miércoles, 25 de marzo de 2015

ROBERT BRUCE..LA BATALLA DE BANNOCBURN Y LA INDEPENDENCIA ESCOCESA



                                   
La batalla de Bannockburn, cerca de Stirling, tuvo lugar el 24 de junio de 1314, y constituye uno de los episodios históricos más celebrados por los escoceses, nacionalistas o no. La razón de que este acontecimiento sea incluso hoy día rememorado con orgullo tiene que ver, evidentemente, con sus consecuencias prácticas: Escocia obtuvo, de facto tras esta victoria, la independencia de Inglaterra, independencia que se confirmaría jurídicamente en 1328, tras los tratados de paz entre el líder escocés Roberto I Bruce (o 'Brus', ya que era de origen normando) y el monarca inglés Eduardo II.
Esta batalla supuso de hecho el momento más relevante de la que se ha dado en llamar Primera Guerra de Independencia escocesa, conflicto que se desarrolló entre 1296 y 1328, y que comenzó con la invasión de Escocia por parte del rey inglés Eduardo I, el conocido como Martillo de los escoceses, y concluyó tras la firma del Tratado de Edimburgo-Northampton en 1328.


                                                           

A partir de este momento, Escocia, liderada por el rey Roberto I (Bruce), mantendrá su independencia hasta que en 1603 se produzca la conocida como Unión de las Coronas (Union of the Crowns): en virtud de ella, el rey escocés Jacobo VI, que accedió al trono inglés tras la muerte sin descendencia de la reina Isabel Tudor, se convirtió en Jacobo I, rey de Inglaterra, Escocia e Irlanda, y se trasladó con su corte a Londres intentando, sin éxito por la oposición inglesa, que ambos parlamentos se unieran.


Lo cierto es que, hasta la famosa batalla de Bannockburn en 1314, la historia reciente de Inglaterra y Escocia había sido de relativa tranquilidad ,pero la muerte sin descendencia del rey escocés Alejandro III, y posteriormente de su nieta la Doncella de Noruega creó cierta confusión en torno a la sucesión escocesa (la conocida como Gran Causa, the Great Cause). Esta situación fue la que animó a Eduardo I a invadir Escocia y apoderarse de sus instituciones, siguiendo el mismo impulso colonizador que explica en parte su Edicto de Expulsión de los judíos en 1290, y la conquista de Gales que culminó.
Wallace era un simple terrateniente escocés, no pertenecía a la nobleza y carecía de formación militar
Es en este contexto en el que surgen las figuras de William Wallace y de Robert Bruce, eterno pretendiente al trono escocés. Wallace, que era un simple terrateniente escocés no perteneciente a la nobleza (y por tanto sin formación militar), aparentemente de origen galés, y del que históricamente se sabe muy poco, fue nombrado, tras su sonada victoria en la Batalla del Puente de Stirling en 1297, Guardián de Escocia (Guardian of Scotland), convirtiéndose en héroe de esta Primera Guerra de Independencia escocesa.
Considerado inicialmente por los ingleses poco más que un forajido, Wallace (de enorme estatura y fuerza, a juzgar por la que se considera su espada, conservada en su Museo a las afueras de Stirling) se reveló como un notable estratega, capaz de derrotar al poderoso ejército inglés básicamente a través de una inteligente guerra de guerrillas. Apresado finalmente por los ingleses en 1305, Wallace fue cruelmente torturado, ahorcado y descuartizado; este escarmiento, que pretendía desmoralizar a los escoceses, consiguió, por el contrario, convertirlo casi inmediatamente en leyenda.




Es justo tras su muerte, en 1306, cuando Robert Bruce es coronado rey de Escocia en Scone, continuando con éxito la guerra contra Eduardo y revitalizando el sentimiento escocés tras la celebración de un parlamento en la histórica ciudad de St Andrews. Su meritoria y célebre victoria en Bannockburn, en 1314, consagró el triunfo escocés abriendo un periodo de casi trescientos años de independencia.
http://www.oscurossecretos.com.ar/robert-de-bruce/ 



sábado, 21 de marzo de 2015

EL EMPERADOR ALEJANDRO SEVERO...muere asesinado






 
Alejandro Severo,acusado por los soldados...muere asesinado por el ejercito el 21 de marzo del año 235...    
              Alejandro Severo...
Nacido seguramente en el año 208 o 209 d.C. Primo de Heliogábalo le sucedió en el trono a la edad de 14 años, aunque con poca edad, la situación del imperio aún lo suficientemente segura, permitía el mandato de un emperador menor de edad. Al revés que su primo, Alejandro recibió una educación romana, aprendiendo griego, gramática, retórica, filosofía y astrología.

Con la subida al poder de Severo Alejandro, se redujo el número de eunucos en los cargos administrativos importantes, dejándoles solo el ocuparse del baño de las mujeres. Su política interior se dirigió al acercamiento del Senado, nombrando un consejo de regencia compuesta por 16 senadores, que se conjuntaba con el Consilium Principis, integrado por 70 miembros entre juristas, políticos, militares y administrativos.
Del carácter de Alejandro, Herodiano nos explica que "Era por naturaleza de carácter dulce y bueno; y como sucede siempre, con la edad fue mejor. Tenía nobles inclinaciones. Gobernó durante 14 años, sin derramar sangre inocente. Cuando juzgaba culpas gravísimas, no condenó a penas de muerte, comportándose en esto muy diferente a otros sucesores de Marco Aurelio". Alejandro cortés y afable con todos, nombraba los prefectos del pretorio con la aprobación del Senado y le consultaba para nombrar a nuevos senadores.

En las provincias gobernadas por legados, designó a los gobernadores entre los componentes del orden ecuestre, así como aconsejó a todos sus gobernadores que tuvieran en cuenta las costumbres locales al tomar sus decisiones.

Como emperador creó los Curatores Regionum, que eran consulares. Creó nuevas corporaciones de interés público, como los vinateros, de su época se conocen unas 400 constituciones que abarcan todos los campos legales.

Atento a las necesidades del pueblo, distribuyó raciones de aceite, granos y carne a costa de su patrimonio, prestó dinero a los campesinos gratis o a un bajo interés, reguló las donaciones, y redujo los derechos del fisco.

También mostró un gran cuidado en la vida intelectual, mandando pagar salarios en Roma a los gramáticos retóricos, médicos, mecánicos, y arquitectos, en las provincias ayudó a los oradores forenses.

Su política en la construcción fue destinada a la práctica, construyendo acueductos, puentes y termas en todo el imperio, así como el Aqua Alejandrina en Roma. No descuidó reparar y restaurar monumentos como el Anfiteatro, el palacio de Laterano el estadio de Domiciano o los templos de Isis y de Serapis. Mandó construir la basílica Alejandrina en Roma, añadió un pórtico a las termas de Caracalla y cuidó de la conservación de las calzadas.

En lo concerniente a lo religioso intentó conciliar las diferentes doctrinas, levantando en palacio Lanarios en honor de Apolonio de Tiana, Cristo, Abraham,... Como Sincretista intentó levantar un templo a Cristo en Roma, pero sus consejeros no se lo aconsejaron por temor a difundir el cristianismo en el Imperio.

En su política militar Alejandro cuidó al ejército, asignando tierras y ganado a los soldados, y creando los Castellani veteranos a los que se les daban tierras en los confines del Imperio para así tener la doble función de soldados-colonos. Aunque tuvo mucho cuidado con el ejército el descontento del ejército era latente, estallando diferentes sublevaciones al lo largo del imperio, donde se aclamaban nuevos emperadores que eran rápidamente eliminados, según cuentan las Res Gestae de Sapor, Alejandro "Sacó levas de todo el Imperio Romano, y de las poblaciones de Godos y de Germanos", comenzando la barbarización del ejército.

En el año 229, llegaron a Roma las primeras alarmas del levantamiento en Oriente de Ardashir como soberano de los partos y en el año 230 de la invasión de territorios romanos por éste. Alejandro Severo intentó detener la guerra que se avecinaba escribiendo una carta conciliadora a Ardashir que no tuvo respuesta. Así que en el año 231 Alejandro Severo se dirigió a Oriente con una legión reclutada en Italia y con tropas provenientes del Danubio.

En el 232 con la llegada del ejército romano a Antioquia, Alejandro intentó por segunda vez una solución pacífica a la situación, siendo contestado por Ardashir que volviera a Europa y dejara Asia para los partos. Tras una campaña en el año 232 no muy buena para el ejército romano, y con una gran parte de los soldados atacados por una epidemia que afectó también al emperador, Alejandro Severo intentó rehacer su ejército el invierno del 232-233. Con la llegada de la primavera del 233 Roma reconquistó parte de los territorios lo que se interpretó como una victoria, volviendo Severo y su madre a Roma y recibiendo los títulos de Invictus, Parthicus y Persicus. Pero los problemas no acabaron tan rápidamente, ya que con parte del ejército lejos de las fronteras del Danubio, los germanos aprovecharon para realizar incursiones, haciendo que en el año 234 Alejandro y su madre se dirigieran a la Galia con un ejército compuesto de un gran número de moros, arqueros orientales, y partos desertores de su propio ejército y alistados como auxiliares.

El ejército romano pasó el Rin con facilidad, y Alejandro intentó comprar a las tribus germanas para establecer un paz rápida, pero el ejército que nunca había estado contento con él se amotinó y nombró emperador a Maximino, que estaba al frente de una legión. Con la aceptación de éste del poder imperial, Severo Alejandro acusado por los soldados de cobardía y Mammea de avaricia e injerencia en los asuntos de su hijo, fueron asesinados en marzo del año 235 d.C.
http://www.imperioromano.com/32/alejandro-severo.html

martes, 17 de marzo de 2015

MARCO AURELIO ANTONINO... LA PESTE ANTONINA



                         Marco Aurelio Antonino y la peste

Marco Aurelio Antonino...el Emperador estoico,el hombre al que vence la peste...
Comentemos en primer lugar someramente su pensamiento,digno de no ser olvidado


  Su gran legado, los Pensamientos, es el resultado de las meditaciones morales que, ya al final de su vida, fue dejando por escrito, sin seguir un plan estricto o preestablecido. Dividida en doce libros y redactada en griego, la obra se basa en una serie de reflexiones inspiradas por su experiencia cotidiana y deja traslucir la influencia estoica, en particular la del poeta Epicteto. Su visión del hombre es pesimista, pues considera que sus pasiones son el factor principal de la corrupción del mundo, por lo que aconseja perseguir tan sólo aquellos fines que dependan de uno mismo. Es ilustrativo el hecho de que se inspirara tanto en un esclavo como había sido Epicteto y que detestara el poder despótico al que él mismo denominó, irónicamente, cesarizar. El libro fue publicado por primera vez en el año 1558 en Zúrich, trascrito de un manuscrito que hoy en día se ha perdido. La copia del manuscrito perdido se encuentra en los Museos Vaticanos. La importancia de la muerte estaba cargada de gran significado en la filosofía estoica, aunque no creía en la vida después de la muerte, según Marco Aurelio todo acaba cayendo en el olvido, incluso las leyendas.
 
 La vida del hombre es una simple duración, un punto en el tiempo, su contenido una corriente de distancia, la composición del cuerpo propensa a la descomposición, el alma un vórtice, la fortuna incalculable y la fama incierta. Las cosas del cuerpo son como un río y las cosas del alma como un sueño de vapor, la vida es una guerra y la fama después de la muerte, solo olvido.” “Todo lo existente se desintegra y todo lo creado por la naturaleza está destinado a morir.” “La duración de la vida de cada uno es irrelevante, un paso para ver el enorme abismo de tiempo detrás de ti y antes de ti en otro infinito por venir. En esta eternidad de la vida de un bebé de tres días y la vida de un Néstor de tres siglos se funden como uno sólo.” “Los deseos conducen a la permanente preocupación y decepción, ya que todo lo que se desea de este mundo es miserable y corrupto.

Para Marco Aurelio la muerte es deseable, ya que pone fin a todos los deseos, pero a pesar de estas reflexiones sobre la vida y la muerte, Marco Aurelio fue un defensor racional de la virtud. Según Jonathan Dollimore, Marco Aurelio tenía una especie de indiferencia hacia las brutalidades en la vida. Como emperador, persiguió a los cristianos y dirigió con frecuencia ejércitos en las campañas militares. Su misma forma de gobernar justifica el hecho de que cuando escribe minusvalore o haga ver la insignificancia de los asuntos mundanos, es la vida de un emperador que vio que los ideales quedan sucumbidos y enterrados bajo tierra cuando se enfrentan a la realidad de un estado al que gobernar...
Hasta aqui su pensamiento que fue cortado por una de las grandes  pandemias ciclicas de la Historia...



 
La peste antonina o peste de Galeno
 
Su nombre deriva del linaje de los antoninos, al cual pertenecía el emperador Marco Aurelio, una de las víctimas de la peste. Se inicia ésta en la ciudad de Roma hacia el año 166 extendiéndose rápidamente por toda Italia y la Galia. Galeno, contemporáneo de la peste, describió así sus síntomas:

 Ardor inflamatorio en los ojos; enrojecimiento peculiar de la cavidad bucal y de la lengua; aversión a los alimentos; Sed inextinguible, temperatura exterior normal que contrasta con una sensación interior de abrasamiento, piel enrojecida y húmeda, tos violenta, señales de flegmasía laringo-brónquica, fetidez del aliento, erupción generalizada de pústulas seguidas de ulceraciones, inflamación de la mucosa intestinal, vómitos de materias biliosas, diarrea de igual naturaleza, agotamiento, gangrenas parciales y separación espontánea de los órganos mortificados, perturbaciones varias de las facultades intelectuales, delirio tranquilo o furioso y final funesto al séptimo o noveno día

Desgraciadamente, la medicina de la época no tardó en diagnosticar la enfermedad: “había sido causada por los cristianos”, así que la animadversión contra ellos fue en aumento.
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La peste antonina fue, probablemente, viruela, traída desde el Oriente próximo por los soldados victoriosos de Lucius Verus que regresaban de luchar contra los partos. Se extendió por Asia Menor, Egipto, Grecia y la propia Italia y, en algunas zonas, la mortalidad alcanzó un tercio de la población. En el período comprendido entre el año 165 y el 180 ataca a unos 20 millones de personas causando unos 5 millones de muertos. En su momento más virulento quizá mataba, sólo en Roma, a 5.000 personas por día. 
Uno puede imaginarse la devastación producida por estas epidemias: pérdida de los seres amados, quiebra de las instituciones sociales, cívicas y de enseñanza, ruptura de la ley y el orden (especialmente agravado en el campo donde la población queda a merced de las hordas bárbaras y de los bandoleros), bienes que no se producen, servicios que no se prestan, tierras que no se cultivan, cosechas abandonadas..
http://lazaretodemahon.blogspot.com.es/2009/08/la-peste-antonina.html
https://factoriahistorica.wordpress.com/2011/04/26/marco-aurelio-el-emperador-estoico/


sábado, 14 de marzo de 2015

EL MOTIN DE LOS COLCHONES...masacre en el pabellon septimo Villa Devoto


                      Masacre del pabellón septimo...Devoto
                                                    Crimen de lesa Humanidad

La Masacre del Pabellón Séptimo fue declarada delito de lesa humanidad por la Sala I de la Cámara de Apelaciones Federal. 15/8/2014.
El 14 de marzo de 1978 decenas de personas murieron carbonizadas y algunas de ellas, con disparos de ametralladora, en el pabellón 7 de la Cárcel de Devoto, dependiente del Servicio Penitenciario Federal. En ese pabellón vivían 160 presos llamados “comunes”. Enfrente, separados por un patio interno, estaba el pabellón de presas políticas. Algunas de ellas vieron cómo decenas de presos, jóvenes la mayoría, gritaban desesperados pidiendo ayuda, mientras se quemaban vivos. Lo que pasó allí se conoció como “Motín de los colchones”: uno más de las decenas de hechos que se llaman motines y que en la propia definición marcan un tipo de mirada sobre lo que sucede en la cárcel: los presos no solo son brutales, sino que además, son brutos, y  en lugar de pedir algo civilizadamente, se prenden fuego, o queman colchones, y como consecuencia de esa inconsciencia, mueren de a decenas. Sucedió en 1978, en plena dictadura militar, pero también en 2005, en la provincia de Buenos Aires (Penal de Magdalena: 33 muertos), en 2007, en la provincia de Santiago del Estero (Penal de Varones: 34 muertos), y en decenas de casos en los que en institutos, cárceles y comisarías, se repite los hechos y las definiciones: muertes por quemaduras y/o asfixia, como consecuencia de un motín.
En cada uno de estos casos, existe una construcción de un hecho que culmina en muertes masivas, padecidas de un solo lado: del que está del otro lado de las rejas, cerradas con candados o dispositivos de seguridad, para garantizar que solo salgan de allí cadáveres, y no presos que puedan “fugarse”. 


En el caso de los hechos sucedidos en la cárcel de Devoto el 14 de marzo de 1978, además de candados, hubo armas: ametralladoras que dispararon a las cabezas y los cuerpos de personas que intentaban tomar algo de aire en las ventanas enrejadas. Algunos de los que sobrevivieron al fuego, el humo, y los disparos, terminaron de morirse en calabozos de castigo. Pocos fueron atendidos en un hospital público, o en el hospital de la misma cárcel.


El caso fue analizado por Elías Neuman en su libro “Crónica de muertes silenciadas”, a partir del testimonio que le brindó al autor uno de sus defendidos, sobreviviente del fuego y los disparos. Neuman analizó el expediente judicial, las repercusiones mediáticas, y se preguntó por qué este caso nunca llegó a juzgarse como un delito contra la humanidad.
Este trabajo retoma aquella pregunta de Neuman: ¿Por qué las muertes del pabellón 7 de la cárcel de Devoto no se investigaron como un delito de lesa humanidad? ¿Qué tienen de distinto esas muertes con las que padecieron otras personas que estuvieron privadas de libertad durante la dictadura militar? ¿Por qué no se califica como tortura seguida de muerte el hecho de quemarse vivo, recibir disparos al pretender subirse a una ventana para respirar, ser alojado en una celda de castigo, morirse baleado, quemado o asfixiado en una cárcel federal,  en el contexto de una dictadura feroz, en la que el Servicio Penitenciario Federal estaba subordinado a las autoridades militares? ¿Cómo es posible que no se hayan investigado judicialmente los delitos cometidos por esa fuerza de seguridad en las unidades penitenciarias bajo su jurisdicción? ¿Por qué, en cambio,  hay penitenciarios federales juzgados y condenados por los delitos cometidos en centros clandestinos de detención, siendo que son los mismos funcionarios, la misma fuerza, las mismas prácticas realizadas en el marco de sus tareas habituales? 



La hipótesis que planteo es que lo único que explica esa diferencia es que en el pabellón 7 no había presos políticos. Si los hubiera habido, o si las llamas o el humo hubieran alcanzado al pabellón de las presas políticas, y hubieran provocado la muerte de alguna/s de ellas, habría un caso. Existirían víctimas reconocidas y reivindicadas como tales; abogados/as de organismos de derechos humanos presentándose como querellantes; un/a fiscal federal promoviendo la investigación; una Secretaría de Derechos Humanos impulsando la causa. Esta hipótesis se sustenta no solo en el análisis de este caso del pasado, sino en las prácticas institucionales que se desarrollan en el presente con respecto a lo que sucede en cárceles, tanto federales como provinciales, y en otras instituciones de encierro donde se cometen delitos brutales: en tanto se ejecuten sobre los llamados presos comunes, las intervenciones públicas serán limitadas; la reacción social, casi nula; la presentación mediática, meramente anecdótica.
http://cepoc-cepoc.blogspot.com.es/p/masacre-en-el-pabellon-7.html





           



GALILEO GALILEI... un gran genio encarcelado por hereje



                                    Galileo Galilei

Galileo Galilei es una de las figuras emblemáticas de la astronomía y uno de los personajes más interesantes de la historia. Hijo de un famoso músico y teórico musical, nacido en Pisa, Italia. Recibió su educación por parte de monjes en Vallombrosa, y luego comenzó la Universidad en Pisa, en el año 1581, para estudiar medicina.

Galileo Galilei, el genio encarcelado por hereje

Es en la universidad, donde Galileo encuentra que su verdadera pasión: la filosofía y las matemáticas, por ello termina su carrera universitaria en 1585 sin haber conseguido un título.

Más allá de no tener un título, Galileo realizó tutorías privadas hasta que comenzó su carrera como profesor de matemáticas en 1589.

Hay una leyenda que dice que fue en este período en el que Galileo demostró a sus alumnos que Aristóteles estaba equivocado con respecto a su teoría de la velocidad de la caída de los objetos estaban relacionados al peso de los mismos, tirando dos objetos desde la torre de la Universidad.
Por supuesto que contradecir a Aristóteles era considerado casi una herejía en aquel momento, por lo que no fue convocado nuevamente a la Universidad en 1592.
Aunque, ese mismo año, pudo ingresar como profesor en la Universidad de Padua, puesto que cubrió por casi 20 años.
Galileo creció muchísimo en Padua, donde inventó una especie de calculadora, llamada compás, la cual se podía utilizar para resolver problemas matemáticos de considerable complejidad.

teoria

Ahí mismo fue que también comenzó a estudiar física, descubriendo y fundamentando varias leyes nuevas. También estudió el particular movimiento de los péndulos.
Hasta el momento, sin embargo, no demostraba interés alguno en la astronomía, aunque sí creía en el modelo universal de Copérnico.
Luego de que se inventase el catalejo (un aparato diseñado para ver de cerca objetos lejanos) en Holanda, construyó su primer telescopio, el cual tenía un factor de magnificación de 20.

telescopio

Con esta nueva herramienta, pudo hacer asombrosos descubrimientos: los cráteres y montañas de la luna, que la vía láctea estaba compuesta por estrellas, y descubrió las cuatro lunas más grandes de Júpiter.
Luego de publicar sus descubrimientos en 1610, le ofrecieren un puesto de matemático de la corte en Florencia, lo que le permitió mucho más tiempo para realizar investigaciones ya que no tenía que sostener más su puesto de profesor.
En aquel momento, muchos científicos discutían los descubrimientos y teorías de Galileo, y para esto había una razón principal: las contradicciones de las mismas por las acuñadas por Aristóteles.
Fue en 1614 que un sacerdote en Florencia denunció a Galileo y a sus seguidores, lo que llevó a Galileo a escribir una carta abierta, hablando sobre la irrelevancia de la Biblia en discusiones meramente científicas.
Dos años más tarde, los libros de Copérnico fueron censurados por la iglesia, y luego le dijeron a Galileo que no podía defender más el concepto de que la Tierra se mueve.
Galileo aceptó, y continuó su trabajo para determinar longitudes en el mar, basado en sus hallazgos que había podido observar gracias a su telescopio.
En 1630, los censores de la iglesia católica le permitieron a Galileo publicar un libro el que discutía las teorías de la conformación del Universo, aunque estos censores cambiaron el título original.
Aunque Galileo había obtenido permiso para publicar su libro, la Inquisición lo convocó a Roma, para que asista a un juicio por graves sospechas de herejía.

Inquisición

La Inquisición nombraba la prohibición de 1616 en la que no podía discutir las teorías de Copérnico; aunque el cardenal Bellarmine le había firmado un certificado, el cual comprobaba que Galileo ya no tenía restricción alguna.
En 1633, Galileo fue sentenciado a prisión perpetua; aunque esta sentencia fue cambiada a arresto domiciliar permanente.
Otra parte del fallo ordenó quemar todas las copias de su libro, y la sentencia en su contra debía ser leída públicamente en todas las Universidades.
fisico

Su último libro fue publicado en 1638, en el cual discutía y mejoraba sus primeros estudios en el movimiento y los principios de la física. Este libro comenzó un camino que luego seguiría Isaac Newton.
Galileo perdió su vista antes de que su último libro fuese publicado, y murió en Arcetri el 8 de Enero de 1642.


Algunas de sus frases célebres:


"La filosofía está escrita en ese vasto libro que está siempre abierto ante nuestros ojos: me refiero al universo . Está escrito en lenguaje matemático, y las letras son triángulos, círculos y otras figuras geométricas, sin las cuales es humanamente imposible entender una sola palabra."

"No puedes enseñar nada a un hombre, pero puedes ayudarle a descubrirlo por sí mismo."

"La duda es la madre de la invención."

"Mide lo que se pueda medir; y lo que no, hazlo medible."

"Nunca he conocido a una persona tan ignorante que me resultase imposible aprender algo de ella."

"No puedo creer que Dios nos haya dotado de sentidos, palabra e intelecto, y haya querido, despreciando la posible utilización de estos, darnos por otro medio las informaciones que por aquellos podamos adquirir."

"Primero que todo, vi la Luna tan cerca como si estuviese apenas a una distancia de dos semidiámetros de la Tierra. Después de la Luna, observé frecuentemente otros cuerpos celestes, tanto estrellas fijas como planetas, con increíble deleite."

"Todas las verdades son fáciles de entender, una vez descubiertas. La cuestión es descubrirlas."
 http://www.taringa.net/posts/ciencia-educacion/14019661/Galileo-Galilei-el-genio-encarcelado-por-hereje.html


                                   GALILEO GALILEI...la pelicula

viernes, 13 de marzo de 2015

BLAS DE LEZO...el almirante" mediohombre" que venció a Inglaterra

   
                   Blas de Lezo almirante español...

   

Valiente, honorable, buen estratega… muchos son los adjetivos que se pueden aplicar a grandes héroes como el almirante Nelson, cuyo nombre aún resuena en Gran Bretaña. Sin embargo, también son características de las que pudo presumir Blas de Lezo, un oficial tuerto, cojo y manco de la marina española que consiguió resistir el ataque de 195 navíos ingleses con apenas 6 barcos durante el Siglo XVIII.

  Esta historia, digna de salir en cualquier película de la conocida saga «Piratas del Caribe», es una de las muchas en las que se ha demostrado la capacidad estratégica de la marina española de la época. Sin embargo, se suma a las docenas de hazañas que han caído en el olvido.

Blas de Lezo nació en Pasajes, Guipúzcoa, el 3 de febrero de 1687, aunque aún existe controversia sobre el lugar y el año en que vino al mundo. «Las fuentes son confusas y señalan otro lugar posible de nacimiento y otra fecha dos años posterior, pero en lo que no hay duda es que es un marinero vasco que se convirtió en uno de los más grandes estrategas de la Armada española en toda su historia»
Su carrera militar empezó en 1704, siendo todavía un adolescente. En aquellos años, en España se sucedía una guerra entre la dinastía de los Austrias y Borbones por conseguir la corona tras la muerte del rey Carlos II, sin descendencia. «Blas de Lezo había estudiado en Francia cuando esta era aliada de España en la Guerra de Sucesión. Tenía 17 años cuando se enroló de guardiamarina al servicio de la escuadra francesa al mando del conde de Toulouse», destaca el historiador.
Ese mismo año se quedaría cojo. «La pierna la perdió en la batalla de Vélez-Málaga, la más importante de la Guerra de Sucesión, en la que se enfrentaron las escuadras anglo-holandesa y la franco-española». «Fue una dura batalla en la que una bala de cañón se llevó la pierna izquierda de Blas de Lezo, pero él continuó en su puesto de combate. Después se le tuvo que amputar, sin anestesia, el miembro por debajo de la rodilla. Cuentan las crónicas que el muchacho no profirió un lamento durante la operación»,
Finalmente, cuando tenía 26 años, el destino volvió a ser esquivo con este marino. «La Guerra de Sucesión había prácticamente finalizado en julio de 1713 con la firma de la paz con Gran Bretaña, pero Cataluña seguía en armas por los partidarios de la casa de Austria. El marino participó en varios combates y bombardeos a la plaza de Barcelona. En uno de ellos, el 11 de septiembre de 1714, se acercó demasiado a las defensas enemigas y recibió un balazo de mosquete en el antebrazo derecho que le rompió varios tendones y le dejó manco para toda su vida», determina el experto. Así, y tras quedarse cojo, tuerto y sin mano, Blas de Lezo pasó a ser conocido como el «Almirante Patapalo» o el «Mediohombre». Su leyenda había comenzado.



El mayor reto de Lezo 

El mayor desafío de Blas de Lezo se sucedió sin duda en Colombia, donde tuvo que defender Cartagena de Indias (el centro del comercio americano y donde confluían las riquezas de las colonias españolas) de los ingleses, ansiosos de conquistar el territorio. En este caso, los británicos aprovecharon una afrenta a su imperio para intentar tomar la ciudad.
El pretexto fue el asalto a un buque británico. «En este contexto se produjo en 1738 la comparecencia de Robert Jenkins ante la Cámara de los Comunes, un contrabandista británico cuyo barco, el Rebecca, había sido apresado en abril de 1731 por un guarda costas español, que le confiscó su carga. La oposición parlamentaria y posteriormente la opinión pública sancionaron los incidentes como una ofensa al honor nacional», determina Vidondo. La excusa perfecta había llegado y se declaró la guerra a España.
Los preparativos se iniciaron, y los ingleses no escatimaron en gastos. «Para vengar la oreja de Jenkins Inglaterra armó toda una formidable flota jamás vista en la historia (a excepción de la utilizada en el desembarco de Normandía), al mando del Almirante inglés Edward Vernon. La armada estaba formada por 195 navíos, 3.000 cañones y unos 25.000 ingleses apoyados por 4.000 milicianos más de los EEUU, mandados éstos por Lawrence, hermanastro del Presidente Washington», afirma el experto en historia militar. 


Pero, lo que tenía a su favor el «Almirante Patapalo» era un terreno que podía ser utilizado por un gran estratega como él. Y es que la entrada por mar a Cartagena de Indias sólo se podía llevar a cabo mediante dos estrechos accesos, conocidos como «bocachica» y «bocagrande». El primero, estaba defendido por dos fuertes (el de San Luis y el de San José) y el segundo por cuatro fuertes y un castillo (el de San Sebastián, el de Santa Cruz, el del Manzanillo, el de Santiago -el más alejado- y el castillo de San Felipe).
Lezo se preparó para la defensa, situó varios de sus buques en las dos entradas a las bahías y dio órdenes de que, en el caso de que se vieran superados, fueran hundidos para que no fueran apresados y para que sus restos impidieran la entrada de los navíos ingleses hasta Cartagena de Indias. La guerra había comenzado y el «Mediohombre» se preparó para la defensa.

«El 13 de marzo de 1741 apareció la mayor flota de guerra que jamás surcara los mares hasta el desembarco de Normandía. Para el día 15 toda la armada enemiga se había desplegado en plan de cerco. Al comienzo se notó la superioridad británica y fáciles acciones les permitieron adueñarse de los alrededores de la ciudad fortificada», afirma Vidondo.
«La batalla comenzó en el mar. Tras comprobar que no podían acceder a la bahía, los ingleses comenzaron un bombardeo incesante contra los fuertes del puerto. Blas de Lezo apoyaba a los defensores con la artillería de sus navíos, que había colocado lo suficientemente cerca. Usaba bolas encadenadas, entre otras artimañas, para inutilizar los barcos ingleses», narra el historiador.

Tras acabar con varias baterías de cañones, Vernon se dispuso a desembarcar algunos de sus hombres, que lograron tomar posiciones en tierra. «Luego, el inglés se dispuso a cañonear la fortaleza de San Luis de Bocachica día y noche durante dieciséis días, el promedio de fuego era de 62 grandes disparos por cada hora», determina el experto en historia militar. El bombardeo fue masivo y los españoles tuvieron que abandonar en los días sucesivos los fuertes de San José y Santa Cruz.
El ímpetu del ataque obligó al español a tomar una decisión dura: «Lezo incendió sus buques para obstruir el canal navegable de Bocachica, aunque el Galicia no prendió fuego a tiempo. Sin embargo, logró retrasar el avance inglés de forma considerable. Blas de Lezo decidió dar la orden de replegarse ante la superioridad ofensiva y la cantidad de bajas españolas», afirma Vidondo.
A su vez, en Bocagrande se siguió la misma táctica y se hundieron los dos únicos navíos que quedaban (el Dragón y el Conquistador) para dificultar la entrada del enemigo. «El sacrificio resultó en vano, pues los ingleses remolcaron el casco de uno de ellos antes de que se hundiera para restablecer el paso y desembarcaron», sentencia el experto. Las posiciones habían sido perdidas y los españoles se defendían en el fuerte de San Sebastián y Manzanillo. Además, como último baluarte, se encontraba el castillo de San Felipe
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La victoria del «Mediohombre»


Vernon creyó que la hora de su victoria había llegado. Por ello, quiso darle el broche final tomando el símbolo de la resistencia española: el castillo de San Felipe, donde resistían únicamente seis centenares de soldados, según cuenta el historiador. Sin embargo, el asalto desde el frente era un suicidio, por lo que el inglés se decidió a dar la vuelta a la fortaleza y asaltar por la espalda a los españoles. «Para ello atravesaron la selva, lo que provocó la muerte por enfermedad de cientos de soldados, pero al fin llegaron y Vernon ordenó el ataque», sentencia Vidondo.


Según narran los historiadores, el primer asalto inglés se hizo contra una entrada de la fortaleza y se saldó con la muerte de aproximadamente 1.500 soldados a manos de los 600 españoles que consiguieron resistir y defender su posición a pesar de la inferioridad numérica. Tras este ataque inicial, Vernon se desesperó ante la posibilidad de perder una batalla que parecía hasta hace pocas horas ganada de antemano. Finalmente, y en términos de Vidondo, el oficial ordenó una nueva embestida, aunque esta vez planeó que sus soldados usarían escalas para poder atacar directamente las murallas.
En la noche del 19 de abril los ingleses se organizaron en tres grupos para atacar San Felipe. «En frente de la formación iban los esclavos jamaicanos armados con un machete», explica el doctor en historia. Sin embargo, los asaltantes se llevaron una gran sorpresa: las escalas no eran lo suficientemente largas para alcanzar la parte superior de las murallas. «El ‘Almirante Patapalo’ había ordenado cavar un foso cerca de los muros para aumentar su altura y evitar el asalto», determina Vidondo. Los españoles aprovecharon entonces y acabaron con cientos de ingleses. La batalla acababa de dar un giro inesperado debido al ingenio de un solo hombre, o más bien, «Mediohombre».
El día siguiente, según afirma el historiador, los españoles salieron de la fortaleza dispuestos a aprovechar el duro golpe psicológico que habían sufrido los ingleses. En primera línea corría Lezo, cargando al frente de la formación mientras sujetaba el arma con su único brazo. Finalmente, y tras una cruenta lucha, los menos de 600 defensores lograron que el enemigo se retirara y volviera a sus navíos. Ahora, y de forma definitiva, la victoria pertenecía a los soldados españoles y, por encima de todo, a un solo combatiente: el «Almirante Patapalo».
Después de esa batalla, se sucedieron una serie de intentos por parte de los ingleses de conquistar la plaza fuerte, pero fueron rechazados. «Vernon se retiró a sus barcos y ordenó un bombardeo masivo sobre la ciudad durante casi un mes, pero no sirvió de nada», determina el experto.
Finalmente, Vernon abandonó las aguas de Cartagena de Indias con, según los datos oficiales, unos 5.000 ingleses muertos. Sin embargo, según determina Vidondo, es difícil creer que la cifra sea tan baja, ya que el oficial tuvo que hundir varios navíos en su huída debido a que no tenía suficiente tripulación para manejarlos y no quería que cayesen en manos españolas. «Cada barco parecía un hospital», afirma el historiador.
De hecho, y según cuenta la leyenda, Vernon sentía tanto odio hacia el «Mediohombre» que, mientras se alejaba junto a su flota de vuelta a Inglaterra, gritó a los vientos «God damn you, Lezo!» (¡Que Dios te maldiga, Lezo!) 




 Podía maldecir todo lo que quisiera, pero había sido derrotado.
http://www.abc.es/20121026/archivo/abci-blas-lezo-201210251658.html


 

LA CONSTRUCION DE LA CAPILLA SIXTINA.....SU FINANCIACION


 
La Capilla Sixtina fue construida entre 1471 y 1483 por orden del Papa Sixto IV, al que debe su nombre. Fue el resultado de rehabilitar y ampliar la Capilla Magna, antigua aula medieval fortificada donde tenían lugar las reuniones de la corte papal y, desde aquel momento, se convertiría en la sede de la elección de cada Papa en el cónclave del Colegio cardenalicio. Y como Sixto IV era de los que pensaba que la historia le juzgaría por sus obras -de arte, que no por su forma de obrar-, encargó los frescos de la capilla a los pintores florentinos más famosos: Sandro Botticelli, Domenico Ghirlandaio, Cque fue consagrada y dedicada a la Virgen María.

 
Capilla Sixtina

La tradición católica sitúa la Basílica de San Pedro sobre la tumba del primer obispo de Roma, San Pedro. La construcción del actual edificio, sobre una basílica del siglo IV en la época del emperador Constantino el Grande, comenzó en 1506 por orden del Papa Julio II, sobrino de Sixto IV, y finalizó en 1626. En el haber de Julio II también hay que añadir el hecho de que ordenase al gran Miguel Ángel la decoración de la bóveda de la Capilla Sixtina. Aunque en un principio se mostró reticente, aceptó el encargo cuando consiguió del Papa libertad creativa: un conjunto de pinturas al fresco en las que se representa la historia del mundo y del cosmos antes de Jesucristo.


Basílica San Pedro


Harto difícil cuantificar el enorme coste de estas dos emblemáticas construcciones pero, cual político español con sus proyectos aeroportuarios, nada iba a detener los aires de grandeza de tío y sobrino… y menos la financiación.


Sixto IV fue un adelantado a su tiempo, ya que legalizó la prostitución en Roma -si entendemos por legalizar gravar la actividad con un impuesto-. Todas las prostitutas debían pagar un tributo para ejercer su profesión y, visto que aquello reportaba pingües beneficios, decidió ampliar aquel impuesto a todos los miembros del clero que mantuviesen barraganas y a los miembros de la nobleza que quisiesen tener libre acceso a la cama de alguna joven doncella. Pero todavía quedaba su obra maestra: la venta de indulgencias. Según la RAE, las indulgencias son la remisión ante Dios de la pena temporal correspondiente a los pecados ya perdonados, que se obtiene por mediación de la Iglesia; en palabras de Sixto IV…
Los que murieron en la luz de la caridad de Cristo pueden ser ayudados por las oraciones de los vivos. Y no sólo eso. Si se dieren limosnas para las necesidades de la Iglesia, las almas ganarán la indulgencia de Dios.
Se convirtió en un auténtico mercado en el que el Papa obtenía financiación y los compradores el perdón de sus pecados. Pero Sixto fue un poco más allá, también podía sacar tajada con los muertos. Hasta la fecha, los beneficiarios de las indulgencias eran los vivos, pero ahora los vivos podían comprar un pasaje en un crucero de lujo para que sus difuntos saliesen del aterrador purgatorio, donde se redimían las penas, y alcanzar el paraíso celestial. Otra ventaja de este mercado, a diferencia de anteriores Papas que vendieron reliquias más falsas que Judas u obtenidas de expoliar tumbas de santos, era que al no entregar nada a cambio era un producto inagotable. Una legión de clérigos recorrieron ciudades y pueblos vendiendo humo que los temerosos de Dios compraban en beneficio de sus difuntos.



A Julio II, el Papa Guerrero, más que un líder de la Iglesia se le podía considerar un monarca. Gustaba vestir la armadura y beber con sus soldados; luchó contra los Borgia y sus aliados, contra Venecia y contra los franceses. Estas guerras implicaban un preciado botín que en buena parte fueron destinados a financiar las obras arquitectónicas y contratar a los mejores artistas de la época. Además, y siguiendo los pasos de su tío, también obtuvo importantes ingresos de la prostitución pero añadiendo otra fuente: creó su propio burdel. E incluso parece que Julio II era el que hacía los castings para contratar a los/las profesionales. En 1508, el día de Viernes Santo, no se permitió besar los pies del Papa por las ulceraciones que los cubrían, propias del morbo gálico o mal francés. Murió de sífilis, quizás contraída en los castings.
 http://historiasdelahistoria.com/2014/10/15/la-oscura-financiacion-para-la-construccion-de-la-capilla-sixtina-y-la-basilica-de-san-pedro

miércoles, 11 de marzo de 2015

LA REVUELTA DE LA FRONDA Y LA PAZ DE RUEIL


Última de las grandes revueltas nobles francesas, la Fronda marcó el inicio del proceso absolutista en la Corte de los Borbones, y la supresión del alzamiento condicionó la posterior política interior del Luis XIV, una tradición que se mantuvo hasta la Revolución de 1789.
Pongámonos, pero, en antecendentes; las politicas impositivas que Luis XIII impuso en Francia tras la entrada de ésta en la Guerra de los Treinta Años hicieron aumentar la presion fiscal sobre la clase campesina francesa, que se resintió por los costes de la guerra, mientras que las acciones de Richelieu, contrarias a la nobleza (Entre otras, obligó a destruir la casi totalidad de fortalezas personales de los Condes y Duques que, de ésta forma, se vieron casi indefensos en el caso de una hipotética revuelta contra el Rey).
Así, muertos el Rey y el Cardenal, se esperaba que la Regencia de la esposa del Rey y de su primer Ministro, Mazarino, llevaria a un cambio generalizado en las políticas reales, percibiendose que la falta de poder efectivo de los Regentes los obligaria a tener que pactar con la nobleza, que veía en ese momento una posibilidad de recuperar el poder que Richelieu los habia obligado a dejar. 


Nada más lejos de la realidad, pero; el Cardenal Mazarino, en una posición continuista respecto a su predecesor, creyó que Francia podía soportar los esfuerzos de la guerra, con lo que ordenó a su intendente de finanzas, Particelli d'Émery, aumentar los impuestos que se grababan a la Plebe y la Nobleza, incluyendo la obligatoriedad impositiva sobre Paris, que hasta ése momento estaba exenta; se crearon además nuevos cargos públicos con los que Mazarino esperaba chantajear a quienes optaran a ellos. 



En contra del gobierno real, irónicamente, se encontraba la familia real, liderada por Montsieur, el tio del Rey, Gastón de Francia: eterno conspirador contra el gobierno, no se molestaba en ocultar su oposición al Cardenal Mazarino, como tampoco lo hacían su hija, la Gran Mademoiselle, el príncipe de Condé y su hermana la duquesa de Longueville, quienes querían pertenecer al Consejo real; también estaba en contra del gobierno de Mazarino Jean-François Paul de Gondi, futuro cardenal de Retz, coadjutor de París, cuya ambición lo llevaba a desear un cargo político y el capelo de cardenal.
De orígenes plebeyos, el Parlamento de París también libró una auténtica batalla con la regencia a propósito de los impuestos. Ejerció con frecuencia su derecho de reconvención, esperando en vano, modificar la política del reino. También se oponía a la Regencia la casi totalidad de París, una ciudad de carácter rebelde, fácilmente inflamable, que vivía de rentas y estaba dominada por las corporaciones.





La Regente, Ana de Austria, con su hijo, el jovencísimo Luis XIV

La tensión que se había creado alrededor de las figuras de los Regentes se desató cuando el 15 de enero de 1648 Ana de Austria intentó registrar unos nuevos edictos fiscales ante el Parlamento, los miembros del cual se negaron a validarlos; en respuesta, Mazarino inició una serie de movimientos buscando controlar las sesiones del mismo, viendose obligado el parlamento a suspender las sesiones ordinarias, concentrándose en el Palacio de Justicia de Paris y publicando una lista de 27 artículos, exigiendo la vuelta de los intendentes, sumisión obligatoria de las altas de impuestos a la aprobación de las cortes y la garantía de las libertades individuales.

La regente accedió, en principio, a todo lo solicitado. El 20 de agosto, tras la victoria de Borbón-Condé en Lens, que reforzaba las posiciones Cardenalicias, Mazarino vio llegado el momento de asestar el gran golpe. El 26 de agosto hizo arrestar a los cabecillas de la Cámara de San Luis, incluyendo a su presidente, el ya anciando Pierre Broussel, quién contaba con el apoyo de la plebe de París. En respuesta, la clase urbana parisina se sublevó, levantando barricadas en las calles y acosando a varios seguidores de Mazarino: Séguier, canciller de París, fué perseguido por la muchedumbre, quien lo sitió en el Palacete de Luynes, al que acabaron inciendiando; por suerte para él, pudo escapar, pero el palacio quedó completamente destruido. El mismo palacio Real fue pacificamente sitiado por las milicias burguesas, en un intento de presionar a Mazzarino para que devolviera el poder al Palamento y liberara a Broussel. Finalmente, la corte abandonó París el 12 de septiembre, viendose obligados a volver el mismo 24 de ése mes. Ana de Austria tuvo finalmente que aceptar los articulos que le presentaba la Camara Parlamentaria, reducidos en ésta ocasión a una quincena. También hubo que liberar a multitud de prisioneros, tanto políticos como comunes, de las cárceles de París; finalmente, la familia real fue poco menos que expulsada de la capital, la noche del 22 de octubre, sin ningún tipo de ayuda militar con la que contar.

Hasta principios del año siguiente, cuando los ejercitos de Condé pudieron ser liberados del frente por la Paz De Westphalia, Paris estuvo en revuelta continua, hasta que fué sitiada en enero de 1649 por los 4000 mercenarios alemanes a las ordenes del Principe de Borbón-Condé; incluso en ésta tesitura, los parisinos se negaron a pedir ayuda a los españoles, por lo que finalmente se tuvo que firmar la Pace de Rueil, en marzo de 1649.

La Fronda parlamentaria sirvió, entre otras cosas, para demostrar a los nobles franceses la debilidad de las posiciones realistas y cardenalicias, apareciendo una sórdida red de intrigas políticas y guerra encubierta por el poder, perdiendose deprisa el trasfondo constitucional con que contaba la fase Parlamentaria de la Fronda.

En realidad, la Paz de Rueil apenas sobrevivió al año 1649, pues en enero de 1650 Mazarino, temiendo una trama colpista entre Gondi y Chevreuse, y sabiendo que ésta no tardaria en extenderse, ordena arrestar a Condé, Conti y Longueville. Viendo su posición amenazada, el resto de principes, con el hasta ese momento leal Turenne a la cabeza, se declaran en abierta rebelion, siendo su primer objetivo la liberación de Condé.

Pronto, los españoles les dieron la asistencia que la revuelta requería para seguir viva, reuniéndo el archiduque Wilhelm Leopold, gobernador general de la Holanda Española. Por desgracia para los frondistas y sus aliados extranjeros, la población civil y la habilidad militar del Conde de Plessis-Praslin evitaron que el ataque del archiduque tomara la pequeña fortaleza de Guise; descorazonado, el Habsburgo se retiró, dejando solo a Turenne al frente del ejército frondista, asistido por algunas tropas lorenas del Duque Carlos IV.

A finales de 1650, y viendo que la fronda iba perdiendo fuelle, Turenne pidió el perdón del Rey, permitiéndosele volver a la corte y servir de nuevo bajo las ordenes de la regencia. Condé, Conti y Longueville fueron liberados, y en abril de 1651 la revuelta prácticamente se había colapsado. Mazarin, como contrapartida, se había tenido que exiliar, permitiendo su ausencia la reaparición de rencillas internas, que acabarían llevando a Francia a la anarquia.

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