sábado, 29 de octubre de 2016

BATALLA DE CASTILLON....LA ULTIMA BATALLA DE LA GUERRA DE LOS CIEN AÑOS




Esta batalla, no muy conocida, librada el 17 de julio de 1453, fue la última batalla de la Guerra de los Cien Años. En ella se enfrentaron los ejércitos inglés por una parte y franco-bretón por la otra. Como una de sus mayores características se encuentra que probablemente fue la primera batalla documentada en la cual la artillería móvil demostró ser el factor decisivo.
No puedo referirme a la batalla sin primero mencionar el contexto de la misma. Para eso vamos a remontarnos a los origenes de la guerra:
En 1137, el último duque de Aquitania murió. Su hija Leonor se casó con Luis el joven, el futuro rey de Francia, pero su matrimonio se anuló al poco tiempo. Poco después, en 1152, se casó con Enrique Plantagenêt el futuro rey de Inglaterra. Por lo tanto Aquitania adjunta a la corona Inglesa también era un vasallo del rey de Francia.
Tras la muerte de Carlos IV, y con la ausencia de un heredero, gracias a la antigua Ley sálica, Felipe de Valois es proclamado Rey en 1328. Posteriormente, el rey toma Aquitania y  se conduce a más de un siglo de conflicto entre los dos países.
Para comprender los sentimientos de la población de Aquitania(región en donde se desarrolla la batalla), hay que reconocer que el largo dominio de Inglaterra (300 años), no trajo consigo ni la miseria ni la opresión. Por el contrario los reyes de Inglaterra le concedieron autonomía y oportunidad a través de las cartas no-intervencionista de las comunas. Así el comercio fue el núcleo de la estrecha relación que une Aquitania y la corona Inglesa.
El ducado de Aquitania se supone creado en el año 675 a la muerte de Childerico II, si bien su cronología es confusa antes del año 877 siendo en ocasiones considerado como un reino o un ducado. En ese año el Reino de Aquitania se divide en dos ducados, el de Gascuña y el de Aquitania (que posteriormente pasaría a denominarse de Guyena). Los dos se reunificarían en 1058 aunque el nombre de Guyena se seguiría usando ocasionalmente para identificar el ducado.


Francia durante el reinado de Carlos VII

Lograda la reconquista de Normandía en 1450, Carlos VII de Francia envió al teniente general Dunois a reconquistar Guyena (Aquitania). El militar reunió un gran ejército y logró el objetivo que le había sido ordenado en 1451.

La rápida campaña de reconquista culminó el 30 de junio de 1451 cuando los franceses entraron victoriosos en la capital gascona de Burdeos. La estrella inglesa en el conflicto parecía a punto de apagarse y la dilatada Guerra de los Cien Años se acercaba a su fin. Sin embargo, luego de trescientos años de dominación inglesa los habitantes de la ciudad se consideraban ya —y en los hechos lo eran— ingleses. En consecuencia, enviaron una embajada a Inglaterra y exigieron al rey Enrique VI que volviera a capturar la ciudad. Estaban disconformes porque los nuevos señores franceses pretendían regular el comercio y cobrarles impuestos inusualmente altos para financiar el esfuerzo de guerra.

Ofensiva Inglesa:
Enrique VI consciente de la importancia de  Aquitania envió a Sir John Talbot para recuper el territorio perdido.El 17 de octubre de 1452 Talbot desembarcó cerca de Burdeos, comandando una fuerza de más de 3.000 hombres de armas y un grupo de experimentados arqueros.
Después de una rápida campaña Burdeos cayó el 23 de octubre 1452( Los propios habitantes de la ciudad le abrieron las puertas al ejército). Una vez más Castillon está bajo dominio Inglés.

Contraataque Francés:
A lo largo del invierno, Carlos VII de Francia decidió actuar: reunió a sus ejércitos y los preparó para efectuar una campaña punitiva y recuperar Burdeos.
El ejercito conducido por Juan Bureau avanzó a lo largo del valle de Dordoña y tomó Gensac el 8 de julio de 1453, después ordenó a su ejército oriental que pusiera sitio a la cercana ciudad de Castillon (hoy Castillion-la-Bataille), sobre la orilla del río Dordoña, obligando a Talbot a abandonar su plan original, que consistía en hacerse fuerte en Burdeos y resistir allí un asedio. Ante las novedades, el comandante inglés tuvo que abandonar la ciudad y dirigirse a Castillon para intentar levantar el sitio.



Los dos comandantes:
Juan Bureau:
Como fue común en la Guerra de los Cien Años, el ejército francés no tenía un mando unificado. El comando nominal pertenecía a Juan de Blois, conde de Périgord, vizconde de Limoges y conde de Penthievre. Blois era bretón.
Por encima de todos ellos (salvo la autoridad política que detentaba Blois) mandaba el experimentado ingeniero militar Juan de Bureau, a quien acompañaba su hermano Gaspar como jefe de artillería. Como era usual en aquellos tiempos, el jefe de ingenieros comandaba los asedios y los sitios. Blois y los demás, según correspondía a la nobleza, mandarían sobre la caballería pesada.

John Talbot:
El comando del ejercito inglés había sido entregado a John Talbot, primer conde de Shrewsbury. El comandante inglés tenía más de 70 años, pero era un veterano duro y competente.
Hijo del conde de Talbot, combatió en Gales y en Irlanda. Se destacó en las guerras contra Francia siendo hecho prisionero en Patay y conquistando, tras su liberación, Clermonty el Pays de Cau.

Preparación:
Ante el grave problema que representaba el ejército enemigo que lo acechaba, Talbot pidió y obtuvo refuerzos. Se le entregaron otros 3.000 hombres al mando de su hijo, el señor de Lisle, que, sin embargo, seguían siendo insuficientes para hacer frente a los miles y miles de franceses que se agazapaban en las fronteras de Gascuña. Muchos gascones  se unieron también a Talbot.
Convencido de que debía abandonar Burdeos para ayudar a defender Castillon(que estaba sitiado por los franceses), Talbot hizo una vez más gala de su conocida agresividad y rapidez de decisiones. Abandonó la ciudad en la madrugada del 16 de julio comandando una fuerza avanzada de jinetes, a la que seguía una gran masa de hombres de armas a pie. Con este último grupo se desplazaba su artillería. Sus fuerzas totales al salir de Burdeos consistían en aproximadamente 6.000 soldados ingleses apoyados por los ya mencionados 3 millares de gascones.
Mientras tanto el ejército francés se estableció  al este de Castillon en la orilla derecha del Dordoña.
El sitio seleccionado tenía ventajas innegables. En el norte limita la Lidoire, un pequeño río con orillas escarpadas. En el oeste, el sur y el este, un foso rodeaba la ciudad suficiente para desalentar al atacante. Construido en tres días de acuerdo con consideraciones tácticas de Vauban, el foso tenía salientes, permitiendo el fuego cruzado. Protegido por una pendiente y reforzados por troncos de árboles, se presentaba como un gran problema para la caballería Inglesa.
Despues del foso, el campo era de 200 a 300 m de norte a sur y 600 m de oeste a este. Frente a ello la llanura se extendia de 500 a 600 m del río Dordogne por el que se podía cruzar sólo en un vado, el Pas de Rauzan.

Pas de Rauzan
Pas de Rauzan
Si el enemigo venía desde el norte, se enfrentaba con la Lidoire, un obstáculo difícil de atravesar, justo al lado del campamento. Si venía del oeste, no podía ser totalmente extendido delante del borde angosto del campo (200 m), si venía del sur, el campo de batalla de la Dordogne estaba bajo el fuego de la artillería francesa.

Primer ataque:
Advertido sobre la llegada de los franceses, Talbot, aguardando en Burdeos, decidió ir en su ayuda. Al llegar a Libourne (ciudad ubicada a orillas del Dordoña)
Talbot llegó cerca del campamento enemigo al amanecer del día siguiente . Descubrió la fuerza de Roualt escondida en un bosque al norte de San Lorenzo y frente al campamento francés, y entabló con ella una escaramuza relámpago que la sorprendió y culminó con numerosos muertos franceses. Los sobrevivientes huyeron a través del bosque y se refugiaron en el campamento de Bureau. Esta acción favorable reforzó la moral de las tropas inglesas.
Luego de una marcha forzada , era imperioso dar a sus hombres un tiempo de descanso y alimentos. Mientras los soldados descansaban, un mensajero que había logrado escapar de la ciudad informó a Talbot que el ejército francés se había dado a la fuga, y que cientos de jinetes abandonaban las fortificaciones y huían. Mirando a la distancia, el comandante inglés pudo observar una enorme nube de polvo que se dispersaba en el horizonte. Talbot ordenó inmediatamente a sus tropas disponibles atacar el resto del ejército francés.

Ataque principal:
Los jinetes ingleses vadearon el Lidoire . Las fuerzas anglogasconas no avanzaron contra el enemigo directamente desde el oeste, sino que rodearon el campamento con intenciones de atacar el eje más largo del mismo, concentrándose en los bancos sobre el río del lado sur.
Al descubrir con sorpresa que los parapetos estaban defendidos por miles de arqueros armados hasta los dientes y más de 300 cañones, Talbot comenzó a pensar que podía haber infravalorado las defensas francesas, pero, sin perder la calma, Talbot ordenó atacar con ferocidad. Los artilleros franceses estaban esperando precisamente eso.
El inglés hizo desmontar a sus hombres y asaltar las defensas al grito de "¡Por Talbot! ¡Por San Jorge!". Inmediatamente los artilleros franceses abrieron fuego, las armas de fuego dispararon simultáneamente. La carnicería fue indescriptible, con los atacantes todos agrupados, incapaces de escapar o esconderse.
Valientemente, los supervivientes se reagruparon. Mientras los cañones barrían a los ingleses con fuego enfilado, en varias partes del frente la lucha degeneró en combates cuerpo a cuerpo. En ese momento la fuerza principal inglesa llegó al campo de batalla, llevando el número de los ingleses una cifra completamente insuficiente ante los números franceses. La defensa de campo francesa podía manejarlos perfectamente, sobre todo teniendo en cuenta que la artillería inglesa se había quedado atrás y nunca consiguió llegar al campo de batalla.

La sorpresa francesa:
Aunque el fuego era mortífero, los ingleses consiguieron combatir hasta un limite. En ese momento, Talbot observó que sus soldados de infantería comenzaban a retroceder. Lo que sucedía es que por el flanco derecho se aproximaba una gran fuerza de caballería enviada por el duque de Bretaña (aunque algunos historiadores posteriores afirman que fue por el flanco izquierdo). Los arqueros franceses, que se habían refugiado detrás de la empalizada después de haber sido derrotados en el bosque temprano por la mañana, salieron ahora al exterior y lanzaron una nube de flechas contra los ingleses que se veían obligados a luchar en dos frentes: estaban atrapados entre los franceses adelante y los bretones por el flanco.



El final:
Sorprendidos entre dos grandes fuerzas enemigas, los ingleses debieron abrirse y retirarse, siendo perseguidos de inmediato por la fuerza principal de Bureau. En rápida retirada, vadearon el Dordoña en Pas de Rauzan, momento en que el caballo de Talbot recibió un cañonazo y murió, atrapando al comandante bajo su cadáver. En estas circunstancias, su escudo de armas fue reconocido por un soldado francés llamado Michel Perunin, quien, atacándolo con su hacha de combate, lo mató instantáneamente. El hijo de Talbot también pereció intentando defender a su padre.

                          
La muerte de Talbot
Dejando muchos muertos en el campo de batalla, los sobrevivientes huyeron, algunos cruzan la Dordogne, otros de huyen hacia el oeste, algunos incluso llegando a Saint-Emilion, otros más escondidos en Castillon.

La capitulación:
El 18 de julio 1543 fue firmado en el castillo de Pressac, en Saint-Étienne de Lisse, el documento de rendición. El cuerpo de Talbot fue reconocido por su heraldo, y sus restos fueron puestos temporalmente a descansar en Notre-Dame de Colle, en el campo de batalla real, trasladado luego a Inglaterra y enterrado en Witchurch. Con Talbot muerto, todas las plazas en poder de Inglaterra rápidamente capitularon y Burdeos se entregó sin derramamiento de sangre.

Consecuencias:

Sociales:
Esta batalla selló la retirada definitiva de los Ingleses y ayudó a establecer la autoridad del rey de Francia. Pero para Aquitania, las consecuencias no eran beneficiosas. Todo lo que había ganado en el camino de la autonomía ha sido puesta en duda y se recuperó sólo un tiempo después. La región perdió todos sus privilegios, y estos se restauraron con dificultades.
No fue sino hasta 1474 que Jean de Foix-Candale les otorgó una carta cuyos términos fueron confirmados y ampliados por Gastón II en 1487, que les permitía ciertos privilegios. Además de todo eso, esta derrota de Inglaterra puso la economía de la región en confusión. El tráfico comercial que durante dos siglos había asegurado la prosperidad de Aquitania disminuyó. Las ventas de vino a Inglaterra no acabaron del todo, pero se redujeron severamente, además estuvieron acompañados por altos cargos y acusados de estar en mal estado. El exilio, voluntario o impuesto, también podría estrechar las filas de la nobleza, sin embargo algunos años más tarde los exiliados voluntarios serían bienvenidos otra vez, y algunos incluso pudieron recuperar las tierras que habían abandonado.

Militares:
En la esfera militar, esta victoria, el producto de una nueva concepto estratégico, destacó el importante efecto terrible de la artillería y el enorme impacto en la caballería, cuando era utilizado en el momento adecuado y en el lugar correcto. No organizadas las cargas de caballería, los ataques con flechas y los combates individuales llenos de coraje, sería impotente e incapaz de poner un campamento francés en peligro. El concepto de guerra relacionados con la Edad Media se derrumbó y demostró su ineficacia frente a las nuevas técnicas y las nuevas armas de guerra.
La batalla de Castillon representa, por tanto, el último hecho de armas de la Guerra, y la primera de la historia europea en que los cañones decidieron el destino de un combate (y de una guerra).
En ese mismo año, el rey Enrique VI de Inglaterra comenzó a manifestar claros signos de demencia, lo que precipitó el estallido de la guerra civil inglesa conocida como Guerra de las Dos Rosas.
Ante esta grave circunstancia, los ingleses debieron retirar sus tropas presentes en Francia y renunciar a todas sus pretensiones territoriales en el continente y a sus reclamos al trono francés. Todas sus posesiones les fueron arrebatadas en escasos meses excepto Calais.
Finalmente mientras Inglaterra se batía en una nueva guerra( de carácter civil) que concluiría con la coronación de Enrique VIII, los reyes franceses tratarían de aumentar su autoridad aprovechando el fin de las incursiones inglesas.

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