Alfonso I Rey de Portugal, conocido como Alfonso Henríquez el Conquistador,
nacido en Guimaraes el 25 de julio de 1110 y muerto en el monasterio de
Decelas de Coimbra el 6 de diciembre de 1185. Fue el fundador de la
monarquía portuguesa y de la dinastía de Borgoña, que se mantuvo cerca
de dos siglos y medio.
Hijo de Enrique de Borgoña y de doña Teresa, hija de Alfonso VI
de León, heredó el condado de Portugal a la muerte de su padre en 1112,
haciéndose cargo del gobierno doña Teresa por causa de la minoridad de
don Alfonso. Permaneció al cuidado del poderoso hidalgo Egas Moniz, que
fue su ayo hasta los doce años. Fue armado caballero en la sede de
Zamora en 1124. Mientras tanto, doña Teresa había fijado como objetivo
político el sustraerse a la influencia del reino de León y tuvo el apoyo
general de la nobleza al sur del Miño, pero surgió una facción
opositora cuando la regente tomó como valido a don Fernando Pérez, conde
de Trava. Alfonso Henríquez se puso al frente de esta facción,
instigado por los hidalgos a los que el valido había excluido de los
negocios públicos.
En 1127 don Alfonso reclamó el gobierno, pero
su madre se opuso a abandonar la regencia, lo que llevó a un
enfrentamiento entre los partidos que secundaban al rey o a la regente.
Cuando a principios de año estalló la revolución, Alfonso VII de
Castilla y León, queriendo conservar la soberanía sobre el condado de
Portugal, lo invadió y sitió Guimaraes; los nobles cercados allí,
declararon en nombre de Alfonso Henríquez, que en adelante Portugal
sería vasallo de la Corona leonesa; quedó como fiador de esta promesa
Egas Moniz y eso bastó para que Alfonso VII levantase el cerco de la
ciudad. En 1128 se reanudó la guerra entre don Alfonso y su madre. La
victoria del primero en el campo de San Mamede, cerca de Guimaraes, fue
definitiva y tanto el conde de Trava como doña Teresa fueron expulsados
del condado. Alfonso VII, ocupado en otros asuntos, no pudo intervenir
en Portugal, lo que permitió durante los años siguientes la resistencia
de Alfonso I frente a Castilla. Pero don Alfonso debió solicitar una paz
al monarca leonés cuando se recrudeció la guerra contra los musulmanes,
que vencieron a los portugueses en Tomar y destruyeron el castillo de
Leiria (1137). Alfonso Henríquez venció a los sarracenos comandados por
el gobernador de Santarem en la batalla de Ourique (1139), en el Bajo
Alentejo. El historiador Herculano ha querido ver en la victoria de
Ourique "la piedra angular de la monarquía portuguesa". Lo cierto es que
tras la tregua solicitada en 1140 por Alfonso VII, Alfonso Henríquez
tomó el título real, que, de momento, no fue reconocido por el rey
leonés.
En 1143 Alfonso I obtuvo la protección pontificia a cambio
de un censo anual de cuatro onzas de oro. Se celebró en Zamora una
conferencia entre los dos Alfonsos a instancias del cardenal Guido de
Vico, que, como representante papal, reclamó la paz entre Portugal y
Castilla. La conferencia de Zamora dio lugar al reconocimiento como rey
de Alfonso I por parte de Alfonso VII, a condición de que se le rindiese
vasallaje. En las cortes de Lamego de 1145, don Alfonso fue jurado por
la nobleza y los prelados como rey de Portugal, a la vez que se
reconocía su título como hereditario.
Como rey de Portugal,
Alfonso I trató de extender su territorio. Con el reino de León al
oeste, el único camino que tenía Portugal para expandirse era el sur,
dominado por los musulmanes. El 15 de marzo de 1147 conquistó Santarem
en un golpe de mano y fijó su atención en la conquista de Lisboa. El rey
compró la colaboración de una armada de cruzados alemanes, ingleses y
flamencos que en aquellos momentos se encontraba en el Duero y llevó a
cabo un durísimo asedio, que terminó con la rendición de la ciudad el 23
de octubre. La conquista de Lisboa tuvo un efecto psicológico muy
grande: toda la región se rindió inmediatamente y las estratégicas
fortalezas de Sintra y Palmela fueron abandonadas por sus defensores
musulmanes.
Cabe la hipótesis de que Alfonso I de Portugal
colaborase en 1150 con el gobernador de Mértola, cuando éste fue atacado
por los gobernadores del rey de Marruecos. Si damos crédito a la fuente
de la que provienen estos datos, don Alfonso habría reunido un
ejército, que unido al de ibn Caci habría derrotado a los generales del
emir de Marruecos en una batalla que compartiría nombre con la de
Ourique.
Las dos décadas siguientes conocieron un potente impulso
del proceso de conquista: en junio de 1158 fue conquistada Alcácer do
Sal, después de un asedio de dos meses; en noviembre de 1162 un tal
Fernando Gonçalves, acompañado de un grupo de burgueses y villanos, se
apoderó de Beja en un golpe de mano; en 1166 el rey penetró en Alentejo
y, conquistó Serpa, Moura y Alconchel, reedificando después el castillo
de Courache, entre Évora y el Tajo; el mismo año, Giraldo Giraldes,
llamado Sem Pavor (sin miedo), tomó la ciudad de Évora.
El matrimonio de doña Urraca (1165), hija de monarca portugués, con el rey Fernando II
de León, uno de los sucesores de Alfonso VII, no bastó para asegurar
una paz perpetua. El hecho es que estalló una violenta guerra entre los
dos reinos, en la que Alfonso Henríquez tomó la iniciativa: envió a su
hijo Sancho
a la conquista de Ciudad Rodrigo, pero éste fue interceptado y
derrotado por los leoneses en un lugar llamado Arganal y se vio obligado
a huir. Alfonso I respondió con la ocupación de Galicia desde Tuy hasta
las márgenes de Lerez y con la construcción de la fortaleza de
Cedofeita. En la primavera de 1169 regresó a Portugal y prosiguió la
lucha contra los musulmanes con el sitio de Badajoz, pero la
concurrencia del rey de León al asedio de la ciudad convirtió a Alfonso I
en sitiador y sitiado; queriendo abandonar la plaza se rompió una
pierna y durante su traslado a un lugar seguro fue capturado por las
tropas leonesas y permaneció prisionero durante dos meses. Alfonso
Henríquez ofreció sus Estados a Fernando II a cambio de su libertad,
pero éste hizo honor a su fama de generoso y liberó al rey portugués
sólo a cambio de las plazas conquistadas por don Alfonso.
Alfonso I llegó a Portugal, imposibilitado para la guerra, pero en 1171 fue sitiado por los generales almohades de Abu Yacub,
en la ciudad de Santarem. Los musulmanes sólo se retiraron cuando
Fernando II acudió a socorrer a su suegro. Después de haber quedado
inválido, Alfonso I no volvió a acometer expediciones militares.
El 13 de abril de 1179 la Santa Sede reconoció por primera vez rey a Alfonso I, en la bula Relatum est.
A partir de entonces el censo anual que el monarca enviaba a Roma fue
ascendido a dos marcos de oro y en 1181 Alfonso Henríquez hizo una
donación al papa de mil maravedíes de oro. Murió después de que su
sucesor, Sancho I el Repoblador lograse una sonada victoria
contra los almohades (1184) y fue enterrado en el monasterio de Santa
Cruz de Coimbra, donde más tarde su hijo le hizo construir un soberbio
mausoleo.
Alfonso Henríquez fue el creador de dos órdenes
militares portuguesas, la de Ala y la de San Bento de Aviz; por su
patrocinio fueron introducidas en el reino los Caballeros de Rodas. A él
se debe la fundación de los monasterio de Santa Cruz de Coimbra, Santa
María de Alcobaça, San Vicente de Fora de Lisboa y San Juan Bautista de
Tarouca.
Bibliografía
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BIRMINGHAM, D. Historia de Portugal. Cambridge, 1995.
-
MEDINA, J (dir.) História de Portugal: dos tempos pré-históricos aos nossos dias. Madrid, 1996.
-
PAINE, S. Breve Historia de Portugal. Madrid, 1987.
- VIANA, H. Capítulos de Historia luso-brasileña. Lisboa, 1968.http://www.mcnbiografias.com/app-bio/do/show?key=alfonso-i-rey-de-portugal
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