viernes, 10 de abril de 2015

TEODOSIO II...emperador de Constantinopla,el Concilio de Éfeso




                         Teodosio II de Constantinopla

Emperador romano de Oriente desde el año 408 hasta el año 450, nacido en el mes de abril del año 401 y muerto en Constantinopla el 28 de julio del año 450, fue hijo del emperador Arcadio y de Aelia Eudoxia.
Cuarto hijo del emperador Arcadio y el único varón, su nacimiento supuso un tremendo alivio para sus padres, ya que finalmente el Imperio bizantino tuvo un heredero legítimo, que aseguró la continuidad de la dinastía fundada por Teodosio I el Grande.
Tras la muerte de su padre, el 1 de mayo del año 408, Teodosio II fue nombrado emperador, nombramiento que fue aceptado por su tío, el emperador romano de Occidente, Honorio. Debido a su juventud, fue necesario nombrar un regente, que se hiciera cargo del funcionamiento de la administración y del ejército, así se decidió que el cargo quedaría en manos de Antemio, el cual había ocupado un puesto destacado en la corte de Arcadio, ya que fue el prefecto del pretorio. Durante los años posteriores a la muerte de su padre, Teodosio II entablo una profunda relación con una de sus hermanas mayores, Pulqueria, la cual tuvo una notable influencia sobre el emperador que supo utilizar en numerosas ocasiones para enfrentarse a sus enemigos en la corte y para hacerse con el poder.
En el año 414, tras la caída de Antemio, Pulqueria asumió el gobierno del reino y en julio de ese mismo año recibió el título de Augusta. Desde su nueva posición, controló la educación de Teodosio II y procuró inculcarle la idea de que debía convertirse en un gran emperador cristiano. Fanática religiosa hizo todo lo posible porque su hermano tuviera unas firmes convicciones cristianas, que debía llevarle a rechazar cualquier forma de herejía, el paganismo y el judaísmo. Esta estricta educación explica algunas de las decisiones rubricadas por Teodosio II, en los primeros años de gobierno, como las fuertes medidas represivas llevadas a cabo en contra de los judíos, entre las que se podría destacar la clausura del Gran Sanedrín en el año 425; o la destrucción parcial de Olimpia, para impedir que se siguieran celebrando eventos deportivos, los cuales tenían notables connotaciones paganas. En estos primeros años de dominio de Pulqueria, se perfilaron las características del reinado de Teodosio II, ya que siempre fue un hombre débil y sus decisiones fueron controladas por los que le rodearon. Así Pulqueria ejerció su poder la sombra, casi sin interrupción, hasta el año 440, momento en el cual el eunuco favorito de Teodosio II, Crisapio asumió el control de la situación.
  En el año 423 tras la muerte de Honorio, Teodosio II fue nombrado emperador de Occidente, aunque de forma nominal, ya que en ningún momento acudió a Roma para tomar posesión de su cargo.

 
Durante su reinado Teodosio II tuvo que hacer frente a una gran crisis en el interior de su reino, ya que el debate cristológico dividió profundamente a la Iglesia. De este modo, tuvo que convocar un concilio ecuménico con el fin de resolver la cuestión.


 Así en el Concilio de Éfeso, celebrado en el año 431, finalmente quedaron condenadas, como heréticas, las tesis de Nestorio. En cuanto a intervenciones militares, durante su gobierno se emprendieron algunas acciones contra los persas y los vándalos, los cuales habían traspasado las fronteras bizantinas y habían iniciado algunos saqueos en el año 441, circunstancia que fue aprovechada por los hunos para devastar Tracia, lo que obligó al emperador a comprar la paz. En el año 447, se iniciaron nuevamente las hostilidades con los hunos, destacando la figura de Atila, el cual al frente de los ejércitos, devastó las numerosas ciudades situadas entre el mar Negro y el mar Mediterráneo, poniendo sitio a Constantinopla, que resistió gracias a sus numerosas fortificaciones. Teodosio II tras enviar sucesivamente a sus ejércitos, fue incapaz de derrotar a los hunos y de este modo se vio obligado a comprar nuevamente la paz y a ceder a Atila parte de su reino, ya que éste se instaló al sur del Danubio.
Hay que destacar que a pesar de los graves problemas a los que tuvo que hacer frente Teodosio II durante su reinado, se llevaron a cabo importantes reformas en la administración y en el ejército, así todas las leyes aprobadas desde el siglo IV, quedaron codificadas en el llamado Codex Theodosianus (429-438), el cual tuvo una notable influencia en los reinos germanos de Occidente, surgidos tras la caída de Roma. También se llevaron a cabo importantes obras para modernizar y mejorar las fortificaciones y murallas de Constantinopla, la cual fue embellecida notablemente, además en el año 425 nació la primera Universidad de la ciudad, bautizada como Auditorium, que estuvo compuesta por treinta y una cátedras, en las cuales se impartían clases de gramática, retórica y filosofía.



El Concilio de Efeso

La idea de este gran concilio parece que se debió a Nestorio, el obispo de Constantinopla. San Cirilo, patriarca de Alejandría, lo había acusado de herejía ante el Papa San Celestino, y el Papa había replicado el 11 de agosto de 430 encargando a San Cirilo que asumiera su autoridad y avisara en su nombre a Nestorio de que, salvo que se retractara dentro de los diez días de la recepción de este ultimátum, se le consideraría excomulgado y depuesto. Cuatro obispos enviados por Cirilo le entregaron el requerimiento a Nestorio un domingo, el 30 de noviembre o el 7 de diciembre. Pero Nestorio estaba evidentemente bien informado de lo que debía esperar. Se consideró a sí mismo como víctima de una calumnia ante el Papa, y optó por no entregarse en manos de Cirilo. Éste era, en su opinión, no sólo un enemigo personal, sino un teólogo peligroso, que estaba reviviendo hasta cierto punto los errores de Apolinar.
Nestorio tenía influencia sobre el emperador de Oriente, Teodosio II, al que indujo a convocar un concilio general para juzgar sobre la discrepancia entre el Patriarca de Alejandría y él mismo, y trabajó tan bien que las cartas de convocatoria del emperador a todos los metropolitanos se publicaron el 19 de noviembre, unos días antes de que los mensajeros de Cirilo llegaran. El emperador pudo tomar esta decisión sin que pareciera que favorecía demasiado a Nestorio, porque los monjes de la capital, a quienes Nestorio había excomulgado por su oposición a su enseñanza herética, habían apelado también a él para que convocara un concilio. Nestorio, por tanto, no prestó atención al ultimátum del Papa, y rechazó dejarse guiar por el consejo de someterse que le ofreció su amigo Juan, el patriarca de Antioquía. 


El Papa estaba contento de que todo Oriente se uniera para condenar la nueva herejía. Envió a dos obispos, Arcadio y Proyecto para representarle a él y a su concilio romano, y al sacerdote romano Felipe, como su representante personal. Por lo tanto, Felipe tomó el primer lugar, aunque, al no ser obispo, no podía presidir. Probablemente era lógico que el patriarca de Alejandría sería el presidente. Se ordenó a los legados que no tomaran parte en las discusiones, sino que juzgaran sobre ellas. Parece que Calcedonia, veinte años después, estableció el precedente de que los legados Papales fueran siempre técnicamente los presidentes de un concilio ecuménico, y en lo sucesivo esto fue considerado cuestión lógica, y los historiadores griegos suponían que ese debió ser el caso en Nicea.
El emperador estaba ansioso por la presencia del prelado más venerado de todo el mundo, Agustín, y envió un mensajero especial al gran hombre con una carta en términos honorables. Pero el santo había muerto durante el sitio de Hipona en agosto anterior, aunque los disturbios de África habían impedido que la noticia llegara a Constantinopla.
Teodosio escribió una carta airada a Cirilo, y una atemperada al concilio. El tono de esta última epístola y de las instrucciones dadas al comandante imperial, conde Candidiano, de ser absolutamente imparcial, son atribuidas por las actas coptas a la influencia ejercida sobre el emperador por el Abad Víctor, que había sido enviado a Constantinopla por Cirilo para actuar como su agente en la corte debido a la veneración y amistad que se sabía que Teodosio sentía por el santo varón. 
  
Por  razon de no prolongar esta lecturan no se detallará aquí la historia de las intrigas con que ambos partidos trataron de ganarse al emperador para su causa. Los ortodoxos triunfaron en Éfeso por su número y por el acuerdo de los legados papales. La población de Éfeso estaba de su lado. La gente de Constantinopla se alegró por la deposición de su herético obispo. Pero el conde Candidiano y sus tropas estaban del lado de Nestorio, cuyo amigo, el conde Ireneo, estaba también en Éfeso, trabajando para él. El emperador siempre había defendido a Nestorio, pero estaba algo sorprendido por los informes del concilio. Tanto los amigos de Nestorio como Candidiano impidieron la comunicación con Constantinopla. Por fin se hizo llegar una carta a Constantinopla, dentro del bastón hueco de un mensajero disfrazado de pordiosero, en la cual se describía la condición miserable de los obispos en Éfeso, que apenas pasaba un día sin un funeral, y que se suplicaba que se les permitiera enviar un representante al emperador. El santo abad, San Dalmacio, a quien se dirigió la carta, así como al emperador, al clero y a la gente de Constantinopla, dejó su monasterio en obediencia a una voz Divina, y dirigiendo a muchos miles de monjes de la ciudad, todos cantando y portando cirios, se dirigieron en grupos entusiastas al palacio. Atravesaron la ciudad y después que el abad Dalmacio se había entrevistado con el emperador y se le había leído la carta al pueblo en la iglesia de San Mocio, todos gritaron “Anatema a Nestorio!”
Eventualmente el piadoso y bien intencionado emperador tomó la extraordinaria decisión de que debía ratificar las deposiciones decretadas por ambos concilios. Por lo tanto declaró que Cirilo, Memnón y Juan fueran depuestos. Se mantuvo a Cirilo y a Memnón en estricto confinamiento. Pero a pesar de todos los esfuerzos del partido antioqueno, los representantes que por fin se le permitió al concilio enviar a la corte, con el legado Felipe, persuadieron al emperador a aceptar el gran concilio como el verdadero. Nestorio anticipó su destino y pidió permiso para retirarse a su antiguo monasterio. El sínodo fue disuelto a principios de octubre, y el 30 de octubre Cirilo llegó a Alejandría en medio de gran felicidad. San Celestino había muerto, pero su sucesor, [Papa San Sixto III]], confirmó el concilio. 


 
http://ec.aciprensa.com/wiki/Concilio_de_%C3%89feso
http://www.enciclonet.com/articulo/teodosio-ii-emperador-de-bizancio/

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