jueves, 21 de enero de 2016

VIRIATO TERROR DE ROMA ...JOSE DE MADRAZO Y LA MUERTE DE VIRIATO


Hablar del caudillo lusitano Viriato supone remontarnos al siglo II a.C, a los tiempos en los que no existían ni España ni Portugal como los países que hoy conocemos, sino la provincia romana de Hispania-Lusitania, que únicamente fue creada oficialmente por Augusto en el año 27 a.C, era la zona geográfica del Oeste de Hispania que comprendía el actual Portugal y las actuales provincias españolas de Salamanca, Zamora, Cáceres y parte de Toledo. No obstante, algunas áreas de Andalucía estaban incluidas en el concepto primitivo de Lusitania. Con el tiempo acabó por asociarse únicamente al territorio portugués . “Cuando pensemos en el origen de Viriato debemos pensar en un territorio que no se sabe si es con toda seguridad portugués ó español”, el historiador Amílcar Guerra, de la Facultad de Letras de la Universidad de Lisboa. “No hay que reclamar un origen portugués o español a Viriato, era un lusitano, de un territorio que englobaba zonas a ambos lados de la frontera actual”, añade. Considera difícil determinar quién eran los lusitanos puesto que fue un término creado por los propios romanos que “revela una dificultad en identificar las poblaciones locales”. Este historiador luso resalta el hecho de que haya sido sobre todo en los años 80 cuando se empezaron a mirar para las fuentes latinas y griegas y “subrayaron el hecho de que la geografía de la las luchas de Viriato era bastante diferente a la que la historiografía normalmente refería”. Es decir, hasta entonces estaba muy condicionada por una asociación muy antigua de que Lusitania correspondía al antiguo Portugal cuando en los primeros conceptos se asienta mucho en la parte meridional de la Península.

“Las informaciones sobre Viriato son claras, es un personaje muy meridional”, afirma Amílcar, “y eso chocó un poco con la historiografía tradicional que le atribuyó un origen en torno a la Serra da Estrela”. Eso porque teniendo en cuenta las concepciones antiguas de que era un individuo de Lusitania y era un montañés, “la asociación fue inmediata, debía ser de Serra da Estrela pero descuidaron la observación de la geografía de las guerras de Viriato”. Cuando se empezó a ver con un ojo más crítico se constató que esas guerras ocurrieron en locales demasiado meridionales, incluso en una de ellas los lusitanos pasan al norte de África. Recuerda también que en las fuentes hay una referencia sobre su nacimiento “nació junto al océano”, pero para una persona de Roma “todo lo que estaba en Occidente era próximo al océano”
Son muchas las referencias de Viriato como un hombre de montaña, incluso se considera que en sus orígenes fue pastor. “Recobraron ánimo los lusitanos gracias a Viriato, hombre de gran habilidad, que de pastor se hizo bandolero, de bandolero se convirtió súbitamente en militar y general, y de no abandonarle la suerte hubiera sido el Rómulo de España”. Así resume la vida del guerrero lusitano el historiador hispanorromano Lucio Anneo Floro. Amílcar Guerra asegura que existen muchos elementos que hacen pensar que fue un personaje creado a medida de los ideales de la filosofía griega. Se coloca incluso la hipótesis de que se trate “de un retrato ficticio, sobre todo en algunos aspectos, como la del contacto permanente con la naturaleza. Es la imagen del buen salvaje. Tiene una sabiduría innata que le da una superioridad moral que eran los clichés típicos de la filosofía cínica”.
La historia romana le dio mucha importancia como gran resistente al mundo romano. “Los filósofos lo aprovechan para mostrar cómo se logra vencer a los romanos, su superioridad “. Sobre todo serán los griegos quien lo resaltan, “quienes no tienen el nacionalismo romano tan acentuado y ven en Viriato el personaje que sirve de modelo de esa filosofía”. Roza la perfección, “todo lo que dice acierta, habla con un discurso breve pero acierta siempre”, puntualiza.
Donde no parece haber dudas en sus cualidades militares. “Para el mundo romano la estrategia lusitana es difícil de entender”, afirma el historiador luso. “Dicen que es muy desorganizada porque no corresponde a la estrategia a la que ellos están acostumbrados, sin los mismos principios con los que se encuentran identificados”. Existen elementos para confirmar esa superioridad guerrera, como los caballos lusitanos “lo que es una superioridad, y les crearon muchos problemas. Los romanos sufrieron grandes derrotas”.

De lo que no hay duda es que  Viriato fue el líder lusitano que se enfrentó a las legiones romanas que pretendían la conquista de Hispania. Se le consideró la “pesadilla de Roma”. La mayoría de las fuentes romanas, como las de Titio Livio, nos hablan de que Viriato fue pastor y cazador, y que se convirtió después a guerrero.
Otras fuentes, en cambio, nos dicen que era un soldado que ocupaba los altos cargos lusitanos. Según Apiano, Viriato fue un líder nato; el de capacidad mayor para gobernar de entre los bárbaros.



Como podemos ver,su nacimiento nos es desconocido, debido a la escasa información recibida. Algunos autores están convencidos de que nació en la Beturia, un territorio situado entre los cursos de agua del Guadiana y el Guadalquivir al suroeste de la Península.Es materialmente imposible ubicarlo en un lugar determinado...cada opinión contradice la anterior.



También se ha hablado de que su origen pudo estar entre los ríos Ebro y Tajo como así dijo Anselmo Arenas López, historiador del siglo pasado, que lo relacionó erróneamente con la tribu de los lusones cuando en realidad habría que situarle con la tribu lusitana.




Adolf Schulten le situó en la Portugal actual, debido a la presencia de lugares que utilizó durante sus enfrentamientos contra el poder romano. Hay otros autores que lo han situado en Valencia, o incluso que no fuese lusitano, sino céltico.
Las penurias sufridas por la tribu lusitana ante la tiranía de Galba, provocaron la cólera de Viriato, que se alzó en armas hacia Turdetania. Allí, fueron acorralados por el pretor Vertilio, que les ofreció firmar la paz. Las tropas lusitanos escaparon, y consiguieron causar miles de bajas, incluso la muerte del pretor en el río Barbesuda.
Posteriormente saquearon la Carpetania venciendo a las tropas de Gayo Plaucio, nutriéndose de víveres que escaseaban en el pueblo lusitano por el yugo de Roma. Viriato continuó sus ataques, venciendo a los ejércitos romanos de Claudio Unimano, gobernador de la Citerior.
En el año 144 a.C. Fabio Máximo, cónsul romano, obligó a que las tropas lusitanas se retirasen. Frontino escribió lo siguiente:
“Viriato, que de ser un bandido se convirtió en líder de los celtíberos, en una ocasión, mientras pretendía retirarse frente a la caballería enemiga, les condujo a un lugar plagado de huecos en el suelo. Allí, mientras él cabalgaba siguiendo un camino que conocía bien, los romanos, desconocedores del terreno, se hundieron en la ciénaga y murieron.”

Viriato no se rindió y organizó nuevos ataques en los que conquistó la ciudad de Tucci y la región de Bastetania. Los lusitanos y los vetones fueron ayudados por arévacos, bellos y tittos. La alianza con los pueblos hispánicos desencadenó la tercera guerra celtíbera.
En una de sus batallas en las que resultó victorioso contra Claudio Unimano cerca de Ourique, Viriato cogió estandartes romanos y los colocó en las montañas. Un hecho que para él fue trofeo de guerra, pero para Roma era un insulto en toda regla. Los lusitanos pasaron a controlar gran parte de la Ulterior y todo el sur de la Citerior.


La suerte de Viriato se volvió en su contra cuando Roma acabó su guerra contra Cartago. Ahora podían mandar más tropas para combatir en Hispania. Fabio Máximo Emiliano fue el encargado de sustituir al derrotado Cayo Plaucio por sus constantes derrotas militares.
Se instaló en la ciudad de Orsona para dirigir sus estrategias de ataque. La llegada de Quinto Fabio Máximo Serviliano, junto a miles de soldados de infantería y caballería romana, a las que se añadieron tropas provenientes de Cartago como jinetes y elefantes, provocó la reconquista de Tucci y la huida de Viriato hacia Lusitania.
En Erisana, Viriato cercó a las tropas de Serviliano, al que obligó a firmar la paz en el 140 a.C. y a reconocer la dependencia lusitana. Los romanos accedieron y le reconocieron como dux (jefe) del pueblo lusitano. También le otorgaron el título de “amigo del pueblo romano”. Aquel pacto lo llamaron elfoedusPero en Roma el foedus no estuvo bien visto por algunos generales, que lo consideraron una ofensa a su poder.
Serviliano fue sustituido por su hermano Quinto Servilio Cepión. Con el permiso del senado reanudó la guerra con la intención de poner fin a la rebeldía de Viriato y sus pueblos aliados. Viriato se vio obligado a abandonar Erisana hacia la Carpetania, pero las constantes guerras contra los generales romanos le obligaron a un nuevo intento de pacto para firmar la paz con Cepión en el 139 a.C, pero el senado romano no quiso ratificarlo.
Apiano nos cuenta que Cepión prometió riquezas, tierras y poder a tres de los hombres de Viriato, a cambio de dar muerte a su líder. Según cuenta la leyenda, Áudax, Minuros y Ditalcos, asesinaron a Viriato mientras dormía, clavándole un puñal en la garganta. Murió en el 139 a.C.
Los asesinos volvieron al campamento romano de Cepión, dispuestos a cobrar su recompensa. Sin embargo la respuesta de Cepión fue tajante y contundente:
No obstante los historiadores posteriores aseguran que aquella frase pudo añadirse más tarde, con el fin de mostrar que los romanos no habrían permitido que su rival hubiese muerto a manos de sus propios hombres y mucho menos pagasen por ello.
Viriato recibió un digno funeral. Su muerte fue el fin de resistencia lusitana en Hispania. Su sucesor, Táutalo, firmó la paz con Cepión tras sus intentos sofocados de querer conquistar Sagunto y el valle del Betis.«Roma traditoribus non praemiat» «(Roma no paga a traidores)»

 Hablar de Viriato en Portugal supone hacerlo de una de sus principales figuras nacionales, algo que no ocurre en España. “Es un tema recurrente y forma parte del imaginario portugués, Viriato fue apropiado por los portugueses”, defiende Amílcar Guerra. En algunas partes de España también tiene un lugar destacado en su historia, como en algunas zonas de Salamanca y en Zamora. Pero parece evidente que “quien logró convertirlo más suyo fue Portugal y los portugueses y son quienes lo siguen considerando como algo propio”. Se trata de un personaje convertido en portugués “por los mitos, por la historiografía, la tradición y por los manuales escolares que alimentan esa corriente”, explica el historiador luso. Recuerda que fue el historiador alemán Schulten quien más contribuyó a la idea de Viriato como guerrillero portugués puesto que sus escritos hacia 1940 tuvieron mucho impacto en la Península Ibérica.
Viriato sigue siendo una de las figuras más relevantes de la historia lusa a quien Camões, en su obra Os Lusíadas, le dedicaría uno de sus poemas. Incluso Fernando Pessoa, en 1930, dedica igualmente uno de sus poemas en su libro Mensagem al guerrillero lusitano. También inspiró los poemas de Quevedo y en España, si bien no se le puede considerar una figura nacional, despierta curiosidad, interés y admiración.
Esta obra fue ideada como parte de una serie de lienzos con escenas evocadoras de la resistencia de los pueblos peninsulares frente a la dominación romana, animado por impulso de patriotismo ante la invasión francesa de España. Viriato (siglo II a. C.), rey de los lusitanos, yace asesinado en su tienda mientras sus verdugos, Audax, Ditalkón y Minuro, abandonan la escena triunfantes a la derecha de la composición.
Las figuras están dispuestas en equilibrio, en una composición de tipo clásica, en triángulo: equilibrio entre el movimiento y la quietud. En el centro se dispone un grupo en triángulo cuya base es el cuerpo del muerto. Cierran la composición dos verticales: los dos grupos de soldados en los extremos en pie.
La disposición de las figuras colabora a crear la ilusión de profundidad: las líneas de perspectiva (líneas amarillas) van de los grupos de los extremos situados en el frente hasta el grupo del fondo
Figuras en reposo se oponen a otras en movimiento: el grupo de la izquierda de pie y estático contrasta con los gestos opuestos del grupo del centro y con los dos soldados de la derecha en actitud de marcha.
Las miradas se dirigen hacia el difunto haciendo de él el centro de interés.
Como obra neoclásica, el dibujo y el modelado de las figuras predomina sobre el color. Éste funciona de dos modos: por un lado sirve para equilibrar el cuadro (las dos manchas rojas una a cada lado cerrando el cuadro como paréntesis); por otro ayuda a crear sensación de espacio y profundidad (el color rojo, cálido, resalta y adelanta las figuras que lo llevan, los colores fríos: azules, verdes, retrasan a las figuras)
Si en la pintura neoclásica de lo que se trata es de reproducir figuras nítidas, con un dibujo preciso, la luz tiene una importancia fundamental. En las figuras observamos cómo las formas se construyen con claros y oscuros.

La luz tiene también una función compositiva. La parte más iluminada es Viriato muerto quien a su vez actúa como foco de luz (símbolo de valor moral como héroe, mártir)


 http://revistadehistoria.es/viriato-heroe-de-hispania-terror-de-roma/
http://www.abc.es/internacional/20131007/abci-viriato-heroe-portugues-201310050125.html
http://www.jdiezarnal.com/artepinturaviriato.html
http://tacitoenplasencia2010.blogspot.com.es/2013/01/romanticismo-la-muerte-de-viriato.html

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