El cerebro del asalto al tren correo de Glasgow, Bruce Reynolds, lo tenía claro. Las 120 sacas millonarias debían ser suyas. Junto a su banda protagonizó el robo más espectacular del siglo XX apropiándose de 2,6 millones de libras, 46 millones de euros actuales.
El tren de correos de Glasgow (Escocia) a Londres cubre su trayecto habitual. Cuando se acerca a la localidad inglesa de Cheddington quince individuos ocultos tras pasamontañas y cascos instalan una señal falsa de alto en la vía, detienen el convoy y desenganchan la locomotora haciéndose con la totalidad del dinero que lleva a bordo, 120 sacas repletas de libras. Bruce Reynolds y sus secuaces acaban de apropiarse de un botín récord para la época convirtiéndose en protagonistas del mayor robo a un ferrocarril del siglo.
Todo el plan se había fraguado en el cerebro
de Reynolds, hijo de un activo sindicalista de la Ford en el Reino
Unido. El joven metido en rencillas varias desde los 14 años y ávido de
sensaciones decidió protagonizar un gran golpe, el definitivo, aquel que
le llevaría a la fama y resolvería al fin sus problemas monetarios. El
botín ascendía a 2'6 millones de libras, el más cuantioso hasta la
fecha. Meticulosamente planeó el golpe,
haciéndose con información confidencial sobre el traslado de dinero del
servicio postal. Recabados todos los datos formó una banda, cuyos
miembros seleccionó cuidadosamente de acuerdo a sus habilidades. Y en la fecha elegida llevó a término el asalto. El éxito fue rotundo.
Tras el atraco, Reynolds se escondió junto a unos catorce de sus cómplices en Leatherslade una granja al sur de Inglaterra cercana a Oakley con el botín millonario. Aburridos, se dedican apasionadamente a jugar al ‘Monopoly’. Los billetes del juego, sustituidos por su reciente adquisición pasan de mano en mano.
Cinco
días más tarde, la policía da con la granja. El juego de mesa se
convertirá en su delator. Las huellas dactilares de los fugitivos
impresas en él permiten a los agentes, al mando del detective, Jack Slipper, detiene a varios miembros de la banda en una redada en enero de 1964 menos de seis meses después del atraco.
En
el juicio, todos los implicados son declarados culpables y condenados a
treinta años de prisión, entre ellos destacan Charles Wilson, Arthur
Field, y Buster Edwards, que lograron cumplir solo la mitad de sus
condenas, al beneficiarse de premios por buena conducta y programas de
libertad condicional.
El destino de todos ellos sería infausto:
Wilson sería asesinado en Marbella, Field fallecería en un accidente de
tráfico, y por último Buster Edwards se suicidó en 1994.
El ex ladrón al frente de un puesto de flores en la estación de
Waterloo, se ahorcó tras varios intentos de suicidio. Su trágica
existencia inspiraría en 1988 la película Buster protagonizada por Phil Collins que popularizaría su tema Two hearts (Dos corazones).
Pero fueron dos de los asaltantes los que alcanzarían la popularidad, dos antiguos compañeros carcelarios Bruce Reynolds y Ronald Biggs.
Este
último, escapó de una prisión londinense en 1965 tras cumplir 15 meses
de condena y huyó a París donde cambió su fisonomía gracias a la cirugía
plástica, se hizo con nuevos documentos de identidad y se trasladó
Australia para instalarse en 1970 en Brasil donde contrajo matrimonio y
tuvo un hijo, logrando evitar la extradición.
Convertido
en el fugitivo más célebre de Gran Bretaña, Ronnie, en 2001 tras 36 años
en el exilio afirmó decidido añorar una pinta de cerveza negra y negoció su retorno aunque ello supusiese su ingreso en prisión.
Biggs contaba 71 años y padecía graves problemas de salud. El avión en
el que regresó a su país fue fletado por el rotativo sensacionalista
británico The Sun. A su llegada la policía británica lo
encarceló, pero fue puesto en libertad por su precaria salud el 7 de
agosto del 2009, dos días antes de su cumpleaños por motivos
humanitarios y fue ingresado en una residencia. Dos años después
presentaba en Londres, su nueva autobiografía "Odd Man Out: The Last Straw". Incombustible.
Reynolds,
por su parte había huido ocultándose en México y Canadá hasta que, al
quedarse sin dinero cinco años después volvió al Reino Unido donde fue
rápidamente capturado. Tras cumplir una condena de diez años de prisión
fue liberado en 1978, pero en los años 80 sería de nuevo detenido por
tráfico de anfetaminas.
Convertido en una leyenda, tres años después participaría brevemente como asesor durante el rodaje de la mencionada Buster, una de las múltiples películas dedicadas al famoso asalto. En 1995 publicaría Autobiografía de un ladrón,
sus memorias.Fallecería a los 81 años,
convertido en un respetable ciudadano. Había pasado sus últimos años en
un piso londinense sufragado por la asistencia social. Fue su hijo Nick,
componente del grupo musical Alabama 3, quien anunció la noticia. El más célebre ladrón de todos los tiempos había fallecido plácidamente mientras dormía.
http://www.lavanguardia.com/hemeroteca/20130808/54378191942/robos-atracos-trenes-glasgow-asaltos-el-robo-del-siglo.html
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