Hasta finales del siglo XVI, la monarquía de los Tudor tuvo muchos intereses en común con los burgueses urbanos y con los pequeños propietarios rurales de origen noble la gentry . Sus intereses coincidían en la lucha contra España por el dominio de los mares atlánticos y por el empeño español en restablecer el catolicismo en Inglaterra; y también en la lucha contra las familias más poderosas de la nobleza inglesa —la aristocracia— que arruinaban el país con sus guerras privadas. Pero esta alianza entre la monarquía, la gentry y los burgueses entró en crisis durante los reinados de los reyes Estuardo.
En
las primeras décadas del siglo XVII, la riqueza de los burgueses
dedicados al comercio y a la producción de mercaderías aumentaba, y
también la de la gentry, cuyos miembros se diferenciaron del
resto de la nobleza porque se dedicaron a una actividad típicamente
burguesa como el comercio.
Mientras
tanto, disminuían los ingresos de los nobles más poderosos que tenían
como única fuente de riqueza la propiedad de sus tierras. Muchos nobles
comenzaron a depender de la monarquía para sobrevivir, y los burgueses
entraron en conflicto con el poder absoluto de la monarquía que intentó
poner límites al desarrollo de sus actividades económicas.
La lucha por la nueva riqueza
El
problema era que los burgueses estaban generando y acumulando una
riqueza a la que la monarquía no podía acceder. Para obtener una parte
de esa nueva riqueza la monarquía propuso crear nuevos impuestos y
aumentar los que ya existían.
El Parlamento se opuso porque sus miembros no podían controlar el destino del dinero recaudado.
La
corona también intentó participar directamente en algunas de las
actividades industriales y comerciales, pero el resultado fue aumento de
precios, desocupación y descontento general. Para conseguir ingresos,
la monarquía comenzó a exigir antiguos derechos feudales y reforzó su
alianza con la jerarquía de la Iglesia Anglicana, integrada por grandes
terratenientes.
Jacobo I Estuardo
Su tendencia a ejercer el poder en forma absoluta se confirmó en 1610 cuando disolvió el Parlamento y no lo volvió a convocar hasta 1621. Para los burgueses esto no hacia mas que frenar el libre comercio y el desarrollo de sus actividades económicas.
Su tendencia a ejercer el poder en forma absoluta se confirmó en 1610 cuando disolvió el Parlamento y no lo volvió a convocar hasta 1621. Para los burgueses esto no hacia mas que frenar el libre comercio y el desarrollo de sus actividades económicas.
La guerra civil y la abolición de la monarquía
El
enfrentamiento por los impuestos continuó. La corona comenzó a
exigirlos aunque no tuvieran la aprobación del Parlamento; y los
burgueses comprendieron que los cambios económicos que necesitaban sólo
se alcanzarían a través de la lucha política. Las familias de
comerciantes y terratenientes más poderosas, relacionadas entre sí por
negocios comunes y que estaban representadas en las dos cámaras del
Parlamento, fueron el núcleo de la oposición al rey Carlos I con el
objetivo de lograr un gobierno que representara los intereses de los
hombres de negocios.
Durante
1639 y 1640 los burgueses se negaron a pagar impuestos. Pero la crisis
se agravó cuando, en 1640, Escocia pretendió separarse de Inglaterra y
la Cámara de los Comunes se negó a aprobar los fondos necesarios para
equipar y pagar un ejército a las órdenes de Carlos I. La mayoría de los
comerciantes, artesanos y aprendices apoyaron a los Comunes y en 1642
comenzó la guerra civil.
Ejecución
del Rey Carlos I en 1649.El ejército ocupó la capital en 1648 y el
Parlamento Depurado procesó al rey con el siguiente fundamento: “Los
comunes de Inglaterra reunidos en el Parlamento, declaran que, por
debajo de Dios, el pueblo es el origen de todo poder justo”…
En
los dos bandos enfrentados, el parlamentario y el realista, había
representantes de la nobleza y de los burgueses. Lo que los diferenciaba
era que los realistas tenían más fuerza en las regiones agrícolas del
norte y el Oeste del país, mientras que el Parlamento encontraba el
apoyo en el sur y en el este, regiones en las que predominaban la
industria y el comercio. También las ideas religiosas los diferenciaban:
el puritanismo respaldaba, en general, al Parlamento, y el
anglicanismo, como iglesia oficial, al rey. En el conflicto armado,
venció el ejército parlamentario que dirigía Oliverio Cromwell. En 1649,
los nobles fueron expulsados del Parlamento, se proclamé la república y
el rey Carlos I fue decapitado.
La Gloriosa Revolución:
Después de la muerte de Cromwell, los burgueses más poderosos, que necesitaban paz y orden para sus negocios, llegaron a un acuerdo con la nobleza y, en 1660, la monarquía fue restaurada en la persona de Carlos II Estuardo. Por su parte, el rey aceptaba que correspondía al Parlamento la elaboración de leyes y la aprobación de impuestos.
Después de la muerte de Cromwell, los burgueses más poderosos, que necesitaban paz y orden para sus negocios, llegaron a un acuerdo con la nobleza y, en 1660, la monarquía fue restaurada en la persona de Carlos II Estuardo. Por su parte, el rey aceptaba que correspondía al Parlamento la elaboración de leyes y la aprobación de impuestos.
Pero
el acuerdo entre la monarquía y el Parlamento se rompió cuando llegó al
trono Jacobo II, católico y con tendencias absolutistas. El nuevo rey
no encontró apoyo para restablecer la monarquía absoluta: la nobleza no
era católica y, además, sabía que la mayor parte de la sociedad no
aceptaba una vuelta al pasado. Esto fue lo que llevó a un nuevo acuerdo
entre los nobles y los burgueses, quienes coincidieron en la necesidad
de destronar al rey y justificaron su propósito en las ideas del
filósofo inglés John Locke.
Convencidos
de que el destronamiento del rey en este caso era lícito, en 1688
nobles y burgueses ofrecieron la corona de Inglaterra al príncipe
holandés Guillermo de Orange con dos condiciones: debía mantener el protestantismo y dejar gobernar al Parlamento. Jacobo II, abandonado por casi todos los grupos sociales, dejó el trono. Así, sin violencia, triunfó la Gloriosa Revolución
(como la llamaron los hombres de la época), que abolió definitivamente
la monarquía absoluta e inició en Inglaterra la época de la monarquía
parlamentaría.
Sesión
de la Cámara de los Comunes. El filósofo John Locke (1632-1704) sentó
las bases del liberalismo político. En su Tratado de Gobierno Civil
propuso un sistema político que aseguraba las libertades y los derechos
de los individuos. Pensaba que los miembros de una sociedad establecían
entre sí un contrato, por el cual delegaban e/poder en los gobernantes.
Por eso, la acción de los gobernantes debía estar controlada por los
representantes del pueblo, y si el gobierno era injusto el pueblo tenía
el derecho a rebelarse. En su Carta sobre la Tolerancia de 1689, Locke
afirmó: “Para m1 el Estado es una sociedad de hombres constituida
únicamente con e/fin de adquirir conservar y mejorar sus propios
intereses civiles. Intereses civiles llamo a la vida, la libertad, la
salud y la prosperidad del cuerpo; y a la posesión de bienes externos,
tales como el dinero, la tierra, la casa, el mobiliario y cosas
semejantes.”
El parlamentarismo y el desarrollo del capitalismo:
Luego del triunfo de la Gloriosa Revolución, en Inglaterra comenzó a funcionar un sistema de gobierno llamado parlamentarismo. Este sistema aseguró la participación de los súbditos en el gobierno del Estado a través del Parlamento.
Durante
el siglo XVII, los grupos comerciales y manufactureros más poderosos
controlaron el gobierno parlamentario con el fin de promover sus
intereses económicos. Se eliminaron los privilegios reales,
aristocráticos y de las corporaciones, los monopolios, las
prohibiciones, los peajes y los controles de precios, que obstaculizaban
la libertad de comercio y de industria. Se crearon y fortalecieron
instrumentos que servían para el desarrollo de las nuevas actividades
económicas: se creó el Banco de Inglaterra y se generalizaron las
sociedades anónimas, se difundió la tolerancia religiosa y se protegió
el progreso de la ciencia.
El
Estado inglés promovió especialmente el desarrollo del comercio y de la
industria de manufacturas. El Acta de Navegación, que en 1651
estableció que el transporte de todas las mercaderías procedentes de o
destinadas a Inglaterra debía hacerse únicamente en naves inglesas, fue
el origen del desarrollo de una flota mercante que convirtió a
Inglaterra en la dueña de los mares del mundo. Desde el 1700, además, el
Parlamento prohibió las exportaciones de lana en bruto y organizó el
establecimiento de artesanos extranjeros, con lo que sentó las bases del
desarrollo de la industria textil.
El Parlamento Inglés: los parlamentarios se dividieron en dos partidos: los whigs y los tories.
Los primeros liberales, defensores de las reformas antiabsolutista, los
tories eran mas conservadores y querían mantener el antiguo régimen. El
Parlamento siempre controló al Primer Ministro, nombrado por la Corona,
el que debía formar un gabinete para gobernar. La pérdida de confianza
en el Ministro era suficiente para presionar a la Corona para que
cambie el gabinete.
http://historiaybiografias.com/gloriosa_revolucion/
No hay comentarios:
Publicar un comentario