Francis Drake...
Francis Drake fue un personaje
controvertido en su tiempo, y hoy en día sigue generando investigaciones
y publicaciones que demuestran la complejidad de su figura. O, al
menos, de las fuentes que hablan de él. Esto se puede percibir
claramente en que las fuentes inglesas y las españolas difieren
frontalmente, en tanto que para los españoles Drake fue un pirata y para
los ingleses un corsario recompensado por su trabajo a favor de los
intereses de la corona británica. En este artículo vamos a centrarnos en
una investigación publicada por Alberto Tanturri, de la Università
Cattolica del Sacro Cuore de Milán, en la revista Investigaciones históricas de la Universidad de Valladolid.
En él, Tanturri se centra
en el ataque dirigido por Francis Drake en el puerto de Cádiz entre los
meses de abril y mayo de 1587.
GUERRA ANGLO-ESPAÑOLA
El contexto general son los múltiples
conflictos sucedidos en la Guerra Anglo-Española (1585 y 1604), motivada
por cuestiones económicas, políticas y también religiosas. Esta
incursión de Drake en Cádiz es conocida como Expedición de Drake de 1587
y tiene realmente trascendencia debido a los numerosos daños que la
flota inglesa provocó a la española.
Sin embargo,
documentación inédita hallada en archivos italianos ofrecen una lectura
diferente de este episodio que, como afirma Tanturri, abre una
divergencia con la lectura consolidada en la historiografía,
especialmente anglosajona, sobre este acontecimiento. Su metodología se
centra en comparar esta nueva documentación con los testimonios
existentes de la parte española y de la inglesa. Se trata de dos
documentos que, aunque independientes entre sí, tienen puntos en común.
Uno se conserva en el Archivum Romanum Societatis Iesu y el otro en el
Archivio di Stato de Florencia.
Sobre estos documentos es
importante destacar que fueron escritos por testigos italianos, es
decir, que no pertenecían a ninguna de las dos potencias, lo que permite
suponer cierta imparcialidad. También esta presunción viene dada porque
ambos documentos eran cartas manuscritas enviadas de manera privada a
sus destinatarios con el fin de informarles de la situación. Este
carácter informativo, y no propagandístico, permite otorgar credibilidad
a los textos.
Lo que no se ha podido
concretar es la autoría de los documentos, aunque sí se puede considerar
que el del primero era cercano a los jesuitas y con cierto vínculo con
los españoles. Del segundo documento no se tiene idea de su autor, solo
que se trataba de un informador, se desconoce si ocasional o regular,
del gobierno de los Médicis.
El autor explica que no
se empequeñece el valor simbólico de la incursión y su notable efecto
psicológico, pero sí especifica en su investigación que los objetivos
militares que se propusieron en esta expedición solo se lograron de
manera muy parcial. Para poder establecer si se trata de fuentes
solventes para tratar sobre este tema, Tanturri compara la información
que contenían ambos textos para buscar diferencias notables. Ambos
textos son prácticamente idénticos en los datos que transmiten (número
de navíos ingleses, hora de llegada, consecuencias de su incursión,
etc.) a excepción de pequeñas diferencias que están suficientemente
justificadas y que no parecen tales. Por ejemplo, el primer documento
cifra las naves inglesas en 27 y el segundo en 41, pero el segundo
incluye en su cuenta, según informa, 14 lanchas, que el primero no toma
en consideración.
Por tanto, si nos
atenemos a los resultados de la incursión que los documentos exponen, y
se compara con los objetivos que se había marcado Drake, y que fueron
revelados por cinco ingleses que fueron capturados como prisioneros
—prácticamente el único daño recibido por los ingleses—, cabría
preguntarse hasta qué punto se cumplieron.
El primer objetivo era
saquear la ciudad, algo que no consiguió en esta ocasión. Pero su
segundo objetivo también sería cuestionable si fue alcanzado. Se
propusieron evitar en lo posible el equipamiento de la armada española
en su lucha contra Inglaterra. Los nuevos documentos italianos no lo
explican en gran profundidad. Uno de ellos solo dice que Drake se llevó
mucho vino, municiones y cargamentos. El otro documento dice que Drake
hundió o incendió 22 barcos, entre grandes y pequeños, además de robar
numerosos víveres y una gran cantidad de munición.
El autor se detiene en
este punto para acudir a la documentación existente, aportada por el
propio Drake, en sus despachos escritos al día siguiente de la
finalización de su asalto. En ellos habla de 33 barcos hundidos y cuatro
capturados. Tanturri considera que las estimaciones realizadas tanto
por Drake como por las fuentes ingleses podrían mostrarse interesados.
Hay algunas fuentes anónimas españolas o franceses que cifran la
destrucción de barcos en 22 o en 19. Oficialmente, los españoles
especificaron que 18 navíos fueron quemados o hundidos y 6 capturados.
El autor apunta que este documento podría ser el de mayor credibilidad
pues estaba destinado a una lectura privada del rey, no dirigida a otro
tipo de fin.
También en su
investigación profundiza en si estos daños se produjeron directamente
sobre si los daños ocasionados por Drake recayó solamente sobre barcos
españoles o en qué proporción también afecto a naves de otras
nacionalidades o, incluso, comerciales. Algunas fuentes señalan que la
mayor parte eran barcos de comerciantes, y algunos inclusos cifran que
del gasto total provocado por la destrucción de Drake —170.000 ducados—
solo 18.000 ducados fueron sufragados por la corona española. El autor
de este estudio concluye:
“El daño material causado por Drake a la preparación
de la Armada contra Inglaterra consistió efectivamente en la destrucción
del galeón del marqués de Santa Cruz, probablemente destinado a formar
parte de la proyectada expedición, y en la sustracción de importantes
cantidades de víveres (es decir, la perdida que era menos difícil de
reparar). “
En cualquier caso,
podemos extraer algunas conclusiones en relación a este estudio en su
conjunto. La primera es que la aparición de nuevos documentos permite
complementar o releer acontecimientos históricos. Esto no solo es
lícito, sino apropiado, ya que la historia, o al menos la investigación
histórica, tiene un carácter absolutamente científico, y entre los
objetivos de la ciencia está la revisión de las conclusiones extraídas
de investigaciones anteriores cuando se dispone de nuevas herramientas o
fuentes.
También podríamos decir
que, si nos ceñimos a la incursión de Drake en el puerto de Cádiz en
1587, todavía quedan cuestiones que resolver, y que en la investigación
actual no deben intervenir intereses de tipo patriótico, ya que es algo
que va absolutamente en contra de los principios de la ciencia.
Fuente
TANTURRI, Alberto (2012). “La incursión de Francis
Drake a Cádiz en 1587: compara-ción de algunas fuentes documentales
inéditas italianas”. En Investigaciones históricas, 32, pp. 69-88. Disponible en: http://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/4049382.pdf
https://descubrirlahistoria.es/2014/12/una-nueva-vision-de-la-incursion-de-francis-drake-en-cadiz/
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