los caballeros podian ser tan decisivos como ellos ó mas,en las batallas.Solucionaban ,de paso,la falta de hombres y el reclutamiento forzoso de campesinos,que resultaba poco útil y penalizaba la economia agraria.
Eran disciplinados,combatian por paga ó botin y se ponian al servicio de un Rey encabezados por un jefe prestigioso ó "condottiero",aunque en época de paz podian suponer un problema al estar faltos de recompensa.
Ejemplos de ellos fueron las "Compañias Blancas" francesas ó los "Almogávares" de la Corona de Aragon.Estos soldados profesionales,junto con las nuevas armas,estaban anunciando el fin de la Edad Media y de la élite politica y militar que la sustentaba,la de los nobles caballeros, y la aparicion de las nuevas monarquias absolutas.