miércoles, 16 de diciembre de 2015

LOS MENDOZA,EL MARQUÉS DE SANTILLANA Y LAS SERRANILLAS


Desde los libros de texto a los libros de Historia encontramos la figura del Marqués de Santillana, figura de primer orden en la Historia y, especialmente, en la literatura del Siglo XV.         
Íñigo López de Mendoza y de la Vega , era el segundo hijo varón del segundo matrimonio del Almirante Diego Hurtado de Mendoza. Nace en Carrión de los Condes y muere en Guadalajara. A la muerte de su hermanastro García y luego de su hermano Juan sucede a su padre en el mayorazgo. Muerto su padre cuando era niño, su madre Leonor de la Vega (mujer enérgica, hábil y prudente) logró preservar para él la mayor parte de su herencia, pretendida por sus familiares, entre los que destacaremos especialmente a su hermanastra Aldonza de Mendoza.
Aunque al comienzo sólo le reconocieran por señor Hita y Buitrago, desde esta base, poco a poco, comenzó a recuperar todo el patrimonio paterno. Su madre logró para sus hijos Elvira e Iñigo una conveniente doble boda de hermanos con los hijos del extremeño Maestre de Santiago Lorenzo Suarez de Figueroa, matrimoniando Iñigo en 1412 con Catalina de Figueroa. Le siguió una estrategia de busca de apoyos políticos y militares, inicialmente con los Infantes de Aragón y luego alternativamente al rey Juan II y a su valido Alvaro de Luna. Asi fue logrando conservar o recuperar su solar original en Alava, los Señoríos del Real de Manzanares, la herencia materna (a la muerte de su madre) en los valles de Santillana, sus posesiones en la ciudad de Guadalajara y los pueblos de la provincia, Tendilla, etc junto con los demás que poseyera su padre (e incrementarlos) excepto la villa de Cogolludo y el título de Almirante. Sin embargo el llamado "Pleito de los Valles" de las Asturias de Santillana (los nueve valles de Alfoz de Lloredo, Cabuérniga, Cabezón, Piélagos, Reocín, Villaescusa, Camargo, Penagos y Cayón) no se resolvería hasta 1512 en que Carlos V determinó que los valles eran de realengo y no de los Mendoza.

Sello del marques, 1440     
SELLO DEL MARQUES, 1440
Iñigo acompañó a Fernando de Antequera (entonces regente en Castilla) cuando, elegido Rey de Aragón, fue a tomar posesión en 1414 de su corona (aprendiendo allí los nuevos modos poéticos) y volvió apoyando a los hijos de éste, los Infantes de Aragón, principalmente como sola manera de recuperar el patrimonio paterno al militar en el partido opuesto sus oponentes. En efecto los hijos del rey de Aragón Fernando de Antequera tenían grandes posesiones en Castilla, interviniendo en las luchas e intrigas del reino tanto en el reinado del enfermo Enrique III como en la minoría de Juan II. Asimismo Navarra y Aragón estuvieron temporalmente unidos al ser rey consorte de Navarra el que luego sería Juan II de Aragón, padre de Fernando el Católico, quien gobernaba en Aragón mientras Alfonso V estaba en Nápoles.


                                                            TORRE DE MENDOZA

Iñigo fue figura principal en las cortes castellanas de Juán II y Enrique IV, participando en muchas alianzas la mayoría en apoyo del rey, siempre a favor de sus intereses y, salvo cuando le convino, en contra de Alvaro de Luna, su gran enemigo. Bajo Juán II guerreó contra los Reyes de Granada, Navarra y Aragón. Esta confirmada su valentía en la batalla, su ambición en mejorar su hacienda y la de su familia y también su amor a las letras. De sus sentencias, siempre me pareció especial aquella que decía que "la ciencia no embota la lanza ni hace floja la espada en la mano del caballero".

Castillo de Torija (Guadalajara)     
CASTILLO DE TORIJA 

Por enfermedad no pudo participar en la batalla de La Higueruela  contra los granadinos, aunque allí estuvieron sus tropas. En 1438 comandó la lucha en la frontera granadina logrando la conquista de Huelma. Por su actuación en la primera batalla de Olmedo , guerrando junto a D. Alvaro de Luna y su rey contra algunos nobles y los Infantes de Aragón fue nombrado por Juan II el primer Marqués de Santillana (Santander) (y también la primera persona nombrada Marqués en Castilla y segunda en España) y Conde del Real de Manzanares, recibiendo a la vez la villa de Saldaña, aunque no la tuvo definitivamente hasta 1451. Asimismo, el Marqués destacó en el largo y famoso sitio de Torija  que habían tomado los navarros en 1445, y en la invasió de Aragón. Siguió intrigando en las luchas contra el valido del rey Juan II, D. Álvaro de Luna, al cual atacaría con su "Doctrinal de Privados" y sería factor decisivo (junto con la reina Isabel Portugal) de en su caída definitiva en 1453. En 1456 fue su última campaña militar, contra los granadinos. Sus años finales los pasó en Guadalajara dónde fue enterrado.


                                                           
                                                         CASTILLO DE BUITRAGO

Fue un buen literato y poeta. Aunque escribiera obras como la "Comedieta de Ponza", ha sido más conocido por sus populares "serranillas". Muy culto, tuvo una gran biblioteca, inicialmente en Manzanares y que siglos después acabó en la Biblioteca Nacional, sección "Osuna". Por su influencia se tradujeron al castellano, en Manzanares el Real, las obras de Homero, de Virgilio y de Séneca. Aunque, curiosamente, su dominio del latín no era excelente, hablaba fluidamente francés, italiano, gallego y catalán. Y fue él quien escribió los primeros sonetos en castellano. De hecho, la aficción le viene de familia pues tanto su padre Diego como su abuelo Pedro compusieron poemas. Su biografía se encuentra tanto en las enciclopedias de historia o literatura como en los libros de texto que yo estudié, mejor contada que como yo lo haría. Su divisa era "Dios e Vos", referida a Dios y la Virgen.

                                                                            
                                                                               RETABLO BUITRAGO 

El Marqués de Santillana dividió sus estados entre sus hijos. Al incluir en su escudo, junto a la "banda roja" de los Mendoza, la divisa "AVE MARIA" proviniente de su madre Leonor de la Vega, a los descendientes del Marqués de Santillana se les llamó los Mendozas "del Ave María".



                                                                    ESCUDO MENDOZA Y VEGA

El hijo mayor Diego inició la rama de los Duques del Infantado, quedando dichos Duques señores de Santillana, Manzanares, Hita y (en la práctica) de Guadalajara capital. El segundo hijo Íñigo fue el Conde de Tendilla que inició la rama de los Condes de Tendilla y que fueron luego Marqueses de Mondéjar (provincia de Guadalajara, cerca de Pastrana, en el borde con Madrid, con afamados vinos). El quinto hijo, Pedro, fue el todopoderoso Gran Cardenal Mendoza, que dejó abundante prole y cuya bisnieta Ana fue la conocida Princesa de Éboli, primera Duquesa de Pastrana. Por último, Lorenzo (que escogió llevar los apellidos de su abuelo materno Lorenzo Suárez de Figueroa, Maestre de Santiago) sería Vizconde de Torija y Conde de Coruña (Burgos).
En 1440 aparece por primera vez en un sello del Marqués la nueva versión del escudo con la banda de los Mendoza en frange y con la divisa de los De la Vega, que tan famoso se haría. Este escudo aparece de un modo u otro en todos sus descendientes, en algunos descendientes extremeños de su hermana Elvira Lasso de la Vega, relacionado con su tia "la ricahembra" e incluso en los blasones de ramas ajenas dentro de los Mendoza, que lo adoptaron por su fama.

          Castillo de Manzanares el Real
 MANZANARES EL REAL


Según Hernando del Pulgar era "de mediana estatura, proporcionado en la compostura de sus miembros y hermoso en las facciones de su rostro ... era hombre agudo y discreto, de tan gran coraje que ni las graves cosas le alteraban ni en las pequeñas le placía entender ... fablava muy bien ... fue muy templado en comer y beber ... Tuvo en su vida dos notables ejercicios: uno en la disciplina militar, otro en el estudio de la ciencia ... ni su osadía era sin tiento ni en su cordura se metió jamás punto de cobardía ... muy celoso de las cosas que a varón pertenecía facer ... tenía gran copia de libros y dábale al estudio especialmente de la filosofía moral y de cosas peregrinas y antiguas ... no puedo negar que no tuviera algunas tentaciones de las que esta nuestra carne suele dar a nuestro espíritu y que algunas veces fuese vencido, quier de ira, quier de luxuria ... fenesció sus dias en edad de setenta y cinco años con gran honra y prosperidad". 




LAS SERRANILLAS
Son las que han dado al Marqués toda su gloria. El tema convencional supone el encuentro de un caballero y una pastora. El caballero requiebra a la pastora que lo rechaza. A veces, el caballero sé hace pastor, para gozar de la compañía de la bella pastora. En sus diez serranillas, el culto Santillana alcanza las máximas cotas de un lirismo suave y cándido, absolutamente inhabitual en la poesía cortesana de su tiempo. El ritmo corto y saltarín de los hexasílabos confiere alegría y gracia a un universo bucólico. Las serranas ya no son hembras forzudas y peligrosas como en el Arcipreste de Hita, sino que poseen gracia y encanto cortesano.





SERRANILLA VI.

Moça tan fermosa
non ví en la frontera,
como una vaquera
de la Finojosa.

Faziendo la vía
del Calatraveño
a Santa María,
vençido del sueño,
por tierra fragosa
perdí la carrera,
do ví la vaquera
de la Finojosa.

En un verde prado
de rosas e flores,
guardando ganado
con otros pastores,
la ví tan graciosa,
que apenas creyera
que fuese vaquera
de la Finojosa.

Non creo las rosas
de la primavera
sean tan fermosas
nin de tal manera;
fablando sin glosa,
si antes supiera
de aquella vaquera
de la Finojosa.

Non tanto mirara
su mucha beldad,
porque me dexara
en mi libertad.

Mas dixe: "Donosa
(por saber quién era),
¿aquella vaquera
de la Finojosa?..."

Bien como riendo,
dixo: "Bien vengades,
que ya bien entiendo
lo que demandades:
non es desseosa
de amar, nin lo espera,
aquessa vaquera
de la Finojosa.





SERRANILLA (Villancico) que hizo el Marqués a tres hijas suyas.


Por una gentil floresta
de lindas flores e rosas,
vide tres damas fermosas
que de amores han requesta.

Yo, con voluntad muy presta
me llegué a conoscellas.
Començó la una dellas
esta canción tan honesta:

Aguardan a mí:
nunca tales guardas vi.

Por mirar su fermosura
destas tres gentiles damas,
yo cobríme con las ramas,
metíme so la verdura.

La otra con gran tristura
començó de sospirar
[e] dezir este cantar
con muy honesta mesura:

La niña que los amores ha
sola, ¿cómo dormirá?

Por no les fazer turbança
non quise yr más adelante
a las que con ordenança
cantaban tan consonante.

La otra con buen semblante
dixo: "Señoras de estado,
pues las dos aveys cantado,
a mí conviene que cante:

Dexadlo al villano pene:
véngueme Dios dele."

Desque huvieron cantado
estas señoras que digo,
yo salí desconsolado,
como hombre sin abrigo.

Ellas dixeron: "Amigo,
non soys vos el que buscamos,
mas cantad, pues que cantamos."
Dixe este cantar antiguo:

Sospirando y va la niña
e non por mí,
que yo bien ge lo entendí.

https://www.uam.es/personal_pdi/ciencias/depaz/mendoza/marques.htm
http://www.los-poetas.com/g/marques1.htm#I. SERRANILLAS

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