Síntesis de la fe luterana (Confessio Augustana), redactada por Felipe Melanchthon y presentada el 25 de junio de 1530 al emperador Carlos V y a la Dieta alemana, reunidos en Augsburgo (Alemania).
La de Augsburgo no era la primera confesión de la fe protestante que se hacía. Ya en 1528 el propio Martín Lutero había incluido una en su obra De la cena de Cristo,
destinada a clarificar su doctrina, no sólo frente a los católicos,
sino también frente a otras corrientes reformistas no luteranas (por
ejemplo, el zwinglianismo).
El año siguiente, el 16 de octubre, se promulgó en Schwabach
(Franconia) otra confesión luterana, los 17 artículos de Schwabach; en
esta ocasión se trataba de un documento emitido conjuntamente por varios
grupos luteranos, destinado a promover una alianza con los alemanes del
sur y también a afirmarse de nuevo contra los partidarios de Ulrico
Zwinglio.
Por entonces, el emperador Carlos V convocó la Dieta de
Augsburgo para tratar de restablecer la unidad religiosa, dado que la
anterior Dieta y Edicto de Worms
(1521), que condenaba el luteranismo, no había sido aplicado (ni
parecía políticamente conveniente hacerlo). Así, con vistas a la Dieta,
el príncipe elector Juan de Sajonia
solicitó la ayuda de los teólogos de Wittemberg, consulta que tuvo como
resultado el artículo de Torgau. Como ya era habitual, se trataba de
marcar distancias de las creencias zwinglianistas, baptistas,
iluministas o de otros grupos, y así convencer al emperador de la
pureza de su fe, idéntica a la que poseían los Padre de la Iglesia,
libre de adherencias seculares. Sin embargo, por su parte, el teólogo
católico Juan Eck había preparado los “404 artículos” con que pretendía acusar al luteranismo y otras confesiones de herejía.
Melanchthon,
ya en Augsburgo, tuvo noticia de los escritos de Eck y se propuso
redactar, como defensa, una confesión más completa basándose en los
documentos anteriores. Envió un borrador a Coburgo, donde estaba Lutero
(no podía presentarse a la Dieta al haber sido condenado en Worms) el 11
de mayo de 1530; éste lo aprobó, aunque en una carta a Juan de Sajonia
daba a entender que consideraba el tono de Melanchthon demasiado blando,
y en otras posteriores, que algunos artículos suavizaban ciertas
proposiciones (el culto a los santos, el purgatorio, etc.). Esto era
cierto, dado que Melanchthon había matizado las cuestiones más ásperas
para favorecer el acuerdo.
En cualquier caso, diversos príncipes
luteranos suscribieron la confesión, además de Juan de Sajonia: el
príncipe de Anhalt, Wofgang; los duques de Brunswick-Lünbeburg, Ernesto y
Francisco; el landgrave de Hesse, Felipe; las ciudades imperiales de
Nuremberg y Reutlingen, y el margrave de Brandenburgo-Ansbach, Jorge.
Para evitar, que fuese sometida a votación en la Dieta, que tenía
mayoría católica, se decidieron a leerla públicamente. Así se hizo el 25
de junio de 1530, ante el emperador, por el canciller de Sajonia
Christian Beyer. Era un escrito que recogía la mayoría de las creencias
luteranas, aunque no completamente, y estaba dividido en dos partes con
28 artículos en total. La primera, desde el artículo 1 al 21, contiene
los principios originales de la fe, según el Evangelio;
la segunda (los siete artículos restantes), los añadidos humanos a las
leyes divinas a lo largo de los tiempos y su rectificación. Se afirmó
que la aceptación de los principios enumerados en la primera parte
bastaría para salvar la unidad de la Iglesia, dejándose libertad en las
prácticas recogidas en la segunda.
Mientras Melanchthon se
mostraba diplomático y negociaba la paz con el legado pontificio en
Augsburgo, Lorenzo Campeggio, una comisión de 20 teólogos católicos
preparaba una respuesta a la Confesión protestante (Confutatio) y otros grupos protestantes que estaban en desacuerdo con Melanchthon y Lutero enviaban sus propias confesiones (la Tetrapolitana,
literalmente, ‘cuatro ciudades', de Constanza, Estrasburgo, Linday y
Memingen, de Alemania del sur, redactada por Martín Bucero; y la Fideo ratio ad Carolum imperatorem de Zwinglio). Cuando el 3 de agosto se presentó por fin la Confutatio católica, que basándose en la Biblia
ponía de relieve las diferencias doctrinales entre católicos y
luteranos, el emperador consideró contestada y corregida la Confesión de
Melanchthon y aguardó la sumisión protestante. Por su parte, los
luteranos la consideraron insuficiente, con lo cual fracasaba el
arbitraje imperial de la cuestión religiosa.
Todavía hubo algunos
intentos de solución, como la petición del emperador de la convocatoria
de un concilio ecuménico en donde tratar el asunto, o la celebración de
un encuentro con representantes de ambas partes, pero fueron
obstaculizados por intereses políticos. Un edicto de la Dieta de
Agusburgo (noviembre de 1530) daba un plazo de tiempo a los seguidores
de la Confesión a retractarse: así, más adelante estallarían las
cruentas guerras de religión. Por otra parte, una Apología de la confesión de Augsburgo escrita también por Melanchthon tras escuchar la Confutatio no
fue aceptada por Carlos V, por lo que tendría poca difusión hasta que
se firmó mucho después en Esmalcalda (1537). Sin condicionamientos
diplomáticos, este nuevo escrito ponía de manifiesto mucho más que la Confesión
las posturas doctrinales luteranas, en especial sobre la justificación
del hombre por la fe en Cristo. Aunque para su función original de
diálogo no tuvieron todo el efecto deseado, estos dos textos, junto con
otros posteriores (catecismos de Lutero y Fórmula de Concordia de 1580), serían a partir de entonces el fundamento doctrinal del luteranismo.
Enlaces en Internet
http://www.intratext.com/X/ENG0204.HTM ; Página con el texto completo de la Confesión de Augsburgo (en inglés). http://www.terra.es/personal4/marcosberndt/confesiondeaugsburgo.htm ; Página con el texto de la Confesión de Augsburgo, sin el prefacio (en español).Bibliografía
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FLICHE, A. y MARTÍN, V. Historia de la Iglesia. Vol. XVIII: “La crisis religiosa del s. XVI”. (Valencia, Edicep: 1975).
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GRANE, L. The Augsburg Confession: a commentary. (Minneapolis, Augsburg Pub. House: 1987).
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JEDIN, H. Manual de Historia de la Iglesia. Vol. 5: “Reforma protestante, reforma católica y contrarreforma”. (Barcelona, Herder: 1986).
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La confesión de Augsburgo ayer y hoy. Congreso internacional luterano-católico
(Salamanca, 23-26 de septiembre de 1980). (Salamanca, Centro de
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1981).
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MEYER, J.P. Studies in the Augsburg Confession. (Milwaukee, Northwestern Pub. House: 1995).
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The Augsburg Confession: Anniversary Edition. (Augsburg Fortress Publishers: 1979).
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RAUSCH, Th. “The Spirituality of the Augsburg Confession”, en Spirituality Today, 32 (1980) 292-304.
http://www.enciclonet.com/articulo/confesion-de-augsburgo/
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