jueves, 3 de noviembre de 2016

REVUELTA DE LA CIOMPI....LA FLORENCIA DEL SIGLO XIV


Revuelta de carácter urbano sucedida en la ciudad de Florencia, entre los meses de junio y agosto del año 1378. Los sublevados contra el gobierno del concejo pertenecían a las capas más desprotegidas (Ciompi) de la floreciente industria textil florentina. Estos sucesos violentos fueron la respuesta de los trabajadores del textil a un cúmulo de situaciones, de índole económicas y sociales, que venían soportando por parte de las oligarquías ciudadanas.

La revuelta de los Ciompi hay que encuadrarla en un contexto histórico muy determinado, no sólo para explicar las causas que la produjeron, sino también para entender su desarrollo y posteriores consecuencias. Con el inicio del siglo XIV, los espectaculares progresos que se habían producido en la economía occidental, tales como el aumento de cultivos, crecimiento demográfico, revolución comercial, renacimiento urbano, etc., disminuyeron, provocando un cambio de coyunturas, que además enlazará con apariciones periódicas de hambre, peste, mutaciones monetarias, guerras continuas, pobreza general, desolación. Pero el elemento más dañado por la crisis general fue el sistema de relaciones feudales o señoriales. La nueva sociedad demandó un cambio de la economía tradicional. Los señores feudales, ante el abandono de tierras y la bajada de población, vieron como iban disminuyendo sus rentas alarmantemente, por lo que endurecieron su presión sobre sus arrendatarios. Este mismo hecho sucedió en los ambientes urbanos: un poder local (oligarquías, eclesiásticos) que trató de perder el mínimo poder ante los nuevos tiempos que se avecinaban. Los fenómenos revolucionarios que sacudieron todo el siglo XIV fueron causados por esos cambios, coyunturales y estructurales, además de por las enormes dificultades por las que pasaron las estructuras productivas del poder para adaptarse a la nueva realidad. Por todo ello, se desataron, tanto en el campo como en las ciudades, movimientos de tipo popular, protestando contra el orden establecido, y contra el predominio de las oligarquías patriciales. Hubo levantamientos campesinos, como el de Flandes entre los años 1323-1328, la Jacquerie francesa de 1358, la revuelta inglesa de 1381, etc. También se sucedieron en los ambientes urbanos, como la revuelta de los Ciompi, la de los tejedores de los Países Bajos de los años 1320-1332, o el motín de París de 1306-1307. Todo ello sin contar los innumerables ataques, éstos ya mezclados con un sentimiento religioso, contra las numerosas aljamas judías de las ciudades.

El clima de tensión social que se respiraba en la ciudad de Florencia no era nuevo. Ya había habido antecedentes de situaciones similares en años atrás, con alta subida de los impuestos, problemas de abastecimiento, salarios bajos, y sobre todo reivindicaciones laborales por parte de la inmensa masa de trabajadores que no estaban incluidos dentro de ninguna de las Artes (gremios) que dominaban la industria textil. En los momentos previos al estallido de la revuelta, había un gran número de sottoporti (Ciompi) mal pagados y que subsistían en condiciones precarias, con un alto número de parados. Estos sottoporti reivindicaban el derecho a ser reconocidos profesionalmente, y así constituir ellos un Arte propio. Por su parte los integrantes de las Artes Mayores impidieron esto a toda costa. Dicho suceso agrupó en la protesta a un nutrido y heterogéneo grupo social. Con la entrada en la Señoría (gobierno ciudadano) de Salvestro dei Medici, los ánimos se encresparon más todavía, ya que éste utilizó la demagogia para atraerse las simpatías de los desheredados, aumentando su poder. El 12 de junio se inició la protesta de los peleteros y se incendió una docena de palacios y conventos. La Señoría intentó aplacar los ánimos prometiendo para ello medidas favorables. La medida de persuasión no sirvió para parar a la gran masa. En Florencia se respiraba una ambiente de inminente confrontación civil.
A la protesta de los Ciompi se les unió los representantes de las Artes Menores, las cuales tenían vedado en ingreso a la Señoría. Sus reivindicaciones eran que les dejaran participar en el poder político, además de crear tres nuevas Artes Menores, donde se englobarían a los tintoreros, jubeteros y al trabajador de baja cualificación.

La tensión estalló el 20 de julio. Varios miles de hombres armados sitiaron a la Señoría, reclamando la liberación de uno de los cabecillas, que previamente habías sido detenido. Ante dicha presión se instituyó un nuevo gobierno, compuesto por miembros de las Artes Mayores, Artes Menores, y de las tres Artes de nueva creación. Pero la proporción de miembros seguía siendo favorable a las Artes Mayores. Con la situación algo más sosegada, la Señoría volvió a olvidarse de las peticiones de los Ciompi, además de actuar de forma un tanto reaccionaria ante el temor de un nuevo levantamiento popular. Los Ciompi volvieron a levantarse, pero esta vez la Señoría adoptó la táctica de la evasiva. Michele di Lando, miembro de la Señoría, y antaño miembro de las clases populares, desencadenó una campaña de difamaciones y de propaganda contra sus antiguos correligionarios, haciéndoles parecer ante el pueblo como una masa de exaltados peligrosos que sólo querían instaurar una tiranía, como la que hubo tiempo atrás a cargo de Colla di Rienzi. Dicha táctica le salió bien: el pueblo florentino no quería soportar otro período de tiranía como el que sufrió, por lo que provocó que la revuelta de los Ciompi fracasara. La represión de la Señoría sobre los Ciompi fue feroz y sistemática, y se extendió unos cuantos años más. Con todo esto la situación de los Ciompi se tornó aún peor que antes.
A la hora de buscar explicaciones al fracaso de la revuelta, se han barajado varias causas: en primer lugar, el movimiento no contó con un líder de peso capaz de organizar las protestas y conseguir objetivos concretos; en segundo lugar, fue un grupo muy heterogéneo y disperso, sin programa político claro; y en tercer lugar, dicho movimiento no tuvo apenas conexiones ni apoyos con el mundo rural, cosa que sí pasó, por ejemplo con la revuelta inglesa de 1381, o con la Jacquerie francesa de 1358...

Bibliografía

  • SARASA SÁNCHEZ, E: Las claves de las crisis en la Baja Edad Media: 1300-1450, Barcelona, 1991.
  • HEERS, J: Occidente durante los siglos XIV y XV. Aspectos económicos y sociales, Barcelona, 1968.
  • MARTÍN, J.L: Conflictos sociales en la Edad Media, Madrid, 1985.
  • VALDEÓN, J: Vida cotidiana en la Edad Media, Madrid, 1985.
    http://www.enciclonet.com/articulo/revuelta-de-los-ciompi/#


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