Los jenízaros (del turco “Yeniçeri”,
que significa: nuevas tropas/soldados), fueron un cuerpo de soldados de
infantería creados por el sultan Murad o Amurath I en 1330 ya que tenía
derecho no sólo a un quinto del botín de guerra de los territorios
conquistados o sometidos, sino también a un quinto de los cautivos.
Por
aquel entonces, el incipiente imperio otomano solo contaba con las
tropas de los diferentes señores (al estilo occidental de vasallaje) y,
debido a ello, el sultan muchas veces no podía confiar en la lealtad o
moral de sus tropas.
Aparte
de esto, los cambios militares que se estaban dando (introducción de
las armas de fuego, inutilidad cada vez mayor de los grandes cuerpos de
caballería, necesidad de organizar y especializar las grandes masas de
infantería, sobre todo en los asedios) hicieron que se instaurara este
cuerpo caracterizado por un innovador encuadramiento en regimientos de
infantería que se recogían en cuarteles aparte del resto del ejército y
eran dirigidos por un mando supremo especial, el yeri Ceni hagaïs, o
agá.
Los
jenízaros eran, inicialmente, esclavos o súbditos de las regiones
yugoslavas, griegas, albanesas y húngaras y por tanto, mayoritariamente
cristianos; constituían lo que se podría llamar el ejercito imperial
permanente, luego, en caso de guerra, se llamaba a las tropas de las
tribus, clanes, etc... y también la guardia imperial: los sipahis (al
estilo de los pretorianos romanos, pero a caballo; Estos últimos tenían
un origen similar al de los jenízaros). Aparte el hecho de que ningún
combatiente libre (que tuviera cualquier otra opción) consentiría ser un
soldado de infantería, considerando el arriesgado destino que le era
asignado (Luego, cuando comenzaron a ser un cuerpo de “elite” las cosas
cambiaron e incluso los nobles trataban de que alguno de sus hijos
pasara a formar parte del cuerpo, el cual empezó a ganar peso político
en el Imperio).
En
el 1380 el Sultán Selim I tuvo la idea de incrementar sus filas como
resultado de un impuesto en forma humana denominada “devshirmeh”;
mediante la incorporación a filas de hombres seleccionados inicialmente
al azar y posteriormente según unos criterios cada vez más severos.
Los
pueblos cristianos sometidos a ello consideraban un honor (y también
era una fuente de riqueza, ya que un jenízaro estaba muy bien pagado) el
que sus jóvenes fuesen seleccionados para el cuerpo.
Los
jenízaros eran adiestrados bajo una disciplina estricta con duros
entrenamientos físicos, enseñanzas del empleo de armas de la época y
tácticas militares así como una impecable educación (aprendían diversos
idiomas, literatura, contabilidad, etc.) y en condiciones prácticamente
monásticas en las escuelas Acemi Oğlanı. En dichas escuelas de
instrucción se esperaba que permanecieran célibes y fueron alentados a
convertirse al Islam, lo que la mayoría hizo.
El
armamento que empleaban pasó de las hondas, arcos y flechas a las
ballestas, mosquetes y pistolas, estaban animados por un selecto
espíritu de grupo, con emblemas y banderas propios, y disfrutaban,
además, de un “fondo” de pensiones para los ancianos y los inválidos,
tenían como emblema una marmita, símbolo de la abundante alimentación
que recibían.
Eran
conocidos por su ferocidad y su fanatismo. Eran tales su prestigio y
sus privilegios que, desde el siglo XVI (1680), fueron muchos los que se
inventaron todo tipo de argucias para alistarse en sus filas e incluso
terminó permitiéndose el alistamiento en sus filas de los propios
turcos, y no era raro encontrarse incluso con hijos de la nobleza entre
sus filas, a partir de esa fecha, y hasta su disolución en 1826, comenzó
su lenta decadencia como organización militar de élite y se inicia su
cada vez mayor intervención en las intrigas palaciegas y la los asuntos
de la politica, llegando en ocasiones a la insurrección armada directa y
al derrocamiento del sultan (y entronamiento de un sultan alternativo).
Durante todo este periodo fueron de hecho uno de los más importantes
grupos de presión y opinión, ya que tenían al sultan en sus manos.
(también en esto se aprecian muchas similitudes con la guardia
pretoriana romana).
En
la práctica (inicialmente al menos, luego solamente en teoría), los
Jenízaros pertenecieron al sultán. A diferencia de los musulmanes
libres, les estaba expresamente prohibido dejarse crecer la barba,
permitiendoseles tan sólo el uso de bigote (Estas normas tuvieron que
modificarse al irse permitiendo la entrada en el cuerpo a los de
ascendencia turca e incluso a los hijos de la nobleza, que eran hombres
libres). Se les inculcó desde un primer momento que consideraran al
Cuerpo de Jenízaros como su casa y familia y al sultán como su padre
real, de facto. Sólo aquellos que demostraron ser lo suficientemente
fuertes durante el periodo de instrucción alcanzaron el rango de un
jenízaro verdadero, normalmente a la edad de veinticuatro a veinticinco
años. El regimiento heredaba las propiedades de los Jenízaros
fallecidos.
Los jenízaros se podían
reconocer por su bigote. No llevaban
barba, que normalmente era obligación para los musulmanes. Por eso sorprendentemente
luego en Turquía, después de la caída de los otomanos, conservar el bigote y la
barba estaba mal visto.
Tenían que jurar al Sultán
lealtad sin condiciones y fueron educados de manera que veían su hogar y su
familia como su padre. A la edad de 24 años un jenízaro terminaba la formación.
En cuanto a la religión los
jenízaros se orientaban en el aprendizaje de Hadschi Bektasch Veli. Como
símbolo los jenízaros llevan una especie de sombrero blanco que representa la
manga de Hadschi Bektasch y el vínculo con sus teorías.
El número de jenízaros en las
tropas subió desde el inicio, con unos 100 hasta aproximadamente unos 200 000.
En los primeros décadas los jenízaros eran unos arqueros excelentes, pero
usaban armas de fuega desde luego y además estuvieron provistos del equipamiento
más moderno. En la lucha cuerpo a cuerpo usaban hachas y sables.
Los otomanos integraban los
jenízaros en todas las grandes expediciones militares como también en la
conquista de Constantinopla en el año 1453, que luego se nombró Estambul.
El Incidente Afortunado (o Vaka-i Hayriye en turco) fue la disolución obligatoria de los Jenízaros por parte del sultán otomano Mahmut II en junio de 1826.
El cuerpo de jenízaros había sido una fuerza militar de elite dentro del ejercito del Imperio Otomano desde mediados del siglo XV, y así se había mantenido a lo largo del siglo XVI, sosteniendo los triunfos militares otomanos de manera decisiva a lo largo de sus guerras contra España, la Casa de Habsburgo y el Imperio Safávida. No obstante, al empezar el siglo XVII la eficacia militar de los jenízaros disminuyó a la par que aumentaban sus ambiciones políticas. Dedicados al comercio, y a la intriga política, perdieron gran parte de su efectividad y prestigio.
Desde mediados del siglo XVII los jenízaros habían dejado de ser una tropa de élite para degenerar en una casta militar ineficiente en combate pero dotada de grandes riquezas e influencia política, lo bastante poderosa para imponer condiciones al propio sultán o intrigar con los visires en cuanto a la designación de sucesores al trono otomano, deasde sus cuarteles generales en Estambul. No obstante esta decadencia, los jenízaros aún tenían fuerza militar suficiente para imponer su poder a los soberanos otomanos, impidiendo todo intento de reforma militar y exigiendo privilegios y riquezas, a imitación de lo ocurrido siglos antes con la Guardia Pretoriana del Imperio Romano o los streltsy del antiguo Imperio Ruso. Para inicios del siglo XIX los jenízaros sumaban cerca de 135,000 hombres en todo el Imperio, la mayoría de los cuales ni siquiera eran soldados en activo sino simples civiles adheridos a esta tropa en funciones administrativas.
En 1826, tras la humillante derrota en la Guerra de independencia de Grecia, el sultán Mahmut II emitió un edicto informando que se estaba constituyendo un nuevo ejército, llamado Nizam-ı Cedid, organizado y entrenado con técnicas europeas, y basado en reclutas de etnia turca. Parece ser que la intención de Mahmut II era provocar una sublevación de los jenízaros, que jamás aceptarían la formación de una nueva tropa de élite.
La fecha de publicación del edicto fue el 11 de junio de 1826, siendo recibido con gran oposición de los jenízaros. Tal como Mahmut II y sus ministros habían previsto, las tropas de jenízaros de Estambul, las principales del Imperio Otomano, se sublevaron en las calles de la capital, siendo reducidas por tropas de caballería sipahi. Las tropas leales al gobierno, mejor armadas y entrenadas, debelaron la revuelta de los jenízaros y bombardearon sus cuarteles con nutrido fuego de artillería moderna, matando a cerca de 4,000 jenízaros rebeldes tras tres días de lucha. Otros miles más fueron masacrados por las tropas del Nizam-ı Cedid en las calles.
El 16 de junio, tras exterminar a los últimos jefes jenízaros, el sultán ordenó la expropiación de los bienes de los jenízaros y disolvió oficialmente este cuerpo, privando a sus miembros de todo rango y equipo militar, y exiliando a los sobrevivientes a provincias lejanas del Imperio. Gran cantidad de jenízaros lograron sobrevivir a la revuelta, escondidos de las autoridades y migrando discretamente a otros oficios.
Referencias
- Jason Goodwin (1998). Lords of the Horizons: A History of the Ottoman Empire. New York: H. Holt ISBN 0-8050-4081-1
- Patrick Kinross (1977) The Ottoman Centuries: The Rise and Fall of the Turkish Empire London: Perennial. ISBN 9780688080938
- Stanford J. Shaw & Shaw, Ezel Kural (1977). History of the Ottoman Empire and Modern Turkey] (Vol. II). New York: Cambridge University Press
http://apasionadosporlahistoria.blogspot.com.es/2010/10/los-jenizaros.html
http://www.ecured.cu/index.php/Jen%C3%ADzaroshttp://historiadelmediterraneosincomplejos.blogspot.com.es/2013/05/normal-0-21-false-false-false-de-x-none.html
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