Revuelta de carácter urbano sucedida en la ciudad de Florencia,
entre los meses de junio y agosto del año 1378. Los sublevados contra
el gobierno del concejo pertenecían a las capas más desprotegidas (Ciompi)
de la floreciente industria textil florentina. Estos sucesos violentos
fueron la respuesta de los trabajadores del textil a un cúmulo de
situaciones, de índole económicas y sociales, que venían soportando por
parte de las oligarquías ciudadanas.
La revuelta de los Ciompi hay que encuadrarla en un contexto
histórico muy determinado, no sólo para explicar las causas que la
produjeron, sino también para entender su desarrollo y posteriores
consecuencias. Con el inicio del siglo XIV, los espectaculares progresos
que se habían producido en la economía occidental, tales como el
aumento de cultivos, crecimiento demográfico, revolución comercial,
renacimiento urbano, etc., disminuyeron, provocando un cambio de
coyunturas, que además enlazará con apariciones periódicas de hambre,
peste, mutaciones monetarias, guerras continuas, pobreza general,
desolación. Pero el elemento más dañado por la crisis general fue el
sistema de relaciones feudales o señoriales. La nueva sociedad demandó
un cambio de la economía tradicional. Los señores feudales, ante
el abandono de tierras y la bajada de población, vieron como iban
disminuyendo sus rentas alarmantemente, por lo que endurecieron su
presión sobre sus arrendatarios. Este mismo hecho sucedió en
los ambientes urbanos: un poder local (oligarquías, eclesiásticos) que trató de perder el mínimo poder ante los nuevos
tiempos que se avecinaban. Los fenómenos revolucionarios que sacudieron
todo el siglo XIV fueron causados por esos cambios, coyunturales y
estructurales, además de por las enormes dificultades por las que
pasaron las estructuras productivas del poder para adaptarse a la nueva
realidad. Por todo ello, se desataron, tanto en el
campo como en las ciudades, movimientos de tipo popular, protestando
contra el orden establecido, y contra el predominio de las oligarquías patriciales. Hubo levantamientos campesinos, como el de
Flandes entre los años 1323-1328, la Jacquerie francesa de 1358, la revuelta inglesa de 1381, etc. También se sucedieron en los ambientes urbanos, como la revuelta de los Ciompi,
la de los tejedores de los Países Bajos de los años 1320-1332, o el
motín de París de 1306-1307. Todo ello sin contar los innumerables
ataques, éstos ya mezclados con un sentimiento religioso, contra las
numerosas aljamas judías de las ciudades.
El clima de tensión social que se respiraba en la ciudad de
Florencia no era nuevo. Ya había habido antecedentes de situaciones
similares en años atrás, con alta subida de los impuestos, problemas de
abastecimiento, salarios bajos, y sobre todo reivindicaciones laborales
por parte de la inmensa masa de trabajadores que no estaban incluidos
dentro de ninguna de las Artes (gremios) que dominaban la industria textil. En los momentos previos al estallido de la revuelta, había un gran número de sottoporti (Ciompi) mal pagados y que subsistían en condiciones precarias, con un alto número de parados. Estos sottoporti reivindicaban el derecho a ser reconocidos profesionalmente, y así constituir ellos un Arte propio. Por su parte los integrantes de las Artes Mayores impidieron esto a toda costa. Dicho suceso agrupó en la protesta a un nutrido y heterogéneo grupo social. Con la entrada en la Señoría
(gobierno ciudadano) de Salvestro dei Medici, los ánimos se encresparon
más todavía, ya que éste utilizó la demagogia para atraerse las
simpatías de los desheredados, aumentando su poder. El 12 de junio se
inició la protesta de los peleteros y se incendió una docena de palacios
y conventos. La Señoría intentó aplacar los ánimos prometiendo
para ello medidas favorables. La medida de persuasión no sirvió para
parar a la gran masa. En Florencia se respiraba una ambiente de
inminente confrontación civil.
A la protesta de los Ciompi se les unió los representantes de las Artes Menores, las cuales tenían vedado en ingreso a la Señoría. Sus reivindicaciones eran que les dejaran participar en el poder político, además de crear tres nuevas Artes Menores, donde se englobarían a los tintoreros, jubeteros y al trabajador de baja cualificación.
La tensión estalló el 20 de julio. Varios miles de hombres armados sitiaron a la Señoría,
reclamando la liberación de uno de los cabecillas, que previamente
habías sido detenido. Ante dicha presión se instituyó un nuevo gobierno,
compuesto por miembros de las Artes Mayores, Artes Menores, y de las tres Artes de nueva creación. Pero la proporción de miembros seguía siendo favorable a las Artes Mayores. Con la situación algo más sosegada, la Señoría volvió a olvidarse de las peticiones de los Ciompi, además de actuar de forma un tanto reaccionaria ante el temor de un nuevo levantamiento popular. Los Ciompi volvieron a levantarse, pero esta vez la Señoría adoptó la táctica de la evasiva. Michele di Lando, miembro de la Señoría,
y antaño miembro de las clases populares, desencadenó una campaña de
difamaciones y de propaganda contra sus antiguos correligionarios,
haciéndoles parecer ante el pueblo como una masa de exaltados peligrosos
que sólo querían instaurar una tiranía, como la que hubo tiempo atrás a
cargo de Colla di Rienzi. Dicha táctica le salió bien: el pueblo
florentino no quería soportar otro período de tiranía como el que
sufrió, por lo que provocó que la revuelta de los Ciompi fracasara. La represión de la Señoría sobre los Ciompi fue feroz y sistemática, y se extendió unos cuantos años más. Con todo esto la situación de los Ciompi se tornó aún peor que antes.
A
la hora de buscar explicaciones al fracaso de la revuelta, se han
barajado varias causas: en primer lugar, el movimiento no contó con un
líder de peso capaz de organizar las protestas y conseguir objetivos
concretos; en segundo lugar, fue un grupo muy heterogéneo y disperso,
sin programa político claro; y en tercer lugar, dicho movimiento no tuvo
apenas conexiones ni apoyos con el mundo rural, cosa que sí pasó, por
ejemplo con la revuelta inglesa de 1381, o con la Jacquerie francesa de 1358...
Bibliografía
- SARASA SÁNCHEZ, E: Las claves de las crisis en la Baja Edad Media: 1300-1450, Barcelona, 1991.
- HEERS, J: Occidente durante los siglos XIV y XV. Aspectos económicos y sociales, Barcelona, 1968.
- MARTÍN, J.L: Conflictos sociales en la Edad Media, Madrid, 1985.
-
VALDEÓN, J: Vida cotidiana en la Edad Media, Madrid, 1985.
http://www.enciclonet.com/articulo/revuelta-de-los-ciompi/#
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