En la ciudad de Argel,el 19 de septiembre de 1580 es liberado Miguel de Cervantes,tras cinco años de cautiverio en manos de los corsarios,merced al pago de un rescate y a la mediación de lo Padres Trinitarios....
De no haber estado cautivo en Argel, quizá nunca hubiera escrito
"El Quijote". Allí Cervantes convivió con gentes de toda raza y
condición. No le degollaron porque era valioso: llevaba las cartas de
recomendación que recibió tras la batalla de Lepanto, y eso elevaba a
500 escudos el rescate que pagó su familia por él. El periodista recorre
los lugares donde estuvo y entra en la cueva en la que se ocultó en una
de sus fugas.
El 26 de septiembre de 1575, Miguel de
Cervantes viaja junto a su hermano Rodrigo camino de España en la galera
Sol tras seis años de servicio en el Ejército. A medio camino, el barco
es asaltado por una flota corsaria, mandada por el turco Arnaute Mami.
Es conducido a Argel y adjudicado en condición de esclavo a un corsario
menor, Dali Mami. Lleva consigo cartas de recomendación que Don Juan de
Austria le brindó por su valeroso comportamiento en Lepanto, lo que hace
creer a sus captores que se trata de un prisionero notable y fijan por
él un rescate de 500 escudos, imposibles de reunir por su familia.
Comienza
entonces la etapa más intensa de su vida, toda ella digna de sus
propias novelas. Puso en juego su existencia intentando escapar en
cuatro ocasiones; en todas falló. Conoció a numerosas personalidades,
convivió con piratas, renegados, musulmanes y cautivos. Cuando, pasados
cinco años, los padres trinitarios pagan la suma del rescate reunida en
parte por su familia, Cervantes se dirige a España con la idea de
ganarse la vida como autor de teatro y escritor, decisión que, es
posible, jamás hubiera tomado de no haber cumplido esta peculiar
condena.
Fue allí, con 28 años de edad, donde Cervantes creció
moral e intelectualmente. Hay un antes y un después del cautiverio.
Adriana Arraigada de Lassel, cervantista residente en Argel y experta en
su cautiverio, cree que en esta ciudad terminó de edificar su
personalidad, "su conciencia religiosa y su identidad española".
Sus
cinco años en Argel son los más documentados de su biografía, pero a la
vez los más controvertidos, ya que si bien se han hallado los escritos
en los que figuran la partida de rescate, sus nóminas como soldado y
otros datos biográficos, siguen ocultos los detalles sobre su intimidad y
espiritualidad. Que renegó de su religión, que mantuvo relaciones
homosexuales (en Argel se le han buscado varios novios—, que se planteó
no volver jamás a España... Existen multitud de conjeturas sobre su
periplo argelino, difuminadas más si cabe por la cantidad de referencias
autobiográficas que aparecen en las numerosas obras y personajes
ambientados en el filo de la Cristiandad y la Berbería, con los que
Cervantes enturbia su propia huella mezclando sus vivencias con la
ficción.
La sociedad fronteriza de Argelia fue escenario en las
obras teatrales Los baños de Argel, El gallardo español, Los tratos de
Argel, la novela corta La gran sultana y, especialmente, los tres
capítulos de El Quijote donde se narra la historia de El cautivo, que
algunos estudiosos consideran como el germen mismo de El Quijote, una
historia con entidad propia que pudo haber sido escrita años antes que
iniciar su gran novela.
A finales del siglo XVI, Argel, el
corazón del Mediterráneo bajo el dominio del Gran Turco, goza de la
mayor gloria de su historia. Su puerto guarda la flota de 35 grandes
corsarios que, con sus veloces embarcaciones, salen en primavera al
asalto de los barcos españoles e italianos. Su población cosmopolita
—desde musulmanes, judíos y turcos a todo tipo de pobladores de
tránsito— se comunica gracias a una lengua franca. Aislada por tierra,
servía de cárcel natural para 25.000 cristianos cautivos que esperan su
rescate, alojados en prisiones —conocidas como baños— donde disfrutan de
cierta libertad de movimiento.
Siempre se habla de una forma
global de la estancia de Cervantes en Argel. Sin embargo, Adriana Lassel
identifica tres etapas en el periplo argelino del escritor. "Con la
libertad que Dali Mami le deja para moverse por la ciudad, recién
llegado a Argel, encuentra a su hermano Rodrigo y toma contacto con
muchos compatriotas, no todos ellos esclavos, pues había españoles en la
milicia (entre los jenízaros y los mercenarios), entre los corsarios y
los comerciantes que atracaban en el puerto para sus negocios". Así
pues, Cervantes pronto contacta con compañeros y planea su primera fuga:
la marcha hacia Orán, en compañía de un guía. Los nombres de estos
soldados se conocen, eran sargentos, alféreces y algunos caballeros.
La aventura de Orán fue un auténtico fiasco, era imposible recorrer a
pie los más de 450 kilómetros entre ambas ciudades, más aún cuando la
costa argelina está llena de montañas. No se podía caminar sin más en
dirección Este, había que conocer el camino y el guía que había accedido
a acompañarles por una cantidad de dinero les abandonó.
La
segunda etapa de Cervantes comienza en 1577, en abril, cuando llega a
Argel la galera San Pablo, con 269 cautivos, entre los que está el
clérigo portugués Antonio de Sosa. Este personaje mantendrá una
verdadera amistad con Cervantes, un hombre delicado de salud, teólogo,
conocedor de la cultura humanística y de la poesía y que tendrá para el
escritor gran influencia. Empieza una amistad entre un hombre de una
gran cultura y un joven con inquietudes deseoso de conocer y escribir.
"Cervantes tuvo que haber escrito en Argel, esto es seguro, y de Sosa
tiene que haber sido su oyente pero, lamentablemente, no hay documentos
sobre esto", observa Lassel.
Esta etapa de
Cervantes fue muy fructífera en cuanto a su enriquecimiento literario y
la afirmación de su fe religiosa (frente a la opción de renegar, que
hubiera supuesto su libertad inmediata), pues Antonio de Sosa era
teólogo. A Sosa se le atribuye la autoría de La Topografía General de
Argel, publicada en 1612, y obra clave para el estudio del cautiverio de
Cervantes. Se dice que Sosa se ayudó de libros de geógrafos que habían
pasado por Argel, como León, el Africano o Estrabón. "Seguramente
viajaba con estos libros cuando fue capturado. En Argel había libros y
una cultura literaria, pero se desconoce qué tipo de libros había en las
bibliotecas y por eso es muy aventurado qué pudo haber leído Cervantes
allí", añade.
Durante este periodo, el escritor español
protagoniza el segundo intento de fuga. En 1577, aprovechando que su
familia paga el rescate de su hermano, da órdenes de comprar una galera
que debía llegar desde Mallorca. A la espera, 14 prisioneros se esconden
en una cueva junto a la bahía, en unos jardines propiedad del rey
Hassan Pachá, el Veneciano. Durante semanas, Cervantes va y viene a la
cueva, cuyo paradero sólo conocen el jardinero, que era español, y un
melillense apodado El Dorador que les asiste y que, con la galera ya a
la vista, será quien les denuncie. "Ninguno de estos cristianos que aquí
están tiene culpa de este negocio porque yo solo he sido el autor del
plan y les he inducido a que huyesen", confesó Cervantes ante el rey. A
pesar de que los intentos de evasión se castigaban con la muerte (suerte
que corre el jardinero), su jugoso rescate despierta la codicia del
rey, que se apropia del esclavo y lo confina cinco meses en los baños
reales. "Como tuviese guardado al estropeado español, tenía seguros sus
cristianos, sus navíos y a toda la ciudad", se dice que comentó el rey
cuando le encarceló.
Tras este largo encierro, Cervantes vive un
nuevo periodo obsesionado con encontrar la libertad. Por tercera vez lo
intentó por medio de un musulmán, enviando unas cartas al general de
Orán, Martín de Córdoba, pero fueron descubiertas y el mensajero
empalado. "Esta vez se libra de ser apaleado por intercesión de un
renegado influyente amigo de Cervantes", aclara Lassel. Este renegado
era un poderoso corsario español, Mourad Raïs Maltrapillo, cuya demanda
"podía ser una petición o algo más, en función del poder de entonces de
la taifa corsaria. Renegado murciano, que mandaba una galera de 22
bancos, posiblemente es la figura notable que inspira el personaje de el
renegado en el episodio de El cautivo", añade.
Finalmente, en
septiembre de 1579, consiguió la ayuda de un comerciante valenciano,
Onofre Exarque, quien aportó el dinero para que otro renegado,
Abderramán, comprara una barca para huir, en una historia muy similar a
la que se narra en el pasaje de El cautivo, en El Quijote. Para la
evasión, Cervantes había contactado con 60 ó 70 caballeros, "lo más
florido de Argel", según las crónicas. Pero la información sobre la fuga
llega a manos de Blanco de Paz, otro cautivo, ex dominico, que había
acusado a Cervantes de "comportamientos deshonestos", y se lo comunica a
Hassan Pachá, conocido por su crueldad. Es una incógnita la causa de la
enemistad de Blanco de Paz y el escritor, aunque algunos biógrafos
hablan de que el primero sentía rencor porque Cervantes no contactara
con él para la huida.
Es obvio que, para conocer y
convencer a tanta gente y tan diversa, Cervantes tuvo que gozar de un
carisma y una simpatía personal. En sus obras, describe a los cabileños,
a los jenízaros, a los turcos. Aprendió algo de árabe, que más tarde
empleó en sus comedias. En El trato de Argel, habla de representaciones
teatrales que se llevaban a cabo en los grandes baños de la ciudad.
También, en algún momento tuvo que haber estado en las mazmorras
subterráneas, bajo la actual Plaza de los Mártires, lugar donde los
franceses pusieron en el siglo XVIII una placa con la leyenda: "En estas
mazmorras permaneció Cervantes encerrado cinco años". Y, como esclavo
real, debió pasar tiempo en palacio, donde pudo entablar relación con
Hassan Pachá, que en las obras de Cervantes no aparece mal parado. "Pudo
existir entre ellos un franco cruce de ideas y opiniones. El cautivo
repudiando el reniego y defendiendo los valores de la libertad, y el
rey, divertido o admirado, considerando que más valía una vida
brillante, afortunada y aventurera, que ser un pobre habitante de su
país de origen. En los momentos que hablaba con él (en italiano) pensaba
que no le quedaba mucho por perder, creyendo que iba a morir. Si
hubiera temido a Hassan, éste le hubiera matado", reflexiona Lassel.
En
Argel, Cervantes se convirtió en un defensor de la libertad. Como
afirma Emilio Sola, otro biógrafo cervantista, "nunca sometió a burla ni
a un humor corrosivo ningún concepto o actitud humana de gravedad
esencial, como la libertad, la pobreza o la muerte". Doce años después
de su marcha, Cervantes pone de nuevo los pies en la Península en
septiembre de 1580, en Denia, liberado por los trinitarios Juan Gil y
Antonio de la Bella, una vez que entre su familia y los
religiosos pudieron reunir había reunido la alta suma del rescate.
En 1605,publicó la primera parte del Quijote,su obra cumbre,pero esa es otra historia...
En 1605,publicó la primera parte del Quijote,su obra cumbre,pero esa es otra historia...
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