Matemático francés, nació en 1601 en
Beaumont de Lomagne, cerca de Toulouse y murió en Castres un 12 de enero
de 1665. Pasó toda su vida en el sur de Francia, lejos de los grandes
centros europeos del saber. No era matemático profesional, sino jurista y
ninguno de sus trabajos de matemáticas vio la luz pública hasta después
de su muerte. Disfrutó de una existencia apacible y muy ordenada que le
permitió disponer de bastante tiempo para dedicarse a su pasatiempo
favorito. Lingüista de categoría y muy impuesto en cultura clásica,
Fermat poseía las obras maestras de los matemáticos griegos a quienes
leyó e hizo correcciones, sin embargo su amplia participación en las
matemáticas de su tiempo se realizó por completo a través de
correspondencia particular con otros estudiosos, entre ellos, tuvo una
intensa relación epistolar con Descartes, con Roberval, Huygens y
Pascal; junto a este último fundaría el cálculo de probabilidades. A
pesar de todo esto no tuvo conciencia de sus extraordinarias dotes de
matemático hasta los treinta años y ni siquiera entonces parece que lo
explotara plenamente. Por las cartas de Fermat, se tiene la impresión de
que se consideraba como un hombre ingenioso, capaz, si se presentaba el
caso, de hacer las cosas un poco mejor que Apolonio o Diofanto, pero
pensaba que sus trabajos no podían sufrir comparación con los de los
grandes maestros de la antigüedad. Fermat era como Newton y Gauss, uno
de esos raros genios que hallan su recompensa en la investigación
científica por si misma y no se preocupan de la publicidad.
Formuló numerosos teoremas aunque todos sin molestarse en
demostrarlos. Todos fueron probados luego, con una sola excepción,
comunmente conocida por el último teorema de Fermat. Hasta la década de los noventa del siglo XX ningún matemático había podido dar una solución general al mismo, hasta que Andrey Willes consiguió hallarla.
Su campo de estudios predilecto fue la teoría de números,
y su fuente de inspiración, Diofanto, matemático griego cuya
Aritmética se descubrió por los europeos a mediados del siglo XVI.
Fermat comentó su ejemplar traducido por C.G. Bachet y escribió
numerosas notas al margen de la misma que fueron incluidas y publicadas
en una nueva edición de la Aritmética por su hijo. Esta obra llevaba
escrita en su portada el siguiente titulo "Seis libros de aritmética y
un libro sobre números poligonales, por Diofanto de Alejandría, con
comentarios del distinguido caballero C.G. Bachet y observaciones del
señor P. de Fermat, Senador de Tolosa y un nuevo descubrimiento de
Doctrina Analítica, recopiladas de diversas cartas del señor Fermat", y
contenía la histórica nota de Fermat referída a un problema relativo a
ternas pitagóricas: "Por otra parte, es imposible dividir un cubo en
suma de otros dos o un bicuadrado en otros dos bicuadrados, en general,
una potencia cualquiera superior a dos en dos potencias del mismo grado;
he descubierto una demostración verdaderamente maravillosa, pero este
margen es demasiado estrecho para contenerla". Éste es el que se
denomina último teorema de Fermat, y se refiere a que cuando n es un entero mayor que 2, no existe ninguna solución de la ecuación xn+yn=zn
formada exclusivamente por números enteros. Sin embargo, a excepción de
la nota escrita al margen del libro de Diofanto, ninguno de los
escritos de Fermat que han sobrevivido hace mención alguna a la
demostración de este teorema.
En geometría analítica los trabajos
de Fermat fueron comunicados a sus contemporáneos en 1636 y únicamente
se publicaron en 1679, después de su muerte; Fermat empleaba un único
sistema de coordenadas para la representación de un número ilimitado de
curvas y su geometría era mucho mas completa y más sistemática que la de
Descartes. Había hallado ya la ecuación de una línea recta, de una
circunferencia de centro el origen de coordenadas y las ecuaciones de la
elipse, la parábola y la hipérbola en la que refirió los ejes a las
asíntotas. En el año 1638 después de la publicación de la geometría de
Descartes, Fermat comunicó a este su método para la determinación de las
tangentes. A continuación investigó sobre los máximos y mínimos
abordando el problema de la misma manera que se hace hoy en día con el
cálculo infinitesimal, es decir, igualó la derivada f´(x) a cero, para
hallar los valores de x que aumentan o disminuyen f(x). Geométricamente,
esto consiste en la determinación de los puntos exactos en los que la
tangente a la curva se hace horizontal. No obstante Fermat, no incluyó
el método para establecer derivadas, a pesar de la inclusión implícita
de estas. El mismo Descartes no pudo comprender la metodología empleada
por Fermat y su superioridad frente al que él utilizaba y la
controversia sobre las tangentes llegó a hacerse un poco agria. Este
método se publicaría en su obra Maximis et minimis.
De las
investigaciones de Fermat sobre los máximos y los mínimos se obtuvo una
ventaja positiva: el principio del tiempo mínimo en óptica. Éste fue el
primero de los grandes principios variacionales de las ciencias físicas,
se conoce como el principio de Fermat y se usa para deducir las leyes
de la reflexión y refracción así como la variación de la velocidad de la
luz en un medio denso.
La historia considera a Fermat como uno de los padres del cálculo diferencial.
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